Cómo protegernos del pesimismo ajeno

Cómo protegernos del pesimismo ajeno

La mejor manera de poder protegernos del pesimismo ajeno es aprendiendo a ser optimistas nosotros. Cuando nosotros tenemos en claro nuestras creencias, cómo queremos desenvolvernos en la vida, cómo queremos actuar, cuáles son las mejores estrategias para poder ser establemente felices, nada puede fallar. Por supuesto que tendremos nuestros malos días como todo el mundo, o tendremos situaciones difíciles que afrontar, aunque con las herramientas adecuadas siempre podemos volver a nuestro estado de calma y plenitud.

El pesimista comienza diciendo no puedo, es muy difícil, fácil decirlo pero… En su manera de pensar no hay cabida para las posibilidades, para los nuevos intentos, para la esperanza, para la creación de oportunidades. Se estanca, mira con desprecio o desconfianza a quien sí puede, a quién piensa diferente, cuestiona hasta el cansancio, descreído, sin fe. Estas actitudes nocivas lo afectan a él y también a las personas que lo rodean, aunque no suele ser demasiado conciente de esto.

Si de antemano sabemos que vamos a fracasar en algo, ¿para qué perder nuestra energía en intentarlo? El pesimista no elige ser así, es lo que conoce, lo familiar, lo que ha aprendido, su manera particular de ver el mundo. Creo que por eso es tan importante que siempre nos demos un minuto para cuestionarnos, para reflexionar acerca de nuestras acciones. Si no estamos dónde ni cómo queremos, algo debió haber sucedido, las cosas no pasan porque sí, siempre tomamos decisiones, todo el tiempo, y a veces sin darnos cuenta, tomamos las decisiones equivocadas que van a terminar afectándonos de alguna manera.

Nosotros tenemos que ser cuidadosos de nuestras actitudes, de nuestras respuestas, somos los responsables de nosotros mismos y jamás vamos a cambiar a nadie que no desee cambiar. Tampoco caigamos en la excusa de que porque ciertas personas de nuestro alrededor no nos apoyan, entonces dejamos de lado lo que realmente queremos hacer con nuestra vida. Más allá de las adversidades, los contratiempos o la falta de apoyo de aquellos de quienes queremos, tenemos que ser concientes de que quiénes pueden controlar sus decisiones y sus acciones somos nosotros. Nadie puede vivir por ti.

Como optimistas, tenemos que comprender que cada uno tiene derecho a pensar a su manera, respetemos las diferencias. Cuando alguien te dice que no puedes es porque en algún punto está intentando protegerte de su propio fracaso. Los pesimistas no creen que ni ellos ni nadie puede con los desafíos o la “mala suerte”, es más fuerte para ellos pensar de esta manera. Si tratamos de convencerlos de lo contrario no va a tener sentido, los estamos invadiendo y vamos a caer en una discusión que no va a llevar a nada. Si algún día quieren aprender a pensar de otra manera será su decisión, pero no podemos andar forzando ni imponiendo nuestro punto de vista a nadie.

No tomemos sus comentarios a modo personal, si no nos están dando apoyo en un proyecto o creen que estamos locos por intentar algo nuevo, o por no preocuparnos en exceso, comprende que tenemos modos diferentes de ver la vida.

Creo que sería estupendo que pudiéramos contagiar de optimismo al mundo, pero no todo el mundo está preparado para el desafío. Todos tenemos procesos distintos, momentos particulares, y tenemos que respetarlo. A veces incluso en el pesimista hay un destello de optimismo, una necesidad de cambiar que poco a poco se torna imperiosa.

Sé que existen personas que constantemente están brindando un refuerzo negativo, que más que pesimistas creo que aquí entramos en el terreno de la frustración y el descontento general por la vida. De estas personas que constantemente nos están atacando de una manera u otra, sí hay que cuidarse. Existirán vínculos que podamos dejar de lado si no nos ayudan en nuestra búsqueda de crecimiento personal. En otros casos, como pueden serlo el de los familiares cercanos, tendremos que plantearnos un vínculo más superficial y no siempre compartir con ellos nuestros proyectos, ideas, sueños y demás cosas importantes.

De todas maneras insisto que la mejor manera de protegerse es plantarse firme en el optimismo de cada uno, en todo el tiempo intentar cultivarlo, aprender, hacer cosas diferentes, rodearnos de personas que nos sumen, cuidarnos, amarnos, aprender a poner límites saludables, a alejarnos de la culpa. Un montón de actitudes que debemos asumir a partir de hoy y para siempre, nuestros escudos positivos en un mar de negatividad que fácilmente podemos aprender a sortear si elegimos nuestra manera de pensar.

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

Yo quiero ser feliz, ¿y usted?

La felicidad en última instancia es una elección, es elegir mirar las cosas desde otro ángulo, es escoger lo que nos hace bien, esYo quiero ser feliz ¿y usted? permitirnos amarnos y estar orgullosos de nosotros. No es una sola cosa la que brinda bienestar, sino la sumatoria de pequeños actos, actitudes y vínculos lo que nos acerca a una nueva manera de pensar. 

Siempre digo que tenemos que intentar ser la mejor versión de nosotros mismos, y nada mejor para comenzar que simplemente intentando ser esa persona. A veces caemos en la tentación de mentirnos, nos mentimos acerca de lo que realmente queremos por temor a fracasar o por temor al rechazo. Intentemos descubrir nuestro potencial, intentemos descubrir nuestra pasión, lo que realmente nos motiva. No temamos hacer cosas diferentes, el que nunca intenta nada jamás se equivoca, pero tampoco jamás aprende ni logra nada. 

Seamos concientes de aquellas cosas que podemos o no controlar. Si perdemos nuestras fuerzas intentando cambiar a alguien quien no quiere cambiar o luchar contra una situación donde no controlamos todas las variables, nos vamos quedando sin energía psíquica para otras cosas que sí dependen de nuestro control.

El pasado influye pero no tiene por qué condenar nuestro presente, es hora de dejarlo ir, dejar atrás las culpas, los reproches sin sentido. Sigue construyendo desde el ahora para tener cimientos fuertes para tu futuro.

Bríndate permiso para ser optimista, usualmente si pensamos que el resultado será el mejor, tendremos razón. Quizás no salga algo exactamente como lo esperamos, pero puede ser el puntapié inicial para otras ideas. Una vez leí que los proyectos hay que transformarlos, ¿y por qué no? Tal vez una situación no haya salido tal cual la planeaste, pero eso no quiere decir que evites intentarlo desde otro enfoque. Jamás los esfuerzos son en vano.

Sé generoso con tu tiempo, tu energía y tu disposición, aunque no te extralimites. Recuerda que tienes que ser honesto con lo que sientes y si estás atravesando un mal momento, primero cuídate a ti mismo antes de solucionar problemas ajenos.

Sé valiente, si quieres ser la mejor versión de ti mismo tienes que escoger hacer la acción correcta, no la más sencilla. Ve tras tus sueños, sé perseverante, admite tus errores y aprende de ellos, cuida tus vínculos, sé agradecido con todo lo que ya posees y camina siempre hacia adelante. Elige ser feliz, nadie dijo que fuera sencillo, aunque sí es posible. Al final del día, sólo depende de nosotros y lo que estemos dispuestos a hacer para lograrlo.

 

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

Cómo actúan y piensan las personas felices

Cómo actúan y piensan las personas felicesEn el artículo de hoy les voy a compartir unos lineamientos comunes a las personas felices. Estas conductas y pensamientos nos ayudan a sentirnos más plenos, a cuidarnos, respetarnos y sobre todo disfrutar del momento y de las posibilidades. 

Como les he mencionado con anterioridad, el establecer límites claros es importante en todo vínculo saludable, nos protege a nosotros y establecemos parámetros para poder comunicarnos con honestidad y comodidad. Debemos evitar sentirnos culpables cuando decimos que NO, porque a hay veces que es necesario que nos tomemos un tiempo para nosotros o simplemente no podemos ser de ayuda en ese momento. Tenemos que ser responsables de nuestra vida y también tenemos problemas que atender, no siempre podemos estar ahí para los demás, lo que no significa que seamos unos monstruos por eso. Hay que aprender a priorizar, ciertos favores a veces se van de las manos o se convierten en imposición por parte del resto y eso nos hace sentir culpables cuando no podemos rescatar a todo el mundo. Decir que no sin culpa, cuidando nuestro tiempo, respetando nuestro estado de ánimo nos ayuda a sentirnos más en paz. 

Focalizarnos en el presente nos habilita a disfrutar el momento en toda su intensidad. Nuestra mente es media tramposa y nos hace creer que preocuparnos en exceso por algo nos va a terminar ayudando, cuando en realidad hace todo lo contrario. Por más que nos obsesionemos pensando en todas las cosas que tenemos que hacer, el pensar no nos llevará a ninguna parte. Si no puedes hacer algo en este momento, entonces concéntrate en lo que sí puedes hacer y en la medida de lo posible disfrútalo. Déjate llevar por esa hermosa conversación, o ese día de sol, o el ejercicio que estás realizando. Si en vez de dejarnos llevar por el ahora siempre estamos pensando en nuestro próximo paso, evitamos realmente sumergirnos en esa experiencia que estamos viviendo. 

Aprendamos a no tomarnos todo a modo personal, puede sucedernos que durante el día tengamos que lidiar con gente malhumorada, negativa, o que simplemente están enojados con el mundo y tú pagas las consecuencias. Por eso debemos aprender a ignorar ciertos comentarios, a quitarle fuerza a ciertas palabras, si siempre dejamos que los demás tengan el poder sobre nuestra autoestima vamos a ser propensos a que nos hagan sentir culpables o tristes. Tenemos que tener bien en claro quiénes somos y cuánto valemos. 

Quitémosle importancia a las cosas que no tienen importancia. Se te hizo tarde, no sonó el despertador, te manchaste tu camisa, perdiste la corbata, el perro te gruñó, etc. Los pequeños detalles irritantes de la rutina se convierten en verdaderas tragedias si le prestamos más atención de la que merecen. Ante estas tonterías lo mejor que podemos hacer es reírnos, quitarle fuerza, y seguir con nuestra vida y las cosas que realmente valen la pena. 

La felicidad está en todas partes. La felicidad no es algo inalcanzable, ese gran momento único de estallido emocional gigantesco, en realidad la felicidad la podemos encontrar todos los días, en cada momento con los pequeños detalles, las pequeñas victorias que obtenemos todos los días. Celebremos los pequeños milagros que tenemos a diario, como las personas que nos aman, las risas que compartimos, las películas que miramos, los helados que disfrutamos. Prestemos atención a las cosas que sí funcionan, quizás sea nuestra salud, o nuestro trabajo, o nuestra pareja. Siempre hay un área que funciona, si pensamos cuidadosamente siempre vamos a encontrar algo de lo cual estar agradecidos.

Evita estancarte en la queja. Quejarse no lleva a nadie a ninguna parte, es un espiral infinito que solamente nos hace sentir peor. Pensar no es hacer, tratemos de cambiar esa situación que no nos agrada, configuremos un plan maestro para salirnos de determinado problema. Apelemos a nuestra creatividad, a nuestra paciencia o simplemente pidamos ayuda.  

Lo perfecto no existe. Si somos concientes de que es mejor hacer las cosas que no hacer nada esperando la perfección inexistente, nos veremos más satisfechos con lo que hacemos y además haremos más cosas. A veces la búsqueda de la perfección nos paraliza porque en lo profundo sabemos que es inalcanzable. Los momentos bonitos, sin alcanzar la perfección, son los que tenemos que aprender a valorar.

Toleremos nuestros defectos y los defectos de los demás. Siguiendo con el punto anterior, como nada es perfecto, nadie es perfecto tampoco. Nosotros siempre tenemos algún defecto, nos equivocamos, somos capaces de herir a alguien sin querer. Los demás se comportan del mismo modo, son tan humanos como nosotros. Seamos realistas en cuanto a las expectativas que tenemos de los demás, no podemos moldear a nadie de acuerdo a nuestro capricho, tenemos que aprender a aceptar a las personas que amamos tal cual son.

La felicidad nace de nuestro interior, de cómo interpretamos las situaciones, de cómo aprendemos a apreciar la vida en sus múltiples facetas. Las personas felices podemos ser nosotros si comenzamos a practicar estos pasos. 

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

¿Por qué mi estado de ánimo siempre cambia?

Nuestro estado de ánimo es cambiante como el clima, puede cambiar con más frecuencia de la deseada y no siempre estamos en Nuestro cambiante estado de ánimocontrol de lo que sentimos, a veces podemos calmarnos, a veces la marejada de emociones nos gana sin misericordia. Pero cuando el golpe inicial termina, lo que siempre nos queda es nuestra actitud, ¿cómo respondemos a lo que sentimos, a lo que pensamos, a lo que nos sucede?

Nuestros estados de ánimo no siempre son fácilmente cambiables, lo que sí siempre debemos tener en cuenta es que debemos separar nuestro estado ánimo de lo que realmente somos nosotros. Por ejemplo, si hoy estoy malhumorada porque mis hormonas me enloquecieron (a todas las mujeres nos sucede de vez en cuando) no quiere decir que yo sea una persona malhumorada. O si estoy enojada porque me sucedió algo injusto, no quiere decir que mi enojo es algo permanente.

Muchas veces la mejor opción es simplemente aceptar nuestras emociones en lugar de luchar contra ellas. Lo que sí continua estando en nuestro control qué es lo que hacemos con eso. Intentemos lidiar con ellas de la mejor manera posible. Si no nos podemos quitar la sensación de enojo, vamos a intentar estar solos, calmarnos a mostros mismos, darnos una ducha, mirar una película, leer. Quizás la emoción siga estorbando por un rato, pero poco a poco va ir perdiendo fuerza si no la alimentamos y nos enfocamos en otras actividades.

En lugar de atacar lo negativo, vamos a intentar generar algo positivo. Busquemos actividades que despierten nuestro interés, busquemos diversión, alegría, satisfacción. Mientras más actividades o pensamientos positivos generamos, menos fuerza esas emociones negativas van teniendo.

Piensa en tu estado de ánimo como una nube pasajera, algo que viene y va, como las olas del océano acariciando la orilla de tu alma. Obsérvalas pasar entendiendo que un mal momento, un mal pensamiento, una mala emoción no quieren decir que eso sea un fiel reflejo de tu verdadero ser. No necesariamente tienes que reaccionar a ellas, es mejor si no lo haces.

Para acallar tu mente (algo muy importante de hacer cuando estamos desbordados emocionalmente) puedes utilizar algunas de las siguientes técnicas: 

  • Coloca tu mano en una superficie fresca y otra en una superficie tibia
  • “Mira” en tu mente los dos primeros pensamientos que aparecen
  • Imagina que tu mente es el cielo y los pensamientos, sensaciones y emociones son las nubes, observa cómo cada nube se va a alejando. Presta atención a cuánto tiempo puedes mantenerte observando, es común que tengas que volver a comenzar después de un par de minutos

No necesariamente eres lo que piensas, todos pasamos por malos momentos, no permitas que un mal día te haga dudar de tus habilidades, de tu valor o de quién eres en realidad. Podemos ganar las batallas diarias que se juegan en nuestra mente, recuerda que tienes el poder de hacerlo si lo haces desde un lugar de paciencia y amor contigo mismo.

 

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Triunfemos

Y así, después de esperar tanto, un día como cualquier otro, decidí triunfar; 
decidí no esperar a las oportunidades, sino yo mismo buscarlas;
decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución;
decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis; 
decidí ver cada noche como un misterio a resolver; 
decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, 
y que en éstas está la única y mejor forma de superarnos; 
aquel día dejé de temer a perder. 
Y costaba romper la costumbre, pero se pudo.

Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui; 
me dejó de importar quién ganara o perdiera: 
ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento: 
el amor es una filosofía de vida.

Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados 
y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; 
aprendí que de nada sirve ser luz
si no vas a iluminar el camino de los demás.

Aquel día decidí cambiar tantas cosas… 
Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad; 
desde aquel día ya no duermo para descansar: 
ahora simplemente duermo para soñar.

(Desconozco al autor)

Es cuando realmente despertamos del rol pasivo de la victimización cuando finalmente logramos alcanzar lo que nos proponemos. Por supuesto que la vida es difícil y muchas veces hasta injusta y es lógico que consideremos que lo que nos pasa es algo que no nos merecíamos. Sin embargo, quedarnos estancados en esta postura de juguete a la deriva, cuando nos sentimos que estamos a merced del tirano destino y no hay nada que podamos hacer para cambiar y tomar control de nuestra vida, no es algo que va aportar demasiado a tu cambio.

Es hora de retomar el poder de tu vida, de comenzar a ser protagonista de tu propia historia, sin importar cuán doloroso fue el pasado,  las cosas terribles por las que has atravesado, es hora de dejarse llevar por un nuevo tú, una nueva mirada donde las cosas no pasen porque sí, sino porque tú estás decidiendo que sucedan.

Intenta dejar de lado ese sentimiento de indefensión, de angustia, hasta de venganza, y piensa cómo sería más provechoso vivir tu existencia. Busca nuevas metas, permítete sentir nuevas relaciones, encuentra tu norte y camina hacia él. 

Basta de mirar cómo la vida transcurre a tu lado siendo un mero espectador pasivo, toma las riendas y camina hacia otros horizontes. Tu verdadero camino te está esperando.

 

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El club de los optimistas llega al Diario

El club de los optimistas

Esta nota escrita por Gabriela Vaz se publicó hoy 12/2/2012 en el Diario El país y básicamente versa sobre qué se trata la propuesta de  nuestro club.

Es solo una cuestión de actitud reírse del fracaso y del oro/ Es solo una cuestión de actitud no tener nada y tenerlo todo». Así reza una canción de Fito Páez que pone melodía a la premisa del optimista: hasta de los hechos más desgraciados se puede sacar un beneficio. Siempre, aún en las circunstancias más adversas, es posible ver el vaso medio lleno.

Claro que es más fácil decirlo que ponerlo en práctica. Suele ser más cómodo, más «inevitable» o tal vez más humano, dejarse caer y hasta aceptar los males de nuestras vidas como si fueran parte de un destino preestablecido que nada podemos hacer por cambiar.

Pero también están los que acostumbran a ponerle buena cara al mal tiempo, gritan «alegría» si se derraman vino encima de una camisa recién estrenada y andan por la vida honestamente convencidos de que cada crisis supone una nueva oportunidad. Pues bien, desde hace unos meses, estos raros especímenes han formado un club y hasta tienen mitines mensuales.

Todo surgió a iniciativa de la psicóloga Mariana Alvez, quien, tras escuchar la propuesta de uno de sus consultantes, Martín Etcheverri, abrió un grupo en Facebook llamado El Club de los Optimistas. «La consigna era empezar ahí para luego conocernos personalmente», explica la profesional, exponente de una corriente conocida como «psicología positiva», que hace hincapié en el bienestar, la felicidad y el buen humor para trabajar con los consultantes. Así surgió, en septiembre pasado, la primera reunión, donde los integrantes del grupo se vieron las caras por primera vez en un café céntrico y charlaron sobre la pasión, que fue el tema propuesto por la terapeuta en esa oportunidad. En la segunda reunión, con más participantes, la charla-debate giró sobre el optimismo.

El próximo sábado 18, a las 16 horas, tendrá lugar la tercera reunión de El Club de los Optimistas, gratuita y abierta a todo el que desee participar, sin restricciones de edad ni de ningún otro tipo. Dado que el encuentro es en el Café Tribunales -ubicado en Plaza Cagancha-, el interesado puede abonar si lo desea solo el costo de un refresco o café, o no consumir nada. El tópico a tratar en esta ocasión será la inteligencia emocional.

Alvez aclara que, aunque ella es psicóloga y se ocupa de moderar la charla, bajo ningún punto de vista se trata de una terapia de grupo, ni tiene ningún sesgo formal. La idea es que, a partir del tema propuesto, surja un debate espontáneo en un clima distendido.

«Es una presentación. Yo llevo materiales para compartir y propongo un tema que actúa como disparador. Luego cada uno tiene su tiempo para hablar, charlar de sus historias personales. Es un momento ameno para compartir entre todos. Si bien hay algo psicológico detrás, porque yo llevo algo armado y tiene que ver con la psicología positiva, en realidad es una presentación científica-teórica -si se quiere- pero en un lenguaje que pueda entender todo el mundo. Es para conocerse, para desarrollarse como persona, pero en un ámbito informal, relajado, para estar cómodo, no va a analizarse a nadie. Y sirve como vínculo social. Es un híbrido entre el conocimiento formal, el informal y la sociabilidad».

Hasta el momento, se ha presentado gente de entre 27 y 60 años, que llega sin mucha idea de «de qué se trata» todo eso, pero que se va muy satisfecha con el resultado, asegura Alvez. Y agrega: «Por un lado es catártico, porque se comparten cosas en un ambiente relajado, donde nadie te va a juzgar. Y por otro aprenden cosas».

PERSPECTIVA. Uno de los objetivos de esta iniciativa es demostrar que el optimismo se puede aprender, pues tiene que ver con un mecanismo del pensamiento. Y además, asegura la psicóloga, no se trata únicamente de aplicar estos principios a cuestiones pequeñas o domésticas, sino incluso a los problemas más graves. «Cualquier situación, por dolorosa que sea, la tenés que ver de otra manera. Con una pérdida, un duelo, una separación, una enfermedad, obviamente vas a sufrir. Pero si además negás la realidad o te colocás en la posición de víctima, de `¿por qué a mí?`, te aislás. Sos sólo la enfermedad, sos solo la muerte o sos solo la pérdida. Si te quedás estancado, aparece la depresión, la angustia, la ansiedad, y no podés salir de eso. Es como si el dolor se esparciera a todo y quedás inmóvil. El dolor existe, claro, es una parte de nuestra vida, pero tiene que tener un propósito. Ya que está, tenemos que sacarle algo, algo que nos impulse a ser más fuertes, a encarar la vida de otra manera. Por ejemplo, una enfermedad puede ser el disparador para ver la vida de otra manera, para poner todo en perspectiva. Hacé tu duelo correspondiente, sí. Tené tu tiempo para patalear, gritar, estar mal. Pero después, tratá de seguir adelante».

Alvez hace continuo énfasis en el poder que tiene la mente en ese sentido y refiere al concepto de la «profecía autocumplida» (ver recuadro arriba), que postula que si una situación es definida como real, pues entonces tendrá efectos reales. El secreto está en aprender a pensar distinto. «Decimos: `Fulano no me llamó; no me llamó porque no le intereso`. ¿Por qué pensar en una sola opción? ¿Cuáles son las otras? No me llamó porque estaba ocupado, porque fue interrumpido, por un montón de otras cosas. Siempre pensamos en lo malo. Tener alternativas de pensamiento -que es de las cosas más sencillas que se pueden hacer- te puede cambiar el día. Si me tropiezo y eso tiene el poder de arruinarme el día, me perdí de disfrutar una cena con amigos o un buen momento con alguien. Si algo te pone mal, lo mejor es decir `ya pasó, qué más hay en el día que sea bueno`. Es una visión de la vida mucho más amplia. Eso te permite ser más exitoso, más saludable, más feliz, tener relaciones significativas con los demás», expone la terapeuta.

El Club ayuda a cuestionarse el modo de ver las cosas, dice Alvez. Y «eso ya está bueno», dado que «tenemos hábitos negativos que ni nos cuestionamos. A veces la gente quiere cambiar y no sabe cómo. Al ver la vida desde otro ángulo, uno empieza a sentirse mejor. Ver cómo transformar el dolor en algo positivo o cómo dejar ir lo que no podemos controlar».

El Club de los Optimistas es una idea que no sólo está prendiendo en Uruguay. La psicóloga ya ha tenido consultas desde Córdoba (Argentina) y Santo Domingo (República Dominicana) para averiguar sobre el método.

El club de los optimistas se reunirá el sábado 18. la participación es gratuita.

Ser positivo es una cualidad a entrenar

Al contrario de la psicología más clásica, que se centra en los conflictos de las personas para, a partir de ahí, resolver los problemas, la corriente positiva pone el foco en el bienestar y la felicidad como fortalezas a trabajar. Mariana Alvez, psicóloga uruguaya exponente de esta rama y coordinadora de El Club de los Optimistas que se reúne mensualmente en bares de Montevideo, explica que la psicología positiva trabaja con el modelo de conducta ABC. En inglés, la sigla refiere a: 1. un Acontecimiento que genera el pensamiento negativo, 2. las Creencias que se tienen sobre ese acontecimiento, y 3. las Consecuencias, es decir, lo que uno siente sobre lo que pasa. La psicóloga ilustra con este ejemplo. Acontecimiento: hoy me peleé con mi jefe. Creencia: soy un mal empleado. Consecuencia: me siento fracasado a nivel profesional. ¿Cómo cambiar esa creencia? Teniendo alternativas de pensamiento: «Mi jefe tuvo un mal día, siempre me halaga y solo fue hoy, sé que suelo hacer las cosas bien». «Al cambiar la creencia, cambiás la consecuencia, el cómo te sentís», alega Alvez. ¿Qué tan fácil es desarrollar esta estructura de pensamiento? «Es muy variable», dice la psicóloga y explica que mientras una patología de fondo (trastorno de personalidad, depresión, etcétera) puede dificultar el proceso, en el promedio no debería costar tanto. Es cuestión de voluntad y constancia para aplicarlo. Las personas optimistas suelen tener este mecanismo más aceitado, a veces de forma innata pero otras veces luego de haberlo trabajado durante un tiempo. Según la terapeuta, se trata de «entrenar» la cabeza. «Así tenemos más dominio sobre eso, podemos pensar diferente y sentir diferente», concluye.

Fuente: http://www.elpais.com.uy/suplemento/ds/un-cafe-de-optimismo/sds_623863_120212.html

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

El verdadero optimismo

Hoy tuvimos las segunda reunión de EL CLUB DE LOS OPTIMISTAS y en esta oportunidad estuvimos charlando sobre el El verdadero optimismo importante tema del verdadero optimismo.

Hay muchos mitos en cuanto lo que significa ser optimista, muchos creen que simplemente se trata de mirar el vaso medio lleno, o esperar que la vida sea espectacular y siempre podamos vivir en un mundo lleno de felicidad y perfección. Las bases del optimismo real va más allá de decirse lindas frases de aliento o imaginarnos capaces de lograr todos nuestros deseos. El verdadero optimismo yace en la manera en que interpretamos las CAUSAS de las experiencias.

Todos tenemos hábitos de pensamiento, una manera determinada de interpretar la realidad. Esto se conoce como estilo explicatorio, el cual incluye tres puntos fundamentales: la permanencia, la penetrabiliad y la personalización.

PERMANENCIA:

Las personas que se recuperan rápidamente de los contratiempos de la vida creen que las causas de los malos eventos son temporales. El optimista es capaz de ver los sutiles matices de la vida, no piensa en términos absolutos de TODO o NADA, sino que presta atención a todos los términos medios que las situaciones nos ofrecen.

Los buenos eventos son considerados con causas permanentes, lo que quiere decir que la persona está propensa a que más cosas buenas sucedan, va a estar receptiva porque en algún punto está convencida de que volverá a triunfar ante los desafíos. Utilizan el SIEMPRE solamente en las cosas positivas, son concientes de sus habilidades y saben que siempre podrán contar con ellas.

Cuando consideramos que nuestro éxito tiene causas permanentes, cada vez nos vamos a esforzar un poco más, ya que confiamos en nosotros.

PENETRABILIDAD

Este concepto tiene que ver con cómo las causas contaminan o no todo nuestro esfuerzo. Si pensamos que una causa es negativa y que además esa fuerza irá más allá de ese evento en particular, nos sentiremos desolados. Si me fue mal en el examen de matemáticas, no quiere decir que me va a ir mal en el segundo intento, pero si yo ya estoy convencida de que así será, gracias al poder de la sugestión voy a terminar teniendo razón.

Los optimistas cuando se enfrentan a un problema, un fracaso, una decepción, hacen el duelo pertinente, sufren igual que todos, pero deciden seguir adelante con sus vidas, no se quedan enredados en lo que pasó, no se torturan pensando cómo las cosas hubieran sido distintas. Lo guardan en una cajita y siguen adelante. Si un aspecto de nuestras vidas no está funcionando, no quiere decir que nada esté funcionando.

Los eventos buenos tienen causas globales para ellos, podrán esparcirse positivamente hacia las demás áreas de nuestra vida. Los eventos negativos tienen causas específicas, arruinaron algo, pero no tendrán la fuerza suficiente para arruinar el resto.

PERSONALIZACION:

La personalización hace referencia a quién es el culpable cuando las cosas malas suceden. La gente puede culparse a sí misma, a los demás o a las circunstancias externas. Esto no quiere decir que los optimistas jamás se hacen cargo de sus equivocaciones, simplemente quiere decir que cuando se equivocan piden perdón e intentan enmendar la situación, pero no se castigan eternamente por el error cometido. No dejamos de ser valiosos porque nos equivocamos, nadie es perfecto y pueden vivir con eso.

A veces realmente son los demás o las circunstancias externas lo que nos llevan a ciertas situaciones desagradables, lo importante es saber discernir cuando realmente es nuestra responsabilidad y cuando no. Si existe un aspecto de la personalidad del optimista que dificulta las relaciones, en vez de ser duros consigo mismos intentan cambiar esa conducta, pero lo hacen desde la aceptación y el amor hacia sí mismos. La persona pesimista tiende a echarse la culpa siempre, incluso en aquellas situaciones donde es inocente.

El optimismo no es algo que vemos a simple vista en los demás, es un rasgo profundo, todos tenemos pensamientos optimistas y pesimistas, lo que hace la diferencia es cuál de los dos polos prima en el día a día.

Tanto el pesimismo como el optimismo tienen cierto componente genético en juego, pero sobre todo son aprendidos. Si nuestros familiares, maestros, las personas significativas a nuestro alrededor, nos enseñaron sin saberlo una determinada manera de explicar las causas de los sucesos, iremos repitiendo también ese modelo sin percatarnos que quizás no aprendimos la mejor manera de lidiar con las experiencias.

¿Por qué es importante aprender a ser optimista? Los estudios han demostrado que ellos viven más tiempo, tienen una mejor calidad en su salud. Ante los fracasos reaccionan como si éstos fueran desafíos, los enfrentan con energía y esperanza. Las personas optimistas piensan de manera creativa, tolerante, constructiva, generosa, relajada.

Todas estas razones son más que suficientes para adoptar un estilo explicatorio optimista, que indudablemente va a contribuir a que seamos más felices y podamos disfrutar de relaciones significativas con los demás.

 

 

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

 

Nace El CLUB DE LOS OPTIMISTAS

El club de los optimistasHola queridos lectores. En esta oportunidad les escribo para comentarles acerca de una nueva propuesta que surgió recientemente. En estos tiempos cuando todo es negativo, cuando es difícil encontrar espacios donde se comparta alegría, optimismo, esperanza, donde suele ser complicado conocer nuevas personas que aporten entusiasmo a nuestras vidas, es ahora cuando nace EL CLUB DE LOS OPTIMISTAS.
 
Esta comunidad en facebook propone lo siguiente:
 
Reuniones de carácter mensual en un lugar propuesto por nosotros (restaurant, cafetería, salón, etc) a charlar sobre temas de desarrollo personal, psicología, un lugar donde podamos contar nuestras historias de vida, nuestros éxitos, aprendizajes, sueños. Es un espacio netamente construido entre nosotros para retroalimentarnos positivamente y seguir creciendo como seres humanos.
 
El primer encuentro se realizará el sábado 27 de agosto de 11:00 a 13:00 horas en CAFE TRIBUNALES (Dirección Plaza Cagancha s/n – San José 1133 – Centro, Tel.: 2903 3542 Mail: cafetribunales@gmail.com)
 
Para quienes quieran formar parte de esta idea los invito a entrar aquí http://www.facebook.com/pages/El-club-de-los-optimistas/252294888123032?sk=info#!/pages/El-club-de-los-optimistas/252294888123032?sk=wall
 

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

Perspectiva

Perspectiva

¿Por qué tenemos que esperar a perderlo todo para entender lo que es verdaderamente importante? Somos afortunados de varias maneras, más de las que queremos admitir. Hemos sido bendecidos con buenas personas a nuestro alrededor, con atributos físicos y mentales, con habilidades y talentos, con esperanzas y sueños. Pero incluso aunque poseamos todo esto no lo explotamos, no lo cuidamos, y es más, a veces hasta lo despreciamos.

Sé que la vida mucha veces es más difícil de lo que queremos que sea, pero eso no quiere decir que no valga la pena vivirla. Todo es cuestión de perspectiva. Sin importar qué tan complicado sea todo, siempre hay una razón para levantarse. Siempre habrá algo que poseamos que valga mucho protegerlo y estimularlo.

Muchos individuos esperan a perder lo que en realidad importa para poder darse cuenta de lo válido que era. Y es así que pasamos nuestra vida despreciando a los que nos aman o minimizándolos, quejándonos de cosas que no tienen importancia, perdiendo la oportunidad de sacarle provecho a lo que sí poseemos siempre en pos de prestarle atención a lo que nos falta.

A veces no apreciamos nuestra salud hasta que nos enfermamos, no apreciamos la vida hasta que estamos al borde de la muerte, no apreciamos a nuestros seres queridos hasta que se aburren de nosotros.

Siempre he sido una fiel creyente de esta frase “si de noche lloras por el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”. Si siempre te concentras en lo que aún no tienes, no podrás disfrutar de lo que ya tienes, ¿cuántas estrellas habrán en tu firmamento que ignoras activamente?

Crees que tus problemas son los peores de la tierra hasta que escuchas la historia de otra persona, crees que tu vida es imposible hasta que te enteras de cómo han sufrido los demás.

El quejarse y no hacer nada no es constructivo, nos coloca en una posición de víctimas insoportables, frustrantes. Claro que puedes quejarte de vez en cuando, nadie te pide que seas perfecto, pero mientras te quejas haz algo para cambiar la situación que tienes o si no puede ser cambiada, al menos acéptala. Cada desafío que se nos presenta tiene su razón de ser.

Muchas personas exitosas han tenido vidas terribles, y yo estoy absolutamente convencida de que las adversidades son constructoras de carácter y fortaleza. Cuando las cosas no salen exactamente como quieren, buscan una alternativa. Saben dejar ir aquello sobre lo que no tienen control. Buscan sus sueños sin importar lo que los demás digan. Son constantes, obstinados si se quiere.

La muerte, las enfermedades, las pérdidas son choques de realidad que en varias ocasiones nos sacuden y nos hacen comprender lo más obvio, no todo es tan terrible como pensamos, no todos son tan malos como creemos, siempre habrán cosas peores. Sé que habrá veces donde no puedas lograr esto solo, pero como siempre digo, no hay nada de malo en pedir ayuda, lo importante es que tengas la voluntad de hacerlo, nadie puede ser ayudado sino quiere serlo. Esto es 100% tu responsabilidad.

Entonces…¿por qué esperar a perderlo todo? ¿Por qué esperar a estar solo? ¿Por qué esperar a ser feliz? Con lo que tienes hoy ya puedes comenzar, no necesitas de recetas mágicas o grandes golpes de suerte. Aprende a disfrutar y sobre todo a VALORAR lo que ya posees. Desde el agradecimiento y el disfrute de tus bendiciones presentes verás cómo tu estado emocional cambia, cómo te sientes más seguro y pleno y eso te dará la fuerza necesaria para seguir creciendo y acercándote a lo que en realidad deseas. Aprende a poner las cosas en perspectiva AHORA, antes de que la vida lo haga por ti a la fuerza.

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

Crea tu felicidad

Podemos crear felicidad en nuestra rutina diaria cambiando algunas simples cosas. Tal vez lo Crea tu felicidadmás obvio pasa desapercibido confundido con la vorágine de las obligaciones en las cuales todos nos vemos envueltos. A veces simplemente pareciera que no hay tiempo para nosotros aunque quizás esto no sea tan real como parece, porque así sea que nos podamos dedicar solamente diez minutos al día, estos deben ser aprovechados. Es irrelevante en realidad cuánto tiempo tengamos, lo que interesa es la calidad del mismo, cómo decidimos disfrutar esos minutos o esas pocas horas que tan sólo son nuestras.

La felicidad puede ser creada mediante la práctica diaria de determinadas acciones. Teniendo en cuenta que los logros personales son un poderoso combustible para nuestra autoestima, tendríamos que prestar más atención a la concreción de determinados planes. La vida con propósito es una vida plena, ¿cuáles son tus metas? ¿Cómo puedes comenzar a acercarte a ellas? ¿Cuál es el pequeño primer paso que debes dar?

Cuidarnos es fundamental, ¿cómo alimentamos nuestro cuerpo? Y más importante, ¿cómo alimentamos a nuestra mente? ¿Qué es lo que lees? ¿Qué es lo que escuchas? ¿Qué es lo que miras? Una mente activa es una mente sana y productiva, dedicarnos a dar rienda suelta a nuestra curiosidad, nuestra creatividad, nuestra imaginación, nuestra inteligencia nos hará sentir más satisfechos al final del día. También dedícate tiempo a descansar, a disfrutar, no todo es trabajo en esta vida.

Permite que el optimismo esté presente, busca activamente emociones positivas, disfrútalas, compártelas. Evita quedarte atascado al dolor, al rencor, al pasado. La vida tiene mucho más que ofrecerte y quizás aún todavía no puedas verlo, bríndate la oportunidad de ver las cosas desde una perspectiva distinta.

El amor tiene diversas formas, no solamente existe el amor de pareja. Los vínculos son muy importantes y brindan un monto importante de alegría a la rutina. Ama a los demás, permite que ellos te amen también, tienes muchas cosas valiosas que sin duda los demás podrán apreciar si se lo permites.

Tú sabes cuáles son tus talentos, puedes llegar a tener una idea de cuáles son tus fortalezas. Dedica el tiempo a cultivarlas y a ponerlas en práctica, enfócate en lo que ya posees y no busques tanto arreglar lo que consideras roto, es mejor ver y disfrutar lo que ya tienes que concentrarse en eso que aún no está o en darle más relevancia a nuestros defectos de la que deberían tener.

Recuerda ser agradecido, nadie sabe lo que tiene hasta que un día ya está lejos de su alcance, ten cuidado y evita convertirte en víctima de tu propia ceguera, si decides no ver lo que ya has logrado, quiénes son las personas que te aman, lo bueno que funciona en tu cuerpo, lo único que lograras con esto es perder la oportunidad de ser feliz por lo que ya existe y es hermoso en tu presente.

Crea tu felicidad, decide incrementarla en tu vida, ser feliz a veces es mucho más sencillo de lo que parece.

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com