El desgarrador miedo al fracaso

Conoce la trampa vital del fracaso y cómo está estorbando tu potencial

Si posees este esquema lo habitual es que te sientas un fracasado y sueles compararte demasiado con los demás. Sin importar el éxito que alcances, tu interior refleja pesadumbre porque no lo consideras suficiente.

En cualquier caso, no importa cuál sea tu posición actual o el nivel de rendimiento, el mundo interior es el mismo. Independientemente del éxito que parezca que tengas, la mayor parte del tiempo te sientes un fracasado.

El fracaso se refuerza gracias a la evitación que te impide realizar los pasos necesarios para mejorar y avanzar en las cosas que deseas. Evitarás desarrollar nuevas habilidades, enfrentarte a tareas distintas o asumir responsabilidades.

Sientes que tus esfuerzos son en vano, por lo tanto sueles hacer las cosas mal, llegar tarde, distraerte, para reforzar la idea de que no eres suficiente.

Tienes la tendencia a exagerar lo negativo y minimizar lo positivo, borrando las pruebas de que eres una persona capaz y eficiente. Puedes sentirte deprimido por tus fracasos  y ves pocas esperanzas de cambiar.

¿Cómo se crea esta trampa?

1) Uno de tus padres (o ambos) fue muy crítico con tu rendimiento en general. Te llamaban perezoso, tonto, inútil, fracasado. Puede estar presente el maltrato tanto psíquico como físico.

2) Tus padres fueron exitosos y sientes que no puedes alcanzar sus estándares de exigencia. Y fue así que te diste por vencido.

3) Sentías tus padres no se preocupaban de sí eras exitoso en lo que te proponías. También pudo haber estado presente la competencia, tus padres de alguna forma te transmitieron que no era bueno que fueras mejor que ellos.

4) Te sentiste inferior al compararte con otros niños en tu infancia. Quizás tuviste dificultades emocionales o físicas que te hacían sentir distinto. No querías intentar hacer cosas para evitar ser humillado por tus amigos.

 5) Te comparaban constantemente con tus hermanos y sentiste que ellos eran mejores que tú y que jamás podrías estar a su altura.

6) Ausencia de límites parentales y falta de construcción de autodisciplina.

Las expectativas que tienes de fracaso se conviertes en una profecía autocumplida.

Consecuencias del fracaso como trampa vital

Puedes llegar a conseguir trabajo pero sueles ser despedido por retrasarte a menudo, tener un pobre rendimiento o problemas con la puntualidad. Te cuesta comprometerte con el trabajo, la profesión y el estudio. Temes tomar decisiones en el ámbito laboral. Te sientes un impostor, que no sabes lo suficiente y que engañas a los demás. Exageras tus errores y minimizas tu éxito.

Puedes buscar parejas de éxito y vivir a través de ellos, mientras estás paralizado. No das los pasos necesarios que te permitan superarte y refuerzas todo el tiempo una visión incompetente de ti mismo.

Algunas personas buscan compensar de algún modo esta sensación de fracaso, los hombres pueden llegar a ser buenos deportistas o hábiles en la seducción, las mujeres suelen tener una buena apariencia o se preocupan en exceso por los demás.

Si te sientes identificado con esta trampa, te invitamos a conocer nuestra terapia para comenzar a cambiar estas creencias y poder convertirte en la verdadera versión de ti mismo, la que no cree en las mentiras del fracaso. Jamás olvides que el fracaso no es tu enemigo, es un paso necesario para el camino hacia el éxito.

¿Te Gustaría Que Trabajáramos Contigo Para Potenciar Tu Bienestar Emocional y Tu Optimismo?

¿Por qué siempre me siento estancado?

En tus proyectos, en tu vida en general, seguramente hayas atravesado un momento difícil donde sientes que estás nadando en el lodo. Déjame ayudarte para superar ese tropiezo y continuar diseñando tus sueños.

 

Tus metas, proyectos, esperanzas, muchas veces pueden verse truncadas. Existen diversas razones por las cuales puedes llegar a desear tirar la toalla antes de tiempo. Te agotas, te aburres, sientes que ya no tienes fuerzas, nuevos problemas parecen surgir al mismo tiempo.exito

Algunas de las razones que subyacen a esta sensación de estancamiento es que no crees que mereces ser feliz, o qué no tienes la madera suficiente para obtener lo que deseas. Esto está relacionado a la baja autoestima, el pesimismo y también a un entorno familiar poco facilitador donde siempre cortaron tus alas y no te permitieron ser tú mismo.

Otras veces ocurrirá que temes realizar un cambio, ya que esto implicará dejar la falsa comodidad de una situación actual. Cambiar es difícil, requiere de esfuerzo y muchas veces de ayuda, sin embargo, quedarte en una situación molesta solo porque es conocida termina siendo más costoso a nivel emocional.

Puedes vivir una vida distinta, más emocionante, donde eres el creador de tu felicidad, pero tienes que darte el permiso para lograr esto.

Si sueles hacer lo que los demás desean antes que lo que tú necesitas, te envenenarás de resentimiento y te sentirás estafado todo el tiempo. El deber ser puede pesar más de lo que realmente quieres, pero esta actitud sin armonía te conducirá al caos emocional y a una profunda tristeza.

Para poder cambiar y avanzar, es hora de hacer las cosas distintas. Más allá de las causas que te están generando este estancamiento, la planificación y la acción serán tus aliadas. Veamos qué más puedes hacer para superar este momento.

Detente: A veces solamente necesitas parar un momento, descansar, distraer tu mente. Esforzarte y exprimir a tu pobre cerebro no te llevará a ningún lado, date el permiso para jugar, disfrutar y conectarte con el entusiasmo, a tu ritmo.

Conéctate con el dolor: ¿Qué es lo que estás sintiendo en este momento? ¿qué cosas no te están haciendo feliz? Date el tiempo para entenderte y comprender qué es lo que está sucediendo en tu corazón.

Pregúntate en qué momento te encuentras: Piensa en lo que has alcanzado hasta el momento, piensa a dónde quieres llegar, qué es lo que aún falta, qué habilidades o aprendizajes necesitas para llegar más lejos. Conectarte con la gratitud y recordar todo lo pequeño y grande que has construido es un bálsamo para el alma y un aliento que te permite continuar tu camino.

Recuerda por qué quieres hacer el cambio: Recordar las razones por las cuales necesitas hacer algo distinto es un excelente empujón. Inspírate en tus propias historias de éxito, en la de los demás. Recuerda que si alguien pudo lograrlo, entonces tú también podrás.

Concéntrate en los hábitos del día a día:  Para alcanzar el éxito es importante tener un plan de acción y el mismo se nutrirá de ínfimos pasos. Mientras más pequeños y cotidianos mejor, te sorprenderás de lo lejos que puedes llegar si tan sólo haces un mínimo esfuerzo al día. Lo importante es que encuentres cuál es el esfuerzo correcto y esto dependerá exclusivamente de aquello que quieras alcanzar.

Reconoce cuáles son tus pensamientos negativos: Esa cruel voz en tu cabeza que dice que no lo mereces, que no eres suficiente, que no podrás, que no tienes lo que hace falta, que todo debe ser perfecto, etc. Cuando reconozcas tus demonios recuerda asesinarlos con la realidad. Busca cada pequeño logro, cada detalle de tus fortalezas, cada experiencia exitosa, no importa cuán pequeña o íntima sea, ellas derrotarán a esas despiadadas sirenas que te llevan a fracasar.

No temas cerrar etapas: La mente está en paz cuando tiene asuntos concluidos, hay que aprender a dejar ir el pasado, a cambiar el camino si algo no está funcionando. Aprender a esperar los cambios con brazos abiertos y esperanza, los cambios nos hacen sentir vivos y son los responsables de nuestro crecimiento. Deja atrás lo que duele, aquellas personas que brindan consejos pesimistas, enfócate en lo que quieres conseguir con claridad y camina hacia ello cada día, con pequeños pasos, pero firmes.

Muchas veces la razón por la cual estás estancado es simplemente un tema de interpretación de la realidad, cuando miras cuidadosamente te darás cuenta de que has avanzado. Toma estos consejos, aplica aquellos que tengan coherencia con tu contexto y crea un año exitoso y feliz. Tú puedes hacerlo, solo recuerda, una idea clara, planificación y mini pasos son los que te guiarán hasta tu objetivo.

¿Te Gustaría Que Trabajáramos Contigo Para Potenciar Tu Bienestar Emocional y Tu Optimismo?

No te mientas a ti mismo

Cuando quieres implementar un cambio en tu vida siempre estás tentando a caer en rídiculas excusas para protegerte. Vamos a ver cuáles son las más frecuentes para que escapes de sus redes.

 

MentirosoAquel puede, yo no: Compararse con los demás simplemente no sirve, tú eres diferente, tienes tus virtudes, tus talentos y tus habilidades, tus tiempos, tus realidades. Con la única persona con la quien realmente estás compitiendo es contigo mismo y tú puedes cambiar lo que quieras y cuántas veces quieras, solo necesitas tiempo y constancia.

Estoy bien así: A veces puedes convencerte de que estás bien como estás, pero una voz dentro tuyo grita que esto no es cierto y puede manifestarse somáticamente o mediante alguna conducta autodestructiva. Si hay algo que no te convence del todo, escúchate, tal vez sea hora de cambiar algo.

Mejor lo hago después: ¿Quién no se ha dicho esto alguna vez? El problema con postergar y no tener alguna fecha límite en tu cabeza hace que eternamente estés posponiendo esas actividades o actitudes que pueden hacerte sentir mejor.

No sé cómo hacer para cambiar: Busca ayuda, aprende más, contáctate con profesionales. Nadie nace sabiendo y el conocimiento de un experto puede facilitarte el camino, si sabes cómo hacer algo, será más sencillo que a andar a tientas probando mediante el ensayo y el error.

Seguramente vaya a fracasar: Si te autoconvences de algo tiene muchas probabilidades de que se convierta en algo cierto. Siempre está la posibilidad del fracaso, pero lo que te olvidas es que el fracaso es necesario para ser exitoso en cualquier meta que te propongas, es parte del proceso de aprendizaje. No fracasar no solamente te haría inhumano (ya que todos nos equivocamos) sino que también te privaría de la oportunidad de desarrollarte.

No me gustan los cambios: Tal vez sea una mentira más grande de lo que te imaginas, la vida es constante cambio, nuevas olas que debemos surfear a cada instante. Cambias tú, cambian la circunstancia de la vida. El cambio es progreso y madurez, ¿así que por que evitar aventurarse?

No tengo tiempo: Aunque nos duela a todos, esta es la mentira por excelencia que nos hacemos. Muchas veces no es que no tengas tiempo, simplemente dedicas al tiempo a otras cosas que tal vez no sean tan importantes para escudarte de aquello que en verdad necesitas. Tal vez no te interese cambiar tanto como dices, pero mientras más tardes en hacer el cambio necesario, mayores serán las consecuencias y lo sabes.

Así que ahora a pensar en qué quieres cambiar y reflexiona si estás creyéndote alguna de estas mentiras que entorpecen tu camino. Sé que puedes vencerlas si decides hacerlo.

¿Te Gustaría Que Trabajáramos Contigo Para Potenciar Tu Bienestar Emocional y Tu Optimismo?

 

Las comparaciones son odiosas

Las comparaciones son odiosas

Un dicho dice que las comparaciones son odiosas y estudios han demostrado que esto es muy cierto. Caemos en el error de compararnos con los demás cuando la realidad es que siempre habrá alguien mejor así como siempre habrá alguien que esté en una situación peor que la nuestra.

Dudar acerca de nosotros, creer que no somos suficientes o que nuestros logros se han quedado estancados, creernos incompetentes, quitarle mérito a lo que hemos construido, pensar que nuestra vida es un desastre o que somos unos fracasados. Una serie de pensamientos desalentadores pueden capturarnos fácilmente si caemos en esta costumbre poco agraciada de la comparación.

Sonja Lyubomirsky en su libro The how of happiness nos comparte un experimento muy interesante que ella realizó junto a sus colaboradores. El experimento consistía en resolver tarjetas con anagramas en ellas. El examinador se sentaba del otro lado de la mesa y dos personas simultáneamente tomaban la prueba. Una vez resuelto el anagrama, el examinador otorgaba otra tarjeta, además las mismas estaban numeradas. Es así que uno podía ver lo que el otro estaba haciendo, podía medir si lo estaba haciendo más rápido o más lento. El truco estaba en que quien resolvía los anagramas era un cómplice del examinador, en algunas ocasiones resolvía rápidamente los anagramas, en otras muy despacio.

Las personas más felices se mostraron satisfechas con su labor, independientemente de si habían logrado resolver los anagramas de manera veloz o lenta. Sin embargo, las personas menos felices se vieron muy frustradas cuando percibieron que su compañero les ganaba en velocidad. Esto llevó a la conclusión de que las personas felices lo son sin importar si alguien es mejor o peor que ellos.

Compararnos constantemente se convierte en algo casi obsesivo, no podemos detenernos y miles de pruebas se pasean ante nuestros ojos para demostrarnos qué tan horrible nos conducimos en la vida.

Quizás lo más sabio es aprender a compararse con uno mismo. Mira dentro de ti, ¿estás mejor que hace un año, que hace cinco? ¿Cuáles son tus preocupaciones, cómo puedes activamente trabajar en ellas?

Cada vez que tengas la tentación de compararte intenta distraerte con algo más productivo, ponte como objetivo no pensar en lo negativo más que un rato en el día, aprende a apreciarte más a ti mismo evitando quitarle valor a quién eres y lo que has logrado.

Nadie es perfecto y todos debemos lidiar con nuestras propias batallas, quítate la presión de encima, no vivas una vida para impresionar a la sociedad, vive una vida para impresionarte a ti mismo y estar satisfecho con quién eres.

27077699/098165994

Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com