Nuestras mascotas nos hacen felices

Este artículo va dedicado a Pombo, mi gato siamés que todos mis consultantes conocen y que se ha ganado elNuestras mascotas nos hacen felices corazón de unos cuantos.

Hoy les voy a hablar de los beneficios psicológicos que nosotros podemos disfrutar gracias a la compañía de nuestras queridas mascotas. Uno de los más conocidos es la compañía que estos animales nos propician, no importa dónde estemos, ellos nos siguen fielmente, “nos conversan” en su idioma, y hacen cosas muy simpáticas. Nos hacen sentir más seguros, sobre todo si vivimos en ambientes grandes o estamos demasiado tiempo solos. 

Indudablemente nos levantan el ánimo, los animales tienen una sensibilidad especial y existen muchos sucesos registrados donde el animal se acerca a nosotros si estamos enfermos o tristes, intentando aliviarnos. 

Nos prestan atención y cariño en recompensa de haber logrado una conexión con ellos, cuando entendemos si sienten hambre, cuando quieren ir al baño, cuando se sienten mal. Existe un sano orgullo al tener un vínculo de comprensión mutua. Además, si nos cuidamos a nosotros, vamos a tener energía para cuidarlos a ellos. 

Nos empuja a ser más responsables, ya que el animal nos necesita para todo, si no le brindamos el cuidado necesario enfermará, así que en algún punto debemos estar atentos a los detalles para que ellos disfruten de una agradable convivencia con nosotros. 

Tienen el don de quitarnos el estrés, acariciarlos, hablarles, nos ayuda a callar el tumulto de pensamientos o ansiedad que nos genera la rutina. Los animales nos brindan la oportunidad de amar, podemos formar un vínculo afectivo importante con ellos.

Los perros por ejemplo hasta nos motivan a hacer ejercicio, tenemos que sacarlo a pasear, nos ayuda a reconectarnos con la naturaleza y también nos brinda la oportunidad de tener un vínculo social al conversar con las personas que nos podemos encontrar en el camino. ¿A quién no le ha sucedido que alguien se ha detenido en la calle para jugar con nuestra mascota o admirarla? Estos sucesos pueden ser el puntapié de amistades o incluso historias de amor, nunca se sabe ¿verdad?

Investigaciones en Japón arrojaron luz sobre lo que sucede a los dueños cuando juegan con sus perros, la oxitocina (droga del amor) se hace presente en esta interacción con el animal y nos ayuda a sentirnos mejor. Se ha experimentado la “terapia con mascotas” en casas de salud, donde hay un incremento del bienestar del anciano cuando tiene contacto con los perros. 

Las mascotas no solamente ofrecen múltiples beneficios a sus dueños adultos, sino también a los niños. A los pequeños los ayuda a comprender mejor fenómenos biológicos como la reproducción y la muerte. El acercamiento a los animales desde la temprana infancia nos ayuda a enseñarle al niño a ser más sensible y empático.

También me ha parecido muy curiosa la realización de la denominada gatoterapia que quisiera compartir con ustedes. Este tratamiento en donde se utilizan gatos domésticos de cualquier raza, va dirigido a aquellas personas que deseen mejorar su calidad de vida a través de la interacción con el felino. Al acariciar a los gatos nos sentimos menos estresados, eso tiene un impacto positivo en nuestra presión sanguínea y frecuencia cardíaca, nos vamos calmando.

Varios estudios han demostrado los maravillosos efectos del ronroneo que producen estas bellas criaturas, este peculiar sonido despierta en nosotros emociones positivas, nos hacen sentir más seguros y confiados.

Los animales nos ayudan a aceptarnos, ya que ellos no nos juzgan ni le importan nuestras carencias o limitaciones. Ha sido comprobado el aumento del bienestar gracias a la compañía de los gatos en personas con autismo, Sindrome de Down, demencias, desórdenes de la conducta y personas cardíacas.

Los animales en general son una fuente de vitalidad, de amor, de sinceridad, de simpleza. Contribuyen a nuestra felicidad diaria y pueden brindarnos momentos especiales. ¿Te gustaría tener una mascota?

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

Cómo desarrollar nuestra empatía

Cómo desarrollar la empatíaLa empatía es la habilidad de  sentir las emociones de los otros como si fuesen propias. Es distinta de la simpatía, en el sentido de que esta última nos permite sentir los mismos estados emocionales que los demás sin importar si los comprendemos o no, es un proceso netamente emocional.  La empatía, por su parte, además de involucrar nuestras propias emociones también nos permite una comprensión desde el plano mental,  sentimiento y raciocinio juegan de la mano. La empatía incluye la comprensión de las perspectivas, pensamientos, deseos y creencias ajenos. Al sentirla somos mejores leyendo a los demás, logramos captar las sutiles señales que indican lo que ellos están necesitando o deseando.

Desde que somos pequeños nuestros vínculos primarios nos acercan a la empatía, aunque ésta continua desarrollándose por el resto de nuestra vida. Es una herramienta excelente que puede acercarnos a la transformación social.

¿Qué podemos hacer para desarrollar nuestras habilidades empáticas?

Una actividad interesante es hablar con extraños. Cuando estamos esperando el autobús, cuando vemos a alguien cabizbajo, si podemos ayudar a alguien en el supermercado, todas estas pequeñas actitudes pueden contribuir a que desarrollemos más interés  por el otro, curiosidad, así como oportunidades de practicar nuestro altruismo.

Seamos cuidadosos con los prejuicios. Abracemos la diferencia e investiguemos acerca de nuestras ideas, a veces repetimos las cosas como loros sin realmente tener la información de fondo. Te invito a pensar en todas aquellas cosas que nos unen a los demás, no en las cosas que nos separan. Siempre tenemos que ser cuidadosos con los críticas, jamás tenemos toda la información de una situación como para juzgar a alguien, el contexto lo es todo y si bien existen cosas poco justificables, al menos pueden llegar a ser más comprensibles si estamos receptivos.

Vamos a “ponernos en los zapatos del otro”. Intentemos sentir, pensar, observar, como si fuéramos otra persona. Hagamos cosas distintas, escuchemos opiniones diversas, aceptemos la diferencia.

Aprendamos a escuchar. A escuchar propiamente dicho, no quedarnos perdidos en nuestro propio discurso pensando qué es lo que le tenemos que responder a la persona. Una escucha activa implica concentrarnos realmente en lo que el otro nos está compartiendo, tratando de discernir en qué estado emocional se encuentra en este momento. Tenemos que permitirnos un poquito de vulnerabilidad, mostrarnos cómo somos para poder generar un vínculo con el otro.

Juguemos con nuestra imaginación. Imaginemos cómo piensan los demás, podemos descubrir muchas cosas interesantes si jugamos a pensar como otra persona, con distintas perspectivas, con distintas fortalezas.

La empatía es fundamental en todos los ámbitos, en todas las relaciones. Es vital para que seamos más humanos, más comprensivos, más sensibles y podamos disfrutar de nuestras relaciones a un nivel más íntimo. Toma estos consejos, aplícalos en tu vida diaria y sigue viviendo una vida con sentido.

 

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

La vital diferencia entre orgullo y soberbia

La vital diferencia entre orgullo y soberbia

En nuestro programa de radio (todos los miércoles a las 4 pm por www.montevideonight.com.uy) hablamos de la diferencia entre soberbia y orgullo, las cuales parecen ser sinónimos pero para los autores de Psicología Positiva existe una diferencia importante y vamos a reflexionar sobre eso en este artículo.

La soberbia es el concederse más méritos de los que uno tiene, excesiva idolatría, estimarse a sí mismo demasiado por encima de nuestro valor real. Suele ser origen de muchos males de la conducta y entre sus características encontramos la prepotencia, la presunción,  y quizás el que resulta más chocante, situarse por encima de todos lo que le rodean.

La persona soberbia es incapaz de asumir sus defectos, por lo tanto estos sujetos son en extremo reacios a las críticas constructivas. Muestran altanería y se creen suficientes, no necesitan de nada ni nadie. Siempre intentan llamar la atención y quieren hablar sobre sí mismos, si no se encuentran siendo el tema central del dialogo se aburren.

Por supuesto que una persona soberbia presenta varias dificultades en sus vínculos. Al tener un amor exagerado y distorsionado hacia sí mismos les cuesta tener empatía, entregarse y sobre todo siempre van a tratar de que el otro les muestre adoración y sumisión. Ser soberbio es ser exagerado, intenso e incapaz de poder ver más allá de sus propias narices, lo que inevitablemente va a traer demasiados problemas con las personas de su entorno.

Es indudable que el exceso de amor propio es tan dañino como la ausencia del mismo, no podemos vivir una vida enteramente dedicada a nuestros caprichos, así como tampoco es saludable siempre poner a los demás por encima de nuestras necesidades. El sano equilibrio es a lo que siempre deberíamos intentar acercarnos.

Por su parte, el orgullo, a diferencia de la creencia popular, es algo muy positivo cuando nos posicionamos desde su perspectiva más optimista. Barbara Fredickson, lo considera una de las emociones positivas, ya que el orgullo nos permite valorarnos a nosotros, a lo que somos capaces de construir, a nuestras acciones y experiencias, a nuestros propios logros así como también los logros y acciones de los demás.

Nada de negativo recae en compartir nuestros éxitos y esfuerzos con las personas que queremos. Merecemos “darnos la palmadita en la espalda” cuando hicimos las cosas bien o pusimos todo nuestro empeño en lograrlo. El no darnos permiso para ser orgullosos es arrebatarnos la oportunidad de valorarnos.

Pensar en uno mismo es necesario, cuidarse a uno mismo y a veces también decidir anteponer nuestros deseos al de los otros es importante en ciertos contextos, como cuando estamos enfermos o estamos pasando por un momento muy delicado de nuestra vida.

Definitivamente el orgullo no es sinónimo de soberbia cuando analizamos los términos, intentemos no volver a confundir los conceptos, ya que cuando los equivocamos, nos estamos quitando la oportunidad para celebrarnos. Recibir halagos por nuestra labor o por cualquier otra característica positiva que poseemos es algo hermoso, debemos recibir con brazos abiertos a las personas que nos valoran y también aprender a valorarnos a nosotros. Siéntete orgulloso de ti y de los demás y no temas aventurarte en la hermosa experiencia de amarte saludablemente a ti mismo.

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

¿Cuáles son las emociones positivas?

¿Cuáles son las emociones positivas?En la Séptima Reunión del CLUB DE LOS OPTIMISTAS estuve charlando sobre las emociones positivas y aquí les dejo un pequeño resumen de la charla.

Barbara Fredrickson, quien trabaja en la Universidad de Carolina del Norte, consideró que en el ámbito de la Psicología Positiva era necesario hacer un lugar a las emociones positivas. Es así que creó su teoría de ampliar y crear (broaden and build) estas emociones.

Fredrickson nos dice que las emociones positivas se sienten y funcionan de manera distinta al resto de las emociones, ya que nos hacen sentir seguros y expanden nuestras opciones, ideas y nuestra manera de reaccionar. Nos brindan el beneficio de disfrutarlas en el ahora más el disfrutar de sus consecuencias a futuro. Aumentan nuestro repertorio cognitivo y comportamental. Entre los cambios a nivel cognitivo podemos apreciar que incrementan nuestra atención, mejoran nuestra memoria, nuestra fluidez verbal y nuestra apertura mental hacia nueva información.

Las emociones positivas tienen el poder de deshacer los efectos fisiológicos de las emociones negativas, por ejemplo disminuyen la ansiedad. Son creadoras de recursos personales y sociales, destacan aquellas cosas que están funcionando en nuestra vida y son congruentes con nuestros diversos objetivos.

La Psicología Positiva destaca las siguientes emociones positivas:

Inspiración:

Se despierta ante aquellas personas que poseen una capacidad y un talento que nos puede servir de inspiración, de modelo a seguir.  Intentemos aprender de esa persona y no pensemos por qué él o ella tienen esa capacidad que yo no, todos podemos desarrollar lo que necesitamos para llegar a lo que queremos.

Alegría:

Si sentimos alegría es porque logramos lo que queríamos, es sinónimo de satisfacción personal. En los momentos de alegría es cuando nos sentimos más seguros y abiertos a nuevas experiencias y oportunidades. Situaciones para estar alegres pueden ser muchas, como el compartir una cena con amigos, enterarse de una buena noticia, que reconozcan nuestra labor.

Orgullo:

A diferencia de la creencia popular el orgullo no es algo malo, no lo confundamos con la soberbia. Los logros implican sacrificio de nuestra parte, como por ejemplo sacrificio de tiempo, inversión de paciencia, superar obstáculos diversos.

Entonces, si nos esforzamos por llegar a algo o hemos tenido la suerte de que algo se diera como esperábamos, ¿es en realidad algo tan malo que queramos compartir eso con el resto del mundo? Si pensamos que tenemos que esconder nuestros logros como si fueran algo malo, nos estamos privando de la hermosa experiencia de sentirnos satisfechos y de reconocer todo lo que hemos hecho gracias a nuestras propias manos, es quitarnos valor ante nuestros propios ojos, es atentar despiadadamente contra nuestra propia estima. Además, cuando nos sabemos capaces de lograr cosas, vamos a incrementar nuestra confianza para futuras aventuras y desafíos.

Gratitud:

Estar agradecidos por los grandes, pequeños y medianos detalles de nuestra rutina nos coloca en un estado de ánimo alegre y pleno. Solemos ser tan poco concientes de todas las cosas buenas que ya tenemos. Siempre tenemos algo que agradecer, o nuestra salud, o nuestras relaciones, o nuestro trabajo, o nuestras habilidades, o nuestra capacidad de salir adelante. Siempre encontramos algo si estamos abiertos a hacerlo. La gratitud también tiene que ver con ser agradecidos con los demás, con aquellas personas que nos han demostrado su amor o su interés en diversos momentos y esta gratitud tiene el poder de profundizar relaciones.

El amor:

Tenemos que aprender a amarnos a nosotros mismos. Sé que muchas personas confunden esto también con egoísmo, pero nada está más alejado de la verdad. El amarse a uno mismo es fundamental porque todo comienza en nosotros. Hay un dicho que dice que no podemos dar lo que no tenemos, y si no nos preocupamos por cuidarnos, por nutrirnos, por aprender, por querernos, ¿cómo vamos a esperar eso de los demás entonces? Todo comienza en nuestro interior.

En el amor hacia los demás hay que tener en cuenta con qué tipo de personas nos relacionamos, si nos benefician o emocionalmente o nos quitan toda la energía. Tenemos que ser concientes de si somos personas dependientes o dejamos libres a los demás. Tenemos muchas veces que aprender a cómo llevar una relación sana de pareja, así como nadie sabe de inmediato cómo ser padre, tampoco sabemos a veces cómo amar sanamente. Creo que es algo que vamos aprendiendo con la madurez, con el otro y con mucha paciencia. Estemos abiertos a tener vínculos que nos nutran y que nos permitan aprender.

El amor por las cosas que hacemos también es fundamental, ya sea por nuestra carrera, el trabajo o incluso pueden ser las tareas del hogar. Las cosas que elegimos hacer las tenemos que hacer con cariño, entregarnos a una tarea y hacerla con dedicación nos brinda mucha satisfacción también.

Esperanza

Asombro:

Sentimiento de estar ante la presencia de algo grandioso que puede exceder lo conocido. Te hace sentir parte de algo más grande que tú, es cuando te asombras ante las maravillas de la naturaleza u observas alguna estupenda obra de arte. Lo podrás encontrar en algo espiritual, la filosofía, incluso el nacimiento de tu hijo.

Diversión:

Nos hace reír  deseas compartir con los demás tu alegría, está impregnada de buen humor y deseo de conexión social. También sucede cuando algo nos sorprende gratamente.

Interés:

Emoción que despierta cuando algo nuevo capta tu atención, cuando sientes una necesidad de explorar a fondo lo que has descubierto. Es el responsable de que te mantengas centrado en algo, requiere de esfuerzo y atención. Gracias a él podremos concretar metas, nos motiva a la acción, a movernos.

Serenidad:

Nos ayuda a estar estables anímicamente, a mantener la compostura ante diversas situaciones que te puedan ocurrir, te conecta con tu paz interior y ayuda a focalizarte en lo que funciona y no alterar tu felicidad a pesar de lo que ocurra en el afuera.

Así que quiero que tengan en consideración estas emociones y que busquen activamente generarlas en el día a día. Porque si todos los días  ponemos un granito de arena en nuestra cuenta de felicidad vamos a sentirnos distintos, mejor sin duda alguna, más fuertes y sobre todo más plenos.

¿Te Gustaría Que Trabajáramos Contigo Para Potenciar Tu Bienestar Emocional y Tu Optimismo?