Incertidumbre: Miedo a lo desconocido

El miedo a lo desconocido, a la incertidumbre que nos depara si tomamos un camino fuera de lo preconcebido, puede ser algo muyIncertidumbre: Miedo a lo desconocido perjudicial a la hora de hacer cambios sumamente importantes en nuestra vida.

El pensar que tomar una decisión, muchas veces la decisión correcta, nos hará perder toda la comodidad que tenemos, es suficiente para que nos quedemos paralizados. Dicen que más vale malo conocido que bueno por conocer, pero esto no tiene sentido. La vida está llena de cambios, de momentos evolutivos diferentes, de crecimiento personal, no somos lo mismos que éramos hace unos años y si deseamos seguir desarrollándonos también volveremos a cambiar en un tiempo. Las circunstancias y las personas cambian, entonces, ante un mundo tanto interno como externo que pide a gritos la evolución, ¿cómo podemos osar a dejar pasar esta oportunidad de vivir a pleno lo que la vida nos tiene para ofrecer?

Los autores norteamericanos del desarrollo personal acuñaron el término zona de confort, es ese sitio (emocional o físico) donde decimos quedarnos estancados, porque ya sabemos más o menos cómo lidar con eso, no tendrá demasiadas sorpresas para nosotros y en cierto punto no nos cuesta tanto seguir esa rutina. Por ejemplo, si ya no amo a mi marido, quizás sea más sencillo quedarme con él por la pereza de la idea de que tengo que empezar de cero, ¿a dónde voy a vivir? ¿me quedaré sola toda la vida? Ante un cambio de carrera nos puede suceder lo mismo, estudié para ser veterinaria pero me di cuenta que en realidad quiero dedicarme a las manualidades, ¿y por qué tengo que dejar esto que me costó tanto esfuerzo ahora? ¿y si me muero de hambre haciendo manualidades?

Los miedos están, siempre estarán, son parte de nuestra condición humana, el punto es: ¿qué tanta fuerza quieres brindarle? Cuando nos quedamos paralizados lo único que logramos es perdernos de disfrutar, de crecer, de vivir la vida con todas las letras. Decidir quedarnos eternamente perdidos en la zona de confort implica limitarnos como seres humanos. Sí, quizás sea muchísimo más sencillo mirar la televisión todo el día que ponerse a leer y a aprender, pero piensa, ¿qué es más productivo para ti a la larga? Quizás sea más sencillo quedarnos con esa pareja con la cual hemos construido muchas cosas, esa que ya no quieres, ¿pero qué sucede si una mejor relación te está esperando?  

Cada pequeña decisión de nuestra vida cuenta y la crueldad del asunto, es que a veces no somos concientes de que nos estamos equivocando hasta mucho tiempo después, cuando todo está arruinado o cerca de.

La vida no se ha hecho para que vivamos como zombies, en piloto automático dejando que los días se acumulen sin sentido en un rincón polvoriento del tiempo, la vida se ha hecho para vivirla, hay que evitar reaccionar cuando las cosas ya casí están perdidas.  Hay que disfrutar desde el hoy y abrir los ojos, pensar con cuidado qué es lo que realmente queremos en todo sentido e intentar ir tras ello.

Tal vez por abandonar tu zona de confort termines viviendo alguna experiencia que no querías, pero te sorprenderías que en el 99% de los casos no es así. Quedarnos estáticos tiene un precio demasiado alto, el no cambiar es demasiado costoso a la larga porque estamos abandonando nuestro capital más preciado, nuestro capital mental, espiritual y hasta físico. Siempre hay que pagar un precio por las decisiones que tomamos, no hay escapatoria, pero cuando mires hacia atrás y reflexiones sobre el camino escogido qué sería mejor, ¿vivir lleno de lamentos y reproches por esas cosas que jamás te atreviste a hacer o ver que sin importar cómo hayan sido los resultados, te atreviste a ir más allá?

La decisión siempre es tuya, a veces sin darnos cuenta somos nosotros mismos los que terminamos atascados en una circunstancia espantosa por no haber sabido escapar a tiempo. Nunca es demasiado tarde para delinear tu destino a tu gusto, ¿te atreves a pagar el precio de lo desconocido?

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

Miedo al fracaso

Miedo al fracaso

El miedo al fracaso es nuestro gran enemigo cuando deseamos ir tras nuestros objetivos. Estamos sumamente motivados, queremos conquistar al mundo y de repente…ya no queremos saber más nada, dejamos todo por la mitad o ni siquiera nos atrevemos a comenzarlo.

Claro que esto da un pésimo mensaje para tu autoestima, te sientes impotente, triste, culpable. Esta sensación de quedarte estancado, de no hacer nada para continuar con tus objetivos, con tus planes, con tus grandes anhelos, tiene su base primordialmente en el temor.

¿Cuáles son los miedos que subyacen a nuestra idea de éxito? Existe el miedo al fracaso, el miedo a los cambios y demandas que nos traerá el futuro éxito y también puede rondar el miedo a cometer un gran error. Por supuesto que pueden estar jugando otros miedos no develados que yacen en una oscura superficie, habitando solamente para molestarnos.

Cuando estamos atemorizados, aunque esto surja de manera inconciente, el miedo se apodera de nosotros y en lugar de pensar claramente en lo que tendríamos que hacer para alcanzar nuestras metas, quedamos extenuados por el esfuerzo que hace nuestro cerebro para calmarnos ante esta ficticia amenaza que se siente como real.

¿Cómo vencer el miedo al fracaso? Primero tienes que tener mente abierta,  no te juzgues ni te critiques, solamente harás que el miedo tome más fuerza y te hará sentir muy mal contigo mismo. Intenta descubrir con qué esta relacionado el miedo, hay que conocer a nuestro enemigo. Cuando tu cerebro siente que estás bajo amenaza te paralizará o te hará huir, si reconoces estas reacciones en ti intenta no sucumbir ante ellas y enfréntate a lo que sientes.

Si prestas cuidadosa atención a lo que estás sintiendo y pensando sabrás reconocer qué es lo que te genera incomodidad, cuando te tomas el tiempo para observarte a ti mismo con cautela y no caes en la trampa del autocastigo, podrás comprender en realidad lo que está sucediendo, de qué es lo que te quiere proteger tu mente y puedes convencerte a ti mismo de que en realidad el miedo es una fantasía, algo que no necesariamente sucederá.

Abre tu mente a nuevas posibilidades positivas, no te imagines el peor escenario, piensa en las infinitas posibilidades que tienes en tus manos. El éxito (en cualquier ámbito de tu vida) es más poderoso que el temor si le permites tomar parte de tu conciencia. Cuida mucho de cómo te hablas, evita decirte que no puedes, o que no eres suficiente para llegar a lo que quieres, tampoco escuches a quienes te dicen que no puedes. Tú tienes el poder de moldear tu propio camino, así que adelante, aprende a escucharte a ti mismo con paciencia y amor.

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Miedos irracionales: Fobia Social

Miedos Irracionales: Fobia Social

Quienes padecen de fobia social se caracterizan por sentir un miedo intenso a ser observados todo el tiempo y ser calificados de una manera negativa por los demás en situaciones sociales. Esto hace nacer en el sujeto un deseo irrefrenable de evitar cualquier tipo de situación donde se sientan expuestos a este malestar.

Tenemos dos tipos de esta fobia. La denominada fobia social no generalizada donde el miedo se relaciona a determinadas situaciones específicas como hablar en público, acercarse a personas del sexo opuesto, comer delante de otras personas, ir a reuniones sociales. En la fobia generalizada o difusa el miedo se aplica a prácticamente todas las interacciones sociales.

Cuando la persona se ve enfrentada a la situación temida experimenta una ansiedad intensa acompañada de palpitaciones, temblores, tensión muscular, a veces incluso náuseas. No pueden evitar pensar que harán el ridículo, que los demás pensarán mal de él, que no son aceptados.

Quienes son más propensos a sufrirla son aquellos que tienen una baja autoestima, quienes se preocupan en demasía por lo que los demás puedan llegar a pensar de él, sujetos extremadamente sensibles ante las críticas y quienes tienen pocas habilidades sociales.

Una característica muy notoria del fóbico social es su estilo de pensamiento autoreferencial negativo, esto quiere decir que la persona estará predispuesta a relacionar todo lo que suceda a su alrededor consigo mismo. Por ejemplo, si en una fiesta hay un par de invitados riéndose a pocos metros, lo primero que asumirá el fóbico es que se están riendo de él, obviamente se trata de una manera distorsionada de interpretar la realidad, creen que llamarán exageradamente la atención en circunstancias que es muy raro que en verdad suceda.

Las consecuencias de la fobia social incluye un sentimiento de fracaso y soledad por no poder relacionarse naturalmente con los demás, es complicado para ellos tener nuevas amistades o incluso formar pareja ya que todo el tiempo se sienten a merced del juicio crítico de los otros, cuando en realidad no es así.

En cuanto al tratamiento, es importante que la persona esté dispuesta a aprender nuevas estrategias que le permitan enfrentarse de forma gradual a las situaciones interpersonales anteriormente desdeñadas.

La ansiedad por estas situaciones es algo que se aprende y por lo tanto pueden aprenderse otras técnicas que permitan mantenerla a raya y además poder disfrutar de situaciones que antes provocaban rechazo.

Es importante aprender a relajarse mediante la respiración, manejar técnicas que permitan dirigir nuestro pensamiento de una manera productiva. Se pueden recrear situaciones en la imaginación junto al psicólogo y de a poco ir quitándole el monto de fantasía que las situaciones sociales encierran para ellos.

Los miedos pueden manejarse, son solamente fantasías que atentan a nuestra calidad de vida. Anímate a probar algo diferente, las fobias tienen solución.

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¿Quién podría algún día amar a una bestia?

¿Quién podría algún día amar a una bestia?¿Qué sucede cuando damos lo peor de nosotros? ¿Qué esperamos a cambio? ¿Somos tan horribles como pensamos? ¿Queremos hacerle creer a los demás que somos más monstruosos de lo que en realidad somos?

Como les había mencionado en un post anterior, el ser humano es bastante autodestructivo y algunos más que otros. En algún punto todos creemos que somos peores de lo que en realidad somos, ¿y cuál es el propósito de esta creencia?

En cada persona varían las razones aunque puedo enumerar algunas que se repiten en varias de ellas. El creerse un ser espantoso puede nacer de una mala interpretación de la realidad, quizás sus padres no festejaron demasiado los logros de ese sujeto, es un arduo juez consigo mismo y por lo tanto no tiene derecho a equivocarse nunca, un número de situaciones donde no se tomaron las mejores decisiones y lastimaron a otras personas. Cada equivocación, cada soledad, se consideran como pruebas irrefutables de que no hay nada que amar en ellos, que si alguien se queda a su lado no tiene sentido porque seguramente volverán a hacer algo que no quieren, algo más fuerte que ellos, algo que no comprenden.

Cuando nos consideramos seres crueles y poco dignos de ser amados, buscaremos tener razón. Nos vamos a equivocar para sabotear las cosas hermosas que sí tenemos, en esa búsqueda enfermiza de autocastigo. Si somos malos entonces merecemos lo peor. No tener pareja, esquivar buenas oportunidades de desarrollo, no tener demasiados amigos, descuidarnos tanto física como mentalmente, no nutrirnos de las cosas que nos brindan felicidad, sino más bien alejarnos de ellas como si fueran la peste.

Por otro lado, sin saberlo siquiera, el comportarnos como si fuéramos criaturas realmente desagradables trae aparejado un llamado de atención. Quizás la única manera de realmente salvarnos es encontrar a alguien que nos acepte cien por ciento como somos, a pesar de que nos comportemos de la peor manera que se nos pueda ocurrir. Porque si somos despiadados, si hacemos uso de nuestro peor arsenal contra quienes más queremos y aún así ellos permanecen estoicos a nuestro lado entonces la máscara se cae. ¡Nos aceptan! ¡Estábamos equivocados! No somos tan horribles. Y ya no tendría sentido continuar demostrándole al mundo nuestra peor cara porque alguien tuvo la paciencia suficiente para quedarse a nuestro lado y descubrir lo que estaba más allá, lo realmente hermoso que como fuera estábamos intentando ocultar, guardado tan sólo para aquellos que permanecieran hasta el final, dispuestos a descubrir la verdad.

El problema con este comportamiento, con este ideal romántico si se quiere, es que en la realidad pocas personas cuentan con la paciencia o visión suficiente para encontrar que hay debajo de esas capas y capas de mentiras o maldad. Y es por eso que nuestra comportamiento autodestructivo aleja a los demás, cansados, hastiados de soportar la misma teatralidad, manipulación, secretos y todo lo que se les pueda ocurrir.

 Así que primero intenta dilucidar si tú has caído en este peligroso juego de ser quien no eres, de solamente resaltar lo espantoso que hay en ti. Si lo has hecho, no interesa, siempre se está a tiempo de cambiar. Pocas personas podrían amar a una bestia, pero seguramente podrían amar al príncipe o la princesa que tanto trabajo te está dando ocultar.

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Miedos irracionales: Fobia Específica

Contempladas dentro de los Trastornos por Ansiedad encontramos a la Fobia Específica y Miedos irracionales: Fobia Específicaa la Fobia Social. En este post hablaré de la primera.

La Fobia Específica se caracteriza porque la persona siente un miedo intenso y persistente excesivo o irracional, que nace gracias a la presencia o mera anticipación de la misma de objetos o situaciones determinadas, ya sea lugares cerrados, alturas, oscuridad, arañas, animales, sangre, agua, etc. Se genera una respuesta de ansiedad ante la exposición de cualquiera de los elementos temidos, lo que hace que estas situaciones de confrontación sean evitadas o de ser toleradas generan una ansiedad poderosa o un malestar intenso.

Existen varias teorías que explican por qué surgen las fobias. Una de las razones es haber tenido una experiencia intensa o varias experiencias relacionadas con estímulos susceptibles de ser fóbicos, aquellos estímulos que atentan contra nuestra supervivencia por ejemplo enfermedades, éstas a su vez pueden ser  asociadas con insectos como cucarachas, arañas, o animales como ratones.

Existe un proceso de asociación errónea a partir de la experiencia de alarmas falsas, se puede vivenciar pánico y ansiedad en ciertas situaciones que en realidad no son peligrosas, esto ocurre porque la alarma inicial sí fue producida en un momento estresante que el sujeto no pudo manejar en ese momento. Son personas que usualmente tienen cierta vulnerabilidad psicológica y biológica que responden con expectativa ansiosa al encontrarse con la situación fóbica.

Otras variables a tener en cuenta son la susceptibilidad a la ansiedad, al asco.  Lo que mantiene las expectativas del peligro son las conductas de evitación y defensivas, ya que ambas impiden la  no confirmación de las interpretaciones de amenaza.

El tratamiento psicológico incluye la exposición en vivo que muestra ser eficaz para la fobia hacia animales, alturas, agua, atragantamiento, lugares cerrados y demás. Este tratamiento reduce la conducta de evitación y minimiza el miedo. Funciona porque al presentarse repetidamente una serie de estímulos temidos sin que existan consecuencias negativas se extinguen las respuestas de ansiedad, se aprenden nuevas asociaciones y hay una habituación de la activación fisiológica tras el contacto repetido con el estímulo temido. Aumenta la confianza en nuestra propia habilidad para enfrentarnos a determinada situación y disminuyen las interpretaciones amenazantes que podemos llegar a realizar

Otra técnica es el modelado simbólico o filmado que puede llegar a ser beneficioso en la preparación para las intervenciones quirúrgicas, junto con información del procedimiento y técnicas de  relajación y distracción. Debe tenerse en cuenta que esta estrategia suele resultar ineficaz con pacientes veteranos o puede generar un efecto de sensibilización como se ha observado en niños

En cuanto a la exposición imaginal (imaginarse las situaciones, sensaciones) debería ser complementada con práctica en la vida real, es útil cuando se quiere trabajar con eventos internos como pensar que uno va a perder el control, desmayarse o enfermarse, cuando el nivel de ansiedad es muy grande y la persona no se anima a probar con la exposición en vivo.

Las fobias tienen consecuencias negativas para las personas y suelen afectar varios niveles de nuestra vida, como lo social, lo laboral. Por eso es importante aprender a mantenerlas a raya y entender que cualquier miedo puede ser superado con la ayuda adecuada. Así que si estás atravesando este tipo de situaciones no dudes en buscar las herramientas que te hagan salir adelante. La solución está al alcance de tus manos.

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Miedo al abandono

La experiencia temprana de abandono genera ansiedad y miedo en los niños por sentirse Miedo al abandonoindefensos, ya comienzan a preocuparse por la amenaza de pérdida. Se sienten vulnerables psicológicamente y surge la ansiedad por la separación. Un bebé abandonado sería incapaz de sobrevivir sin cuidados. Es por eso que el miedo al abandono es casi parte de nuestra instinto de supervivencia.

Lo que realmente importa en la infancia es la capacidad de la madre de comprender y colmar los deseos narcisistas de su hijo. La capacidad de amarse a sí mismo se logra en el niño gracias a la constancia del amor maternal, su aprobación, su admiración por lo quién es y las cosas que hace.

Sin querer podemos hacer mucho daño cuando no se validan las emociones de miedos, necesidad de atención, ira, catalogándolos de meros caprichos en vez de emociones valederas. También se debe ser cuidadoso cuando no se festejan los logros del niño por temor a fomentar soberbia en él o cuando somos demasiado exigentes con los pequeños.

El temor al abandono puede verse reforzado por diversos sucesos como el divorcio, intervenciones quirúrgicas, pérdidas, abusos sexuales. De todas maneras, la inseguridad afectiva está más relacionada a un abandono percibido como tal, simbólico, que a un abandono real.

Este temor se enfatiza mucho en las relaciones de pareja, quienes sufren de situaciones de abandono en la vida adulta creen que la responsabilidad de este abandano cae sobre sus espaldas, como si siempre dependiera de ellos que los demás se marchen o no. Pensamiento que es una falacia ya que las decisiones de los demás son de los demás y no nuestras más allá de que podamos influir o no en una ruptura amorosa, no es cien por ciento nuestra responsabilidad, siempre hay otro ahí. El abandono hace mella en nuestra autoestima porque comenzamos a cuestionarnos cuánto valemos, qué es lo que hay de malo en nosotros, creemos que no somos suficientes.

Para superar el miedo al abandono tenemos que ser más realistas a la hora de evaluarnos. No tenemos que ganar el amor de todo el mundo, debemos aprender a ser quienes somos y no fingir o caer en situaciones que no nos agradan para complacer las expectativas de los demás. Si alguien no pide nuestra ayuda, no nos entrometamos en su vida a salvarlos. Si sentimos algo, seamos sinceros con la otra persona y no intentemos adivinar lo que pasa por la cabeza del otro.

No tenemos que pensar todo el tiempo en las necesidades del otro ni anticiparnos a sus deseos. Podemos ser felices más allá de estar en pareja o no, o más allá de si le caemos bien a todos o no. Concéntrate en disfrutar el tiempo a solas, que este espacio no sea algo amenazante, sino ameno y acogedor. Toma decisiones sin siempre tener miedo de cómo reaccionaran los otros, si una persona te ama de verdad te amará respetando tu esencia no deseando cambiarte. Aprende a decir que no y que te digan que no.

Los vínculos con los otros son herramientas sumamente enriquecedoras de nuestra vida, pero si no aprendemos a relacionarnos desde un sano egoísmo, entendido como el respeto hacia nosotros mismos y nuestras necesidades y tiempos, nos diluimos en la personalidad del otro y poco a poco vamos a desapareciendo. Que el miedo al abandono no sea tu cárcel, que el miedo a perder a alguien no te empuje a perderte a ti mismo.

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Las ideas obsesivas

Las ideas obsesivas

Las ideas obsesivas son aquellas ideas que son reconocidas como equivocadas o disparatadas por la misma persona que las padece, la persona lucha por quitarse esta idea persistente de su cabeza, sin embargo, ésta al estar acompañada de un importante componente afectivo persiste generando angustia.

Las ideas obsesivas se podrían clasificar de la siguiente manera, en un grupo se encuentran las ideas obsesivas impulsivas son las que inducen a las personas a realizar actos peculiares, cuando se presenta esta idea sienten que deben hacer algo, por ejemplo, no caminar por determinado sector de la calle. En las ideas obsesivas fóbicas el sujeto está padeciendo constantemente un miedo intenso el cual suele ser carente de fundamento, como el temor a todas las enfermedades, a los gérmenes, a la suciedad, a la muerte, a los animales, al agua. Finalmente, existen las ideas obsesivas puras, las cuales quedan sólo en el plano del pensamiento generando ansiedad, pero no impulsan a la persona a realizar ningún acto.

Estas ideas obsesivas suelen darse dentro del cuadro de la neurosis obsesiva, sin embargo, cierta clase de estas ideas pueden darse dentro de otros cuadros también, como el de la depresión o los trastornos de personalidad.

¿Qué podemos hacer para manejar las ideas obsesivas?

Una de las técnicas que se recomienda es el de aceptar la obsesión, en vez de combatirla con ardor, simplemente hazte conciente de lo que estás pensando sin juzgarlo ni intentar analizarlo. De esta manera irán tomando la forma de pensamientos voluntarios que con el tiempo podrás dominar mejor. Una vez que has llegado a esta etapa, cada vez que aparezca la idea puedes optar por pensar en ella más tarde, buscando cosas para distraerte mientras tanto, alejando ese pensamiento de tu cabeza mientras lo sustituyes con otro pensamiento; o puedes decidir escribirlos cada vez que aparecen hasta que te des cuenta de que son absurdos.

Si no puedes evitar preocuparte, está bien, es lo esperado, decide ponerte como meta preocuparte tan sólo unos minutos o una hora al día, date ese espacio para dar rienda suelta a eso que se te impone, pero nada más que ese tiempo estipulado, luego nuevamente tendrás que enfrentarte a esas ideas y cuestionarlas.

En el tratamiento de las ideas obsesivas también podemos encontrar otras técnicas eficaces e innovadoras, quiero dejarles aquí este artículo que me pareció sumamente interesante. La terapia del arte en el tratamiento de las ideas obsesivas

No hay nada que no puedas resolver una vez que decides hacerlo, no estás solo en tu proceso, no temas buscar las herramientas que más a gusto te hagan sentir, sin duda hay una técnica para ti que hará que tu vida cambie una vez que decidas que así sea.

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Miedo al futuro

Miedo al futuroEl miedo está presente a lo largo de nuestras vidas, es imposible no haber sentido miedo alguna vez por algo. Hoy en día el miedo al futuro se perfila como algo peligroso que trasciende los niveles individuales y atañe a la sociedad que estamos viviendo. Los jóvenes se cuestionan qué estudiar y si les será de utilidad, nos preocupamos por el mundo que le vamos a dejar a nuestros hijos, nos preocupamos por la seguridad, la ecología, lo material, los valores, en definitiva: nos preocupamos. ¿Y qué pasa con esta preocupación,  con esta incertidumbre que en realidad no tendrá una respuesta hasta que suceda lo que tiene que suceder?

En realidad, cuando se cuestiona algo que todavía no sucedió, muchas personas se dejan llevar por el miedo anticipatorio, la idea de lo que pueda llegar a ocurrir es mucho más devastadora y temible que el hecho real en sí. Y mientras más nos dedicamos a pensar en el temido futuro y lo espantoso que nos depara, más nos desesperamos y odiamos llegar a enfrentarnos con ese temible momento que suele ser mucho más inocente de lo que creemos.

Así que lo que podemos comenzar a hacer es dominar al miedo bajo la forma del cuestionamiento, entender por dónde viene ese miedo, qué es en realidad lo que está representando, cuáles son las reacciones que genera en nosotros. Es conocerlo para poder dominarlo un poco más, si bien es posible que no desaparezca del todo, será más controlable y nos permitirá actuar de una manera más fuerte. No te empecines tanto en erradicar el miedo, sino en hacer las cosas a pesar de él, ya llegará el momento donde desaparezca por completo, la paciencia es tu mejor herramienta.

¿Qué es lo peor que puede suceder en el futuro? ¿Y si no sucediera? Si no hubiese otra opción y lo más terrible pasara, ¿cómo se podría solucionar? Eres quien puede dominar tus pensamientos y tus actos, sé dueño de ti mismo y si no puedes lograrlo solo sabes que siempre puedes contar con la ayuda de profesionales que podrán guiarte en tu camino.

El miedo hacia el futuro también puede ser un arma para aquellos que temen no cumplir con las propias expectativas o las expectativas que los demás tienen de si mismo. Es evitar hacer algo para no tener la oportunidad de que la realidad te devuelva eso que quizás no te agrade demasiado. Pero recuerda que siempre puedes sorprenderte a ti mismo y muchas veces resulta que somos mucho más capaces de lo que creemos.

El futuro pronto se hará presente, ve creando tu camino con amor y certeza de que harás lo que mejor que puedas y lo que realmente deseas. Es un proceso que tienes el poder de construir y que muchas cosas dependerán solo de las decisiones que tomes, pero no veas esto como una presión, sino con la calma que te brinda saber que hay cosas que sí dependen de ti y puedes manejar. El miedo nos indica de que es hora de que pensemos en cuáles son nuestros objetivos en la vida, cuáles son las cosas que tenemos que trabajar, que comprender de nosotros mismos. El miedo se convierte así en posibilidad, en nuestra responsabilidad y hasta en nuestra libertad. De todo lo negativo se puede extraer una enseñanza, está sólo en ti elegir qué será, si una oportunidad o un desastre.

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Consejos que matan sueños

Un mal día alguien con buenas intenciones te dijo lo que tenías que hacer. Consejos que matan sueñosComo te quieren tanto y se preocupan por tu bienestar, te aconsejaron qué carrera tenías que seguir, qué personas te convienen o no, para qué trabajos tienes que postularte. Esas personas que te adoran con una sonrisa te empujaron a un abismo del cual no puedes salir porque no entiendes que tienes que salir.

Continuar en un matrimonio porque socialemente es un fracaso divorciarse, lo único que debes hacer es mirar para otro lado cada vez que tu marido te maltrata psicológicamente o te es infiel, porque de todas maneras es mejor quedarse con alguien que estar sola y además piensa en los beneficios de la seguridad. Una y otra vez buscar trabajo en lugares que no te inspiran en lo más mínimo pero seducen con la promesa de un buen pasar económico, simplemente para que tengas más dinero para comprar cosas que no necesitas a expensas de ir dejando ir tus ilusiones  lentamente. Estudiar algo que tenga sentido, no vayas a equivocarte en ser un artista que te morirás de hambre y sabes perfectamente que unos pocos afortunados son los que logran el éxito y por supuesto, las personas que te aman no pueden entender que quizás tú seas el próximo ganador pero no interesa, porque te están aconsejando por tu bien.

Y de buenas intenciones está hecho el camino al infierno. Las personas que te quieren siempre te aconsejaran por tu bien, tus padres, tu pareja, tus amigos, el único detalle es que lo que ellos creen que es correcto o beneficioso para ti puede en realidad ser muy poco conveniente en tu vida. Lo más sabio no es seguir los pasos ni consejos de nadie, sino simplemente aprender a escucharte a ti mismo y descubrir por tus propios medios qué es lo que quieres hacer de tu vida.

Si haz de equivocarte es porque tú has tomado una mala decisión, no porque decidiste seguir el camino de otro, es más sencillo perdonar nuestras equivocaciones que perdonarnos el habernos ignorado por completo en pos de los deseos de los otros.

Te invito a reevaluar tu camino, a pensar detenidamente por qué estás donde estás, si ha sido por elección propia o movido por los caprichos de los demás. No dejes que tus sueños mueran en manos de personas que quizás no los entiendan, sigue tu instinto y dedicate a lo que amas, escoge con quien en realidad quieres pasar el resto de tu vida, no pierdas más el tiempo con elecciones equivocadas cuando en el fondo sabes perfectamente lo que tienes que hacer.

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¿Por qué se abandonan las terapias?

Cuando nos enfrentamos a la terapia psicológica elementos profundos comienzan a movilizarse en nosotros, aprendemos a vernos de una manera distinta y a la vez comprendemos que somos nosotros los que debemos realizar los cambios. Ninguna terapia tendrá un efecto significativo si la persona no se compromete de manera absoluta al tratamiento.

El problema es que a veces nos damos cuenta de que hay cosas que no queremos cambiar, como siempre digo, el cambio es díficil, muy necesario, pero difícil. Y en realidad este «no querer cambiar» está asociado a un deseo de permanecer en la misma situación, no porque se sea feliz necesariamente, sino porque el esfuerzo que requiere el cambio usualmente se hace agotador y la impaciencia gana. Se desea con ansias que el tratamiento resulte efectivo de inmediato y si bien se pueden lograr ciertas cosas en un número pequeño de sesiones, no se solucionará la problemática principal de inmediato, eso requiere tiempo.

Todos tenemos límites y somos concientes de ellos, a veces estamos convencidos de que no podemos lograr algo, de que no tenemos la fuerza suficiente, y yo considero que a veces no nos desafiamos a nosotros mismos. Hemos logrado cosas de las cuales no nos creíamos capaces de realizar tan sólo por intentarlo. A veces no nos queda otra alternativa que sacrificarnos y hacer todo lo humanamente posible para ir más allá de lo que creemos que no es posible para nosotros, debemos buscar en lo más hondo de nuestro ser para encontrar esa fuerza que finalmente nos ayudará a lograr nuestro objetivo terapéutico.

Existen factores que influyen en el abandono del tratamiento. Las personas quienes tienen un trastorno severo, una historia psiquiátrica de larga data, quienes sufren de una enfermedad crónica, los que padecen ciertos síntomas como sentimientos paranoides y esquizoides, las personalidades psicopáticas, el alcoholismo, trastornos de personalidad, entre otros elementos tienen una probabilidad más alta de dejar la terapia. Es importante que la motivación individual del consultante a favor del cambio no decaiga, que se establezca un vínculo agradable con el entrevistador donde el consultante pueda sentirse seguro.

No existen milagros en el área de la Psicología, pero sí existen mejoras y es en eso donde debemos concentrarnos y continuar trabajando para ser cada día mejor, no para satisfacer los deseos de los otros sino nuestros propios deseos, para ser mejor ante nuestros propios ojos y seducirnos a nosotros mismos.

 

 

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