Cómo solucionar problemas

Cómo solucionar problemas

¿Qué es un problema? Es aquello que se desvía del funcionamiento que deseamos, manifestándose en algo que puede ser observado. La causa a veces puede ser invisible y es nuestro trabajo llegar a ella por eso es importante tener una descripción clara del problema. Esto implica tomar en consideración los aspectos negativos y positivos del mismo, saber a quién le pertenece (puede ser tuyo, de algún familiar, colega de trabajo, etc), tener en cuenta desde cuando está presente esta situación y quiénes son los afectados, cuáles son sus consecuencias.

Una vez que has reflexionado sobre estos puntos puedes comenzar con una lluvia de ideas, anota todas las soluciones que se te ocurran en el momento, sopesando sus ventajas y desventajas y qué tan factibles son de llevarse a cabo. Anota todas y cada una de las ideas que se te presenten y al principio no te preocupes si parecen demasiado absurdas.

Ten en cuenta que un rol activo en la situación te asegurará más posibilidades de éxito, si decides ignorar el asunto, hacer como si no existiera y mantenerte quieto el problema seguirá estando allí y lo que es peor, probablemente con el tiempo pueda irse complicando aún más todavía. Sé persistente y evita dejar de lado tu determinación de sobrellevar esto.

Los problemas son más manejables cuando, al igual que las grandes metas, vamos despedazándolos en detalles más pequeños. Si podemos identificar cuáles son los componentes de un problema de manera individual seguramente será menos agobiante que verlo como un monstruo gigante y también más fácil de atacar.

 ¿Y si piensas tu problema desde un rol distinto? Piensa ¿cómo tal persona solucionaría esto? ¿Qué le aconsejaría yo a alguien?

 Podemos también llegar a una respuesta utilizando el camino inverso, ¿cómo haría yo para causar este problema? Si estás demasiado cansado, ¿es porque no duermes lo suficiente? Si tienes tantos problemas con tu pareja ¿eres tú la persona que los está causando? ¿Qué puedes hacer para ser menos irritable por ejemplo?  Entonces en estos casos las conclusiones serían que debes dormir más para evitar estar cansado y aprender a controlar tu carácter para evitar conflictos con la persona amada.  Esta estrategia puede ser aplicada a cualquier tipo de problemática.

 Por último, si solo no puedes con esto no temas pedir consejo, los demás nos pueden brindar una visión más objetiva del asunto y además hasta pueden ver cosas que nosotros pudimos haber pasado por alto. Así que acércate a una persona de confianza, planteále lo que te sucede y mantente atento a su opinión, puede resultar muy útil.

 En la vida no siempre todo resulta exactamente como queremos porque más allá de nuestra voluntad y deseos hay muchísimos otros factores jugando que no deben ser ignorados. Así que cuando debas tener que afrontar un problema no te asustes, no lo dramatices, intenta considerarlo desde una perspectiva más abierta y seguramente tendrás éxito si eres lo suficientemente persistente. Cuando te encuentres con aquellas cosas que no son solucionables porque no existe manera posible de que tú puedas ejercer algún tipo de control sobre esta circunstancia en particular, aprende a aceptarlo. La aceptación libera mucho más que la negación y tenemos que aprender a vivir en paz con aquellas cosas que se escapan a nuestro control. Así que utiliza estas estrategias y disfruta del proceso, seguramente te encontrarás con más problemas solucionables que aquellos que no lo son.

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

Cómo lograr tus objetivos

Cómo lograr tus objetivosPrimer paso, ten en claro tu propósito. Cuando debes comenzar a tomar acción y no encuentras la motivación suficiente, simplemente porque la cama está demasiado tentadora, es demasiado temprano, estás cansado o hastiado, debes preguntarte ¿por qué quiero hacer esto? Ya sea tu objetivo escribir, ir al gimnasio, adelantar un proyecto, etc, tienes que tener en claro por qué has decidido llevarlo a cabo, cuáles son los beneficios obtenidos. Recuerda qué es lo que te apasiona, qué es lo que te empuja, cuál es tu verdadero objetivo y qué es necesario para alcanzarlo. Hasta el más mínimo paso cuenta en este proceso.

Deberías tener en claro hacia dónde quieres llegar, una acción dirigida a un propósito en particular tiene más sentido para nosotros que una acción sin dirección. Orienta tus acciones en función de determinados resultados. ¿Qué es exactamente lo que quieres lograr? ¿Cuál es la acción más pequeña que puedes llevar a cabo hoy para lograrlo?

Siempre puedes hacer algo, no te engañes diciéndote que no tienes tiempo, aprende a organizarte, si puedes aprovechar diez minutos te serán de utilidad para adelantar algo. Lo que hagas hoy ya es una avance para mañana. Es irrelevante que hagas todo ahora, basta con un simple detalle para acercarte a lo que quieres y además sentirte orgulloso de ti mismo. Concéntrate en lo que sí puedes hacer, lo demás lo irás logrando con el correr de los días.

Ten fé en ti mismo, olvida lo que los demás puedan llegar a decir para desalentarte, considera los tropiezos como aprendizajes, tu pasión viene de dentro de ti, búscala y la encontrarás. Ten esperanza, vislumbra tu futuro y ama tu presente porque ahora estás colocando los cimientos para construir lo que un día será tuyo.

Paradójicamente, cuando nos quedamos demasiados quietos menos energía tenemos, la energía está directamente relacionada con la forma en que nos movemos. Si quieres estar más activo, simplemente decide estar más activo. Sucede que si esperas a que te llegue la energía pasivamente no llegará nunca.

Cuando te sientas un poco desanimado acércate a un espejo y sonríete a ti mismo. El simple hecho de sonreír aunque no estemos contentos en ese momento envía sensaciones positivas a nuestro cerebro y libera endorfinas.

Una buena manera de potenciar tu energía es respirando de la manera correcta. Toma nota de la forma en que usualmente respiras cuando te sientes bien contigo mismo, cuando has obtenido un logro. Cuando estés un poco desmotivado imita esa respiración. El meditar es otra hermosa herramienta para conocernos a nosotros mismos, calmar nuestra ansiedad y nos ayuda a relajarnos más.

Hazte preguntas que te enfoquen, ¿hacia dónde quieres ir? ¿Qué es lo que puedes disfrutar ahora de tu vida? ¿Quiénes son las personas que te quieren? ¿Qué es lo que sí funciona?

Para que tu cuerpo y tu mente te respondan adecuadamente debes procurarles un buen descanso, una buena alimentación y sí, ya lo sabes, un poco de ejercicio, nunca está demás hacer algo para moverse al menos dar caminatas. Mientras más quieto estás más se estancan tus ganas, muévete para moverte aún más.

¿Estimulas tus sentidos? Lee cosas que te inspiren, enciende inciensos o velas aromáticas, disfruta del calor del sol o una hermosa ducha, escucha música que te llene de energía. Busca conectarte con la naturaleza, respirar aire fresco, sentir la arena en tus pies, el césped, lo que tú prefieras. Despierta tus sentidos, todo ayuda a la hora de buscar la inspiración.

Rodéate de personas que entiendan tus objetivos, que te inspiren. Gente que busca lo que quiere y no se detiene hasta obtenerlo.

Deja de lado cosas que ya no funcionan, despréndete de viejas metas si ya no deseas alcanzarlas, no debes sentirte obligado a hacer algo que no quieres o ya no representa una parte de ti. Deja de lado el rencor, el pasado, todas esas cosas que atan y no te permiten continuar avanzando. Enfoca tu energía en las cosas que sí quieres, no en lo que ya no tiene solución o sobre lo que no tienes control.

Existe una técnica muy interesante y sencilla para asegurarnos la productividad. Primero debes pensar cuáles son las cosas que sí o sí debes hacer para acercarte a tus metas, piensa en tan sólo cinco cosas que debes hacer diariamente que no puedes dejar de lado. Ahora piensa, ¿cuál de todas esas cinco acciones es la más importante? ¿Qué es lo que no puedo dejar de hacer? De esta manera irás priorizando esos cinco elementos.

Una vez que tienes las cinco acciones enumeradas de acuerdo a su importancia, comienza el día haciendo lo más importante de tu lista y no puedes continuar con el resto de ítems hasta que hayas completado ese primero, lo mismo será aplicado con el resto de las acciones. Si durante el día no puedes completar esos cinco mini objetivos, debes tomar el último que te quedó sin hacer y considerarlo el primer objetivo a cumplir al día siguiente. De todas maneras, intenta cumplir diariamente con las acciones que te has propuesto, la productividad y el sentirte bien contigo mismo, realizado, están asegurados.

Con estos pasos en mente tienes un buen material para cada día estar más cerca de tus objetivos. Así que manos a la obra y que tus metas se cumplan.

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Crea tu felicidad

Podemos crear felicidad en nuestra rutina diaria cambiando algunas simples cosas. Tal vez lo Crea tu felicidadmás obvio pasa desapercibido confundido con la vorágine de las obligaciones en las cuales todos nos vemos envueltos. A veces simplemente pareciera que no hay tiempo para nosotros aunque quizás esto no sea tan real como parece, porque así sea que nos podamos dedicar solamente diez minutos al día, estos deben ser aprovechados. Es irrelevante en realidad cuánto tiempo tengamos, lo que interesa es la calidad del mismo, cómo decidimos disfrutar esos minutos o esas pocas horas que tan sólo son nuestras.

La felicidad puede ser creada mediante la práctica diaria de determinadas acciones. Teniendo en cuenta que los logros personales son un poderoso combustible para nuestra autoestima, tendríamos que prestar más atención a la concreción de determinados planes. La vida con propósito es una vida plena, ¿cuáles son tus metas? ¿Cómo puedes comenzar a acercarte a ellas? ¿Cuál es el pequeño primer paso que debes dar?

Cuidarnos es fundamental, ¿cómo alimentamos nuestro cuerpo? Y más importante, ¿cómo alimentamos a nuestra mente? ¿Qué es lo que lees? ¿Qué es lo que escuchas? ¿Qué es lo que miras? Una mente activa es una mente sana y productiva, dedicarnos a dar rienda suelta a nuestra curiosidad, nuestra creatividad, nuestra imaginación, nuestra inteligencia nos hará sentir más satisfechos al final del día. También dedícate tiempo a descansar, a disfrutar, no todo es trabajo en esta vida.

Permite que el optimismo esté presente, busca activamente emociones positivas, disfrútalas, compártelas. Evita quedarte atascado al dolor, al rencor, al pasado. La vida tiene mucho más que ofrecerte y quizás aún todavía no puedas verlo, bríndate la oportunidad de ver las cosas desde una perspectiva distinta.

El amor tiene diversas formas, no solamente existe el amor de pareja. Los vínculos son muy importantes y brindan un monto importante de alegría a la rutina. Ama a los demás, permite que ellos te amen también, tienes muchas cosas valiosas que sin duda los demás podrán apreciar si se lo permites.

Tú sabes cuáles son tus talentos, puedes llegar a tener una idea de cuáles son tus fortalezas. Dedica el tiempo a cultivarlas y a ponerlas en práctica, enfócate en lo que ya posees y no busques tanto arreglar lo que consideras roto, es mejor ver y disfrutar lo que ya tienes que concentrarse en eso que aún no está o en darle más relevancia a nuestros defectos de la que deberían tener.

Recuerda ser agradecido, nadie sabe lo que tiene hasta que un día ya está lejos de su alcance, ten cuidado y evita convertirte en víctima de tu propia ceguera, si decides no ver lo que ya has logrado, quiénes son las personas que te aman, lo bueno que funciona en tu cuerpo, lo único que lograras con esto es perder la oportunidad de ser feliz por lo que ya existe y es hermoso en tu presente.

Crea tu felicidad, decide incrementarla en tu vida, ser feliz a veces es mucho más sencillo de lo que parece.

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¿Cómo te hablas a ti mismo?

¿Cómo te hablas a ti mismo?

Deberíamos ser muy cuidadosos con la manera en que nos hablamos, el tipo de lenguaje que utilizamos, las cosas que nos decimos, van dejando un fuerte impacto en nuestras emociones y autoestima.

Evita decirte tonto, inútil, perezoso, todos esos adjetivos que te hagan sentir mal y que no te van a conducir a nada productivo, mejor háblate bien, sedúcete a ti mismo y valora siempre lo que haces. Enfoca tu energía en ver lo que sí tienes y tus cualidades en lugar de concentrarte en los defectos y las carencias.

Los pensamientos que vamos eligiendo son el alimento de nuestras emociones,y como en una delicada dieta, debemos nutrirnos de aquello que aumente nuestro nivel de energía y felicidad, lo demás fácilmente debe ser desechado.

Trátate con respeto, con tanta dignidad como eliges tratar a los demás. Nada bueno sale de ser cruel contigo y golpearte cuando estás caído, bríndate el tiempo de mejorar, de enmendar tus errores, de curarte. No te presiones, cuídate como si fueras tu mejor amigo. Si los demás merecen tu perdón, tu admiración y tu amor, tú también lo mereces. Aprende a tratarte como el ser humano valioso que eres.

Deja que el buen humor fluya en tu vida, los problemas van y vienen y es mejor pensar soluciones o alternativas con una buena sonrisa en vez de amargarse y frustrarse en vano. Los niños pequeños suelen reírse un promedio de 300 veces al día, un muy buen hábito que deberíamos mantener porque las cosas siguen siendo graciosas y bellas, ¿verdad?

Sé honesto con las cosas que realmente quieres, no busques agradar a los demás o tener prestigio, decide hacer algo porque realmente surge de tu sincero deseo. Si escoges una carrera que sea de tu agrado, evita que sea una decisión ajena como de tus padres por ejemplo. Si quieres un determinado trabajo quizás tan sólo por el salario, piensa qué es lo que estás sacrificando por eso. Intenta poner las cosas en perspectiva, hay determinados sacrificios que no valen la pena y otros que sí, la respuesta reside en tu corazón.

Piensa desde lo que ya posees, si siempre te estás concentrando en la falta, en esos anhelos no alcanzados aún, solamente te sentirás más desgraciado. La mejor manera de crecer a todo nivel es apreciando cada paso que hemos dado, dándonos el tiempo para disfrutar de lo obtenido y desde el agradecimiento y el pleno disfrute de lo que ya está en nuestro presente, continuar nuestro camino de desarrollo con alegría y con calma. La ansiedad es muy traicionera y nos pone una venda en los ojos, nos evita ver lo que sí has ganado y todo lo maravilloso que ya eres.

Así que escoge con sabiduría tus pensamientos, tus palabras, lo que decides sentir. Incrementa tu energía sabiendo que ya eres un ser respetable que cada día se convierte en una mejor versión de sí mismo porque así lo deseas.

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La Resistencia Positiva

El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones

La resistencia PositivaEs muy difícil cambiar, lo intentas, haces todo lo posible, tienes la teoría a la perfección pero algo dentro de ti te impide dar ese último y gran paso, ese paso que te permitirá dejar atrás lo que estorba y construir lo que realmente deseas. La resistencia al cambio se considera como el conjunto de fuerzas y factores desencadenados a partir de cualquier variación que suceda en un sistema. Su meta es mantener la estabilidad del mismo y esto puede ser aplicado a una persona, organización o sociedad. El cambio siempre está acompañado de respuestas de oposición, la resistencia es su manifestación más habitual.

La resistencia intentará alejarnos del cambio mediante las más variadas excusas, nos generará temor, se verá el cambio como amenazante. Nos intentará hacer creer que quedarnos como estamos es la verdadera solución, ya que no implicará ningún esfuerzo y además podremos seguir obteniendo los mismos beneficios, el asunto es que aquí una parte de nosotros se apaga, las posibilidades desaparecen y nuestro potencial se estanca. El cambio debe lograr ser más atractivo que la resistencia, poseer argumentos más seductores y hacernos ver que en realidad, a pesar del esfuerzo que implique de nuestra parte, tendremos aún mayores beneficios de los obtenidos haciendo lo mismo que hacemos siempre.

En PNL (Programación Neurolingüística) nos hablan de concepto de la intención positiva. Todo comportamiento y hábito tiene en algún punto una intención positiva, todo tiene un propósito, ya sea el de protegernos, la de brindarnos seguridad, motivación, etc. Nuestras acciones se van deformando hasta tal punto que se convierten en actitudes nocivas para nosotros, pero no nos damos cuenta o nos vemos imposibilitados de cambiar, porque albergan a pesar de todo una buena intención. Si bien las personas se sienten motivadas por “intenciones positivas”, eso no necesariamente implica que serán acciones positivas hacia los demás. Podemos hacer lo que creemos mejor para nosotros y para el otro, pero no necesariamente acertar objetivamente.

Tendríamos que aprender a diferenciar el acto en sí mismo de la intención que se esconde detrás de él, para si poder dejar de lado lo malo y crear un nuevo comportamiento que sea más beneficioso en todos los aspectos, manteniendo la intención positiva original.

Se pueden comenzar a cambiar las estrategias gracias a una reestructuración de pensamientos y técnicas de cambio, debemos hacer uso de nuestra creatividad y buscar el apoyo necesario para ver más allá de lo que se esconde tras nuestros comportamientos dañinos. Tendríamos que pensar en las elecciones para cambiar esa actitud, ese comportamiento, ampliar nuestro abanico de opciones y enriquecer nuestro mundo psíquico. La nueva elección debe satisfacer y mantenerse fiel al propósito inicial, dejando de lado las consecuencias poco deseadas que nos genera el comportamiento actual. En vez de buscar el por qué, tendríamos que preguntarnos para qué hacemos esto, distinguir la conducta de la intención. Nos estamos resistiendo al cambio para mantener el beneficio que tenemos de esa conducta cuyo origen es positivo para nosotros pero termina haciendo daño al deformarse.

Una parte de nosotros es la que genera ese problema, debemos identificar cuál es la parte nuestra que está generando el comportamiento y entender el por qué. El éxito sucede cuando esa parte acepta e internaliza otras elecciones para poder satisfacer su intención positiva.

Este concepto nos invita a pensar de una manera distinta, en vez de luchar despiadadamente contra nuestra parte más oscura, debemos escucharla, dilucidar qué es exactamente lo que pretende de nosotros. Hacer una alianza donde podamos salir realmente beneficiados y convencerla amistosamente de trabajar a nuestro favor. Me parece una excelente propuesta, ¿se animan a intentarlo?

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La mentira de las almas gemelas

Hace mucho, mucho tiempo, existían los andróginos, seres poderosos que constaban de dos La mentira de las almas gemelascabezas, cuatro brazos y cuatro piernas, sus rostros eran idénticos. Eran tan poderosos que prontos se vieron presos de la ambición.

Un mal día tuvieron la idea de osar conquistar el Olimpo, construyendo una torre. Cuando los dioses se enteraron de tal blasfemia decidieron castigarlos con premura y el peor castigo en el cual Zeus pensó fue en separarlos, ya no volverían a ser esos seres completos, unidos en cuerpo y alma.

Las criaturas comenzaron a morirse de desesperación, se abrazaban con fuerza, anhelando nuevamente volver a ser uno. Zeus se apiadó de ellos y les permitió tener sexo, para volverse a unir, aunque sea por unos instantes. Es por eso que existe ese deseo de fundirse con el otro, esa búsqueda eterna de un alma gemela que nos llene y finalmente, después de tanto tiempo, nos convierta en seres completos.

Si bien este mito es sumamente romántico y hermoso, tiene muchos fallos. Y el principal radica en hacernos creer que sin otro ser humano somos incompletos, que no podemos ser plenos ni felices a menos que haya una persona completando nuestra carencia afectiva.

Los vínculos con los demás incrementan nuestra felicidad, de eso no hay duda, pero cuando hacemos que nuestra vida gire en torno a los otros es ahí cuando el problema aparece. No necesitamos de otra persona para estar completos, para explotar nuestro potencial, para vivir libremente. Si convertimos las relaciones con los demás en necesidad, se pierde el verdadero propósito de la compañía de los otros. Si necesitamos algo estamos perdidos, porque el verdadero amor no se basa en la necesidad, en el morir si nos hace falta su presencia, en el entregarnos por entero a los caprichos de otro ser tan imperfecto como nosotros. El verdadero amor se basa más que nada en el compañerismo, en el respeto en su amplio sentido, en el entendimiento de que son dos seres individuales con sus propios deseos, con sus propios espacios y a su vez con sus propios vínculos afectivos con otras personas, que han decidido estar juntos para nutrirse mutuamente, no para lastimarse o denigrarse.

Cuando se idealiza el amor se cae en una trampa dolorosa, primero porque es muy despiadada la noción de creer que existe UNA SOLA persona para nosotros ahí afuera y si la perdemos, o peor, no la encontramos jamás, estaremos condenados al infierno de la soledad eterna. Esto está muy, pero muy lejos de ser cierto. Podemos enamorarnos varias veces, de distintas maneras, con diferente intensidad e incluso, algo que muchas personas olvidan, podemos enamorarnos apasionadamente o simplemente enamorarnos de la misma persona con la que compartimos varios años juntos. El amor es cambiante incluso con nuestra pareja estable.

El amor no tiene demasiadas reglas, es natural, no hay que forzarlo. No podemos tratar de encasillarlo en una sola definición, porque eso es limitarnos a nosotros mismos. Si vamos a intentar imponer cánones externos vamos por un muy mal camino, porque es algo que vamos construyendo con el otro. Y no es necesario que nuestro amor sea perfecto, sumamente apasionado, dramático o aventurero como nos intentan vender en las películas o las historias, basta sencillamente con que sea amor y  nos enriquezca la vida, nada más y nada menos que esto.

Así que intenta amar de una manera más libre, no intentes fundirte con el otro porque lo único que lograras es desintegrarte, cultiva tus espacios privados y alienta a tu pareja a hacer lo mismo, tu pareja no es el centro del mundo, están juntos para disfrutarse mutuamente no para condenarse ni lastimarse. Por supuesto que se equivocarán en el camino, porque nada en este mundo es perfecto y mucho menos el amor, lo importante es que crezcan juntos.

Cuando aprendemos a tener una visión más realista del amor es cuando comprendemos que hay mucho más para nosotros que simplemente el príncipe azul o la hermosa doncella. No necesitas del otro para poder ser completo, es simplemente un compañero. Jamás permitas que tu felicidad duerma en las manos de otra persona, porque tu felicidad es tu responsabilidad.

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Disputando pensamientos negativos

Disputando pensamientos negativos

El problema con las cosas que nos decimos a nosotros mismos es que las consideramos verdades absolutas. Es hora de que aprendamos a disputar esos pensamientos que tomamos como ciertos por el simple hecho de que decidimos creer que así es. Nuestras creencias no son más que hipótesis que tienen que ser puestas a prueba.

Primero tendríamos que aprender a evitar a exagerar la magnitud de nuestras creencias e interpretaciones acerca de las cosas que nos suceden. Disputar efectivamente involucra tener argumentos sólidos, no basta con decirse lindas frases, tenemos que buscar las evidencias positivas que nos demuestren que no todo es tan terrible como pensamos.

Cuando la catarata de pensamientos negativos aparece, el primer paso que tenemos que tomar es el de calmarnos y darnos un tiempo prudencial para pensar. Hay que distanciarse de esos pensamientos para poder sopesarlos objetivamente. Muchas veces puede haber algo de cierto en ellos, pero eso no quiere decir que sea tan cierto como creamos. Por ejemplo, podemos no tener pareja en el momento actual y por eso creer que siempre nos equivocamos en la elección amorosa, pero supongamos que sí te equivocaste un par de veces, eso no quiere decir que te volverá a suceder en el futuro ni que te quedaras solo para siempre. La verdad de nuestra vida debe ser puesta a prueba, porque muchas de nuestras verdades no son más que un constructo de pensamientos catastróficos que en realidad no reflejan toda la certeza de nuestros actos.

Cuando pienses en las evidencias que respaldan tu teoría, debes tomarte el tiempo para buscar aquellas que estén en contra también, de esta manera te aseguras de disminuir tu tendencia a ver sólo una cara de la moneda. Otra táctica es generar alternativas, ¿de qué otra manera puedes considerar la situación? Recuerda pensar en contexto, las situaciones están repletas de detalles muchos de los cuales ni siquiera conocemos, sería arrogante de nuestra parte considerar que sabemos todo de una situación cuando en realidad no es así.

Si un evento malo nos ocurre tenemos que detener la avalancha de pensamientos que nos dicen que cosas terribles nacerán de esto, deja de preguntarte ante cada pelea con tu pareja ¿qué pasaría si mi esposa me deja?, ante un llamado de atención de tu jefe ¿qué pasaría si me despidieran? Y si esto sucediera, ¿qué tan terrible sería? Sé específico y brinda detalles a esta respuesta.  ¿Cómo harías para mejorar la situación? Ahora pregúntate, ¿qué es lo mejor que podría pasar en esta situación? Usualmente no ocurrirá ni la peor ni la mejor, será algo intermedio.

El estar preparado para las situaciones brindará un poco de calma, en lugar de asustarte, piensa en un plan de ataque. ¿Cómo puedes trabajar en ti? ¿Qué puedes hacer ante ese evento en particular? ¿Cómo puede suavizar una pelea? Tomar acción, sentirte dueño de la situación te brindará más paz.

En esta serie de artículos han aprendido a identificar los pensamientos negativos, a buscar evidencias en contra de ellos, a no exagerar los resultados de determinadas situaciones, a buscar alternativas, a cambiar sus creencias. La vida es tan díficil como ustedes decidan verla, siempre habran contratiempos y dolor, pero eso no significa que serán eternos, lo malo también se termina y no pierdan la esperanza de salir adelante. Si ustedes no pueden llevar a cabo estos consejos por sí mismos, no duden en buscar ayuda, todas las herramientas que puedan utilizar a su favor serán bienvenidas.  Sigan trabajando en su camino hacia la felicidad porque es el más hermoso y el que sin duda vale más la pena.

 

 

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Cambiando tu estilo explicatorio

Cambiando tu estilo explicatorioLa gran diferencia entre optimistas y pesimistas es su manera de explicar las situaciones que les suceden, esto se conoce como estilo explicatorio. El mismo involucra tres grandes áreas que son la permanencia, la personalización y la omnipresencia. El pesimista creerá que las adversidades no pueden ser derrotadas y que siempre estarán presentes afectando todos los aspectos de su vida. La persona cree que es ella misma la causante de todo sus contratiempos, sin tomar en consideración las circunstancias y las demás personas que la rodean, e incluso sí cree que no es su culpa continua creyendo que nada está en su poder para hacer el cambio.

Primero tenemos que tener en claro ciertos conceptos para poder detectar lo que nos ocurre y podes utilizar esto a nuestro favor. Las explicaciones que le damos a un evento pueden tener las siguientes características:

  • Permanentes: la causa es algo que persistirá y no podemos hacer nada para cambiarlo
  • Temporales: la causa es algo cambiante, transitoria
  • Omnipresentes: la causa puede afectar varias situaciones
  • Especificas: La causa solamente afectará algunas situaciones
  • Personales: Yo soy la causa
  • Impersonales: La causa está relacionada con otras circunstancias o personas

La personalización es un concepto muy importante que implica saber distinguir hasta qué punto en realidad somos responsables de lo que está ocurriendo. ¿Siempre dices que es tu culpa cuando algo ocurre? ¿Atribuyes tu culpa a la manera en la cual te comportas o a tu carácter? Si atribuyes la culpa a tu comportamiento es algo más manejable, ya que las conductas son cambiantes eso sería una visión más temporal. En nuestras interacciones no siempre somos culpables ni siempre somos inocentes, tenemos que intentar medir las situaciones de la manera más objetiva y exacta posible, si siempre te hechas la culpa no podrás disfrutar tranquilamente de tus relaciones con los demás.

Ahora pongamos un ejemplo para ver como esto se desarrolla en determinada situación. Supongamos que un chico está molesto porque su novia lo llamó la noche anterior diciéndole que necesitaba tomarse un tiempo de la relación, ante este hecho él piensa “Ahí vamos de nuevo, está de mal humor seguramente, en una semana estará mejor, siempre se le pasan estas locuras” Esta explicación estaría dentro de la categoría de temporal (el humor es cambiante) es omnipresente porque el estado de ánimo de su novia afecta varias situaciones y es impersonal, porque la de la loca idea es ella y no él.

Ante las diversas experiencias de nuestra vida, nuestras explicaciones y pensamientos estarán relacionados con algunos de los conceptos previamente enumerados. Ahora tu puedes hacer un ejercicio, escribe una situación cualquiera y piensa cuáles son las explicaciones que tiendes a brindarle a tus circunstancias. Los optimistas consideran que las causas buenas son las permanentes, omnipresentes y personales, ten esto en cuenta a la hora de comenzar a cambiar tus explicaciones. Si tienes dudas acerca de estos conceptos contactame a mi mail y estaré feliz de poder ayudarte.

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El modelo ABC

Martin Seligman nos explica en su libro The Optimistic Child que creemos que las El modelo ABCadversidades tienen más peso en nuestra vida de lo que en realidad tienen.  Claro está que los eventos influyen en nuestras emociones, pero no tanto como nosotros pensamos y esto se pone en evidencia cuando observamos que dos personas distintas reaccionan de manera diferente ante un mismo hecho. Por ejemplo, ante un viaje fallido de un matrimonio, uno de los integrantes de la pareja puede pensar que fue un verdadero desastre, que nada puede rescatarse de esa experiencia, que está arrepentido de haber salido de su casa. Sin embargo, el otro integrante de la pareja con una visión más optimista puede sentirse emocionado de contarle a sus amigos las anécdotas desastrosas del viaje porque las toma como graciosas y las considera una buena oportunidad para reírse y hacer reír a los demás.

Vemos lo que deseamos ver, si estamos convencidos de que no somos personas atractivas, por ejemplo, buscaremos las evidencias del rechazo, sin darnos cuenta de que nuestra propia inseguridad puede estar jugándonos en contra en lugar del hecho real en sí. Solamente buscaremos las evidencias que sustenten nuestras creencias y las que nos hagan considerar una opción distinta serán desechadas de inmediato. Lo cruel de este juego, es que consideramos reales e irrefutables determinadas pruebas que en realidad no lo son tal, sino que nosotros nos convencemos de que son ciertas porque deseamos creerlo a nivel inconsciente.

Albert Ellis y Aaron Beck crearon el modelo conocido como el modelo ABC. En inglés A de adversity (adversidad), B de beliefs (creencias), C de consequences (consecuencias). La adversidad es el hecho en si que nos hace sentir mal, un evento negativo.  Las creencias son nuestros pensamientos acerca de ese hecho y las consecuencias son nuestras emociones y acciones posteriores al hecho. Por ejemplo una joven puede sentirse muy mal porque su novio no la llamó a la hora que le había prometido (adversidad). Comienza a pensar que es porque él ya no la quiere lo suficiente (creencia) y por lo tanto se siente muy mal, se enoja y siente que no es importante (consecuencias). Un hecho trivial puede convertirse en terrible si dejamos volar nuestra imaginación.

Para comenzar a practicar con este modelo, pueden comenzar a anotar las adversidades de su día a día en una columna. En otra columna prestarán atención a los pensamientos asociados a ese hecho y en una tercer columna expresarán como se sienten al respecto. Cuando escriban sus creencias, pongan en tela de juicio qué tan certeras éstas son. Por ahora solamente concentrense en identificar esta trilogía, en el próximo artículo seguiremos con este tema.

 

 

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Detectando pensamientos automáticos

Detectando los pensamientos automáticos

Este es el primer artículo de una serie de artículos que paso a paso les darán las herramientas para poder combatir esos pensamientos que los limitan y los hacen ver la vida de una manera pesimista.

Para poder luchar con esos pensamientos negativos, automáticos, el primero paso radica en saber identificarlos. ¿Qué es lo que dice esa voz insistente? ¿Con qué te atemoriza? ¿Con que te presiona? ¿Te dice que nunca lograras lo que deseas? ¿Que eres un bueno para nada? ¿Que las cosas buenas le pasan a los demás pero jamás a ti? ¿Que no eres suficiente?

Nuestro monólogo interno puede llegar a ser el más despiadado de los verdugos, por eso debemos escucharnos intensamente para detectar qué es lo que nos decimos que nos termina haciendo actuar como actuamos. Estos pensamientos suelen ser fugaces, a veces casi imperceptibles, pero son tan poderosos que pueden hacerte sentir triste, ansioso o furioso.

Si nos prestamos la suficiente atención, comenzamos a percatarnos de estos pensamientos. Una vez que podemos hacer esto, es hora de poner en tela de juicio el contenido de esos pensamientos, su veracidad. Solemos enojarnos mucho con los demás cuando nos dicen algo que no nos gusta, podemos llegar a discutir y defendernos, pero ante nuestra voz interior nos quedamos paralizados y a pesar de que ella esté equivocada, ciegamente le damos la razón. Quienes más tienen tendencia a creer firmemente en su monólogo interno son aquellas personas quienes padecen depresión.

Para contrarrestar esto, tenemos que jugar a ser detectives, comenzar a ver las evidencias positivas y no las negativas. Por ejemplo, si crees que eres malo en el amor, busca aquellas evidencias donde pudiste haber sido bueno o al menos intenta contextualizar las cosas. Nada puede ser pensado fuera de su contexto, porque todos actuamos de determinada manera de acuerdo a una mezcla de circunstancias, pensamientos que tienen sentido en ese momento. Si tu relación terminó no necesariamente implica que tu fallaste, sino porque en esa situación determinada hubieron carencias que evitaron que la relación floreciera, pero eso no indica que tu seas un fracasado o que jamás encontraras a tu media naranja, simplemente el resultado no fue el que esperabas.

Las cosas que nos decimos a nosotros mismos no necesariamente son verdaderas a pesar que así lo creamos. Comienza a ver esos pensamientos como hipótesis que deben ser comprobadas, trata de verlos de la manera más objetiva posible. En algunos casos no encontrarás evidencia en la realidad, en otros deformaras la realidad para que tengas razón, también puede suceder que en cierto grado tengas razón, por eso es importante lo que había mencionado de contextualizar.

Debes tener en consideración, que lo mejor que puedes hacer por ti es buscar otro tipo de explicaciones a las cosas malas que te han sucedido o suceden, debes desafiar esos pensamientos automáticos.

Vamos a poner un ejemplo. Martha suele enojarse mucho con sus hijos por la mañana, por eso considera que es una mala madre. Para cambiar este pensamiento, comenzó a ver evidencias de que en realidad por la tarde estaba de muy buen humor, era cariñosa y los ayudaba con las tareas de la escuela. Entonces comenzó a decirse a si misma “No suelo estar de buen humor en las mañanas, debería aprender a controlar mi mal humor matutino, pero esto no quiere decir que sea una mala madre, simplemente que las mañanas no son mi mejor momento del día.” Al hablarse de esta manera, comienza a quitarse la carga negativa de asumir que es una mala madre por el hecho de que está malhumorada, evidencia poco suficiente para creerse algo tan importante como eso.

Así que recuerda, primero intenta detectar toda esa cascada de pensamientos que te inundan y después intenta comprobar que no son tan ciertos como crees. Si te cuesta verlo, no te olvides de contextualizar, así como puedes perdonar a los demás puedes perdonarte a ti mismo, no te olvides de los detalles, las personas y las circunstancias que confabularon para tener ese resultado.

Nuestro pesimismo es aprendido, usualmente de nuestros padres, profesores, de aquellas figuras de autoridad y cariño que nos rodean. Por supuesto que nadie nos enseña a ser pesimistas a propósito, simplemente transmitieron lo que conocían. Y lamentablemente, lo que muchas personas conocen naturalmente es el pesimismo.

Cambiar nuestra manera de pensar y ver el mundo no tiene nada de mágico, requiere de esfuerzo de nuestra parte, de determinación y elección. Es aprender las estrategias y utilizarlas todo el tiempo, convertirlas en parte de nuestra vida hasta que lo automático sea pensar de una manera optimista no pesimista. Estén atentos a los siguientes artículos, recién estamos comenzando.

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com