El miedo a lo desconocido, a la incertidumbre que nos depara si tomamos un camino fuera de lo preconcebido, puede ser algo muy
perjudicial a la hora de hacer cambios sumamente importantes en nuestra vida.
El pensar que tomar una decisión, muchas veces la decisión correcta, nos hará perder toda la comodidad que tenemos, es suficiente para que nos quedemos paralizados. Dicen que más vale malo conocido que bueno por conocer, pero esto no tiene sentido. La vida está llena de cambios, de momentos evolutivos diferentes, de crecimiento personal, no somos lo mismos que éramos hace unos años y si deseamos seguir desarrollándonos también volveremos a cambiar en un tiempo. Las circunstancias y las personas cambian, entonces, ante un mundo tanto interno como externo que pide a gritos la evolución, ¿cómo podemos osar a dejar pasar esta oportunidad de vivir a pleno lo que la vida nos tiene para ofrecer?
Los autores norteamericanos del desarrollo personal acuñaron el término zona de confort, es ese sitio (emocional o físico) donde decimos quedarnos estancados, porque ya sabemos más o menos cómo lidar con eso, no tendrá demasiadas sorpresas para nosotros y en cierto punto no nos cuesta tanto seguir esa rutina. Por ejemplo, si ya no amo a mi marido, quizás sea más sencillo quedarme con él por la pereza de la idea de que tengo que empezar de cero, ¿a dónde voy a vivir? ¿me quedaré sola toda la vida? Ante un cambio de carrera nos puede suceder lo mismo, estudié para ser veterinaria pero me di cuenta que en realidad quiero dedicarme a las manualidades, ¿y por qué tengo que dejar esto que me costó tanto esfuerzo ahora? ¿y si me muero de hambre haciendo manualidades?
Los miedos están, siempre estarán, son parte de nuestra condición humana, el punto es: ¿qué tanta fuerza quieres brindarle? Cuando nos quedamos paralizados lo único que logramos es perdernos de disfrutar, de crecer, de vivir la vida con todas las letras. Decidir quedarnos eternamente perdidos en la zona de confort implica limitarnos como seres humanos. Sí, quizás sea muchísimo más sencillo mirar la televisión todo el día que ponerse a leer y a aprender, pero piensa, ¿qué es más productivo para ti a la larga? Quizás sea más sencillo quedarnos con esa pareja con la cual hemos construido muchas cosas, esa que ya no quieres, ¿pero qué sucede si una mejor relación te está esperando?
Cada pequeña decisión de nuestra vida cuenta y la crueldad del asunto, es que a veces no somos concientes de que nos estamos equivocando hasta mucho tiempo después, cuando todo está arruinado o cerca de.
La vida no se ha hecho para que vivamos como zombies, en piloto automático dejando que los días se acumulen sin sentido en un rincón polvoriento del tiempo, la vida se ha hecho para vivirla, hay que evitar reaccionar cuando las cosas ya casí están perdidas. Hay que disfrutar desde el hoy y abrir los ojos, pensar con cuidado qué es lo que realmente queremos en todo sentido e intentar ir tras ello.
Tal vez por abandonar tu zona de confort termines viviendo alguna experiencia que no querías, pero te sorprenderías que en el 99% de los casos no es así. Quedarnos estáticos tiene un precio demasiado alto, el no cambiar es demasiado costoso a la larga porque estamos abandonando nuestro capital más preciado, nuestro capital mental, espiritual y hasta físico. Siempre hay que pagar un precio por las decisiones que tomamos, no hay escapatoria, pero cuando mires hacia atrás y reflexiones sobre el camino escogido qué sería mejor, ¿vivir lleno de lamentos y reproches por esas cosas que jamás te atreviste a hacer o ver que sin importar cómo hayan sido los resultados, te atreviste a ir más allá?
La decisión siempre es tuya, a veces sin darnos cuenta somos nosotros mismos los que terminamos atascados en una circunstancia espantosa por no haber sabido escapar a tiempo. Nunca es demasiado tarde para delinear tu destino a tu gusto, ¿te atreves a pagar el precio de lo desconocido?




a la Fobia Social. En este post hablaré de la primera.
indefensos, ya comienzan a preocuparse por la amenaza de pérdida. Se sienten vulnerables psicológicamente y surge la ansiedad por la separación. Un bebé abandonado sería incapaz de sobrevivir sin cuidados. Es por eso que el miedo al abandono es casi parte de nuestra instinto de supervivencia.

Como te quieren tanto y se preocupan por tu bienestar, te aconsejaron qué carrera tenías que seguir, qué personas te convienen o no, para qué 