¿Qué es la alimentación emocional y cómo combatirla?

Cuando las emociones te abruman sueles recurrir a la comida para gratificarte, es probable que te sientas incómodo con tu cuerpo y hayas saltado de dieta en dieta, sin éxito. Hoy analicemos qué es la alimentación emocional y cómo comenzar a dominarla.

 

Cuando comes para tapar tus emociones en lugar de lidiar con ellas, es altamente ¿Qué es la alimentación emocional_probable que puedas recurrir a comidas “pecaminosas” a escondidas, te cuesta controlarte cuando hay comida calórica a tu alcance, te cuesta mantener los hábitos saludables y tarde o temprano tus pensamientos pesimistas o extremistas terminan ganando a tus mejores intenciones.

Existe una relación entre desencandenante, pensamiento, acción y emoción, todos podemos tener ciertos disparadores que nos empujan a comer en exceso y en general, es la falta de tolerancia a emociones que pueden ser negativas, como la ansiedad, el aburrimiento, el estrés, la soledad,  la tristeza, la vergüenza y también la baja autoestima. La comida genera placer y además tiene una función social, no es fácil aprender a manejarla ya que está en todas partes y nuestro cuerpo la necesita para sobrevivir.

La alimentación emocional no colma, no es la verdadera solución a los desencadenantes que nos llevaron a utilizarla en primer lugar, y es muy probable que la misma termine en un exceso del cual te arrepentirás más tarde, generando un ciclo de culpa y vergüenza que afectan a tu valoración propia.

¿Cómo comenzar a manejar la alimentación emocional?

Lo fundamental es comenzar a escucharte mejor, ser conciente de las señales de tu cuerpo, ¿realmente estás sintiendo hambre? ¿Necesitas comer porque algo malo ha ocurrido? ¿Quieres alimentarte o comer algo para saciar tus emociones? En general cuando buscas algo para saciar lo emocional, serán alimentos altamente calóricos y ricos en azúcar. Para poder ganarle, hay que cortar el impulso, aquí algunas técnicas:

  • Salir a caminar.
  • Darte una ducha
  • Hablar con alguien por teléfono
  • Beber agua o infusiones
  • Realizar actividades relajantes, aprender a manejar la ansiedad y tolerar las emociones “negativas” son fundamentales a la hora de manejar esta hambre que en realidad no es fisiológica.
  • Practicar yoga o pilates

 

Escucha tu cuerpo, se conciente de tus desencadenantes negativos, comienza a trabajar en reestructurar tus pensamientos, aprende a tolerar las emociones negativas y verás como el hambre emocional comienza a desaparecer. Si no puedes solo, cuenta con nosotros.

 

 

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Cuestionario: ¿Padeces del trastorno por atracón?

Cuestionario: ¿Padeces del trastorno por atracón?

 

Si quieres conocer qué es el trastorno en sí puedes leerlo pinchando aquí: trastorno por atracón, te comparto este cuestionario para que puedas descubrir o descartar este incómodo y difícil trastorno.

Escoge la opción correcta para ti, ten en cuenta el número de respuestas SI para interpretar los resultados.

1) ¿Continúas comiendo a pesar de estar lleno? *SI  *NO

2) ¿Sientes como si no pudieras parar de comer? *SI  *NO

3) ¿Comes cuando te sientes muy estresado, preocupado, deprimido? *SI  *NO

4) ¿La comida ocupa tus pensamientos, planeas demasiado tu comida o sientes caprichos intensos en cuanto a ciertos alimentos? *SI  *NO

5) ¿Comes una cantidad importante de comida en sólo una de tus comidas, ya sea en el almuerzo, la cena, la merienda?  *SI  *NO 

6) ¿A veces te sientes fuera de control con respecto a la comida, especialmente cuando esta te resulta demasiado deliciosa? *SI  *NO

7) ¿Te sientes culpable después de comer? *SI  *NO

8 ) Has intentado hacer dieta y siempre terminas saboteándote porque las ansías de comer te vencen? *SI  *NO

9) ¿Comes a escondidas, sientes vergüenza de comer en público? *SI  *NO

10) ¿Tienes comida guardada en tu casa por si tienes “una emergencia emocional” y necesitas de la misma para calmarte? *SI  *NO

11) ¿Te avergüenza la cantidad de comida que consumes? *SI  *NO

12) ¿Sufres de depresión? *SI  *NO

13) ¿Crees que la comida te calma, es como un sedante para tus emociones? *SI  *NO

14) ¿Comes más comida en tu casa después de una salida con amigos? *SI  *NO

15) ¿Tiendes a “picotear” comida a lo largo del día? *SI  *NO

16) ¿Comes demasiado sin luego vomitar? *SI  *NO 

 

 

RESULTADOS:

 

1-5 Respuestas SÍ

 

Tiendes a comer cuando te estás sintiendo mal por alguna situación, pero es probable que sea algo esporádico y no este trastorno en sí.

6-10 Respuestas SÍ

Tienes ciertos signos de alimentación emocional, utilizas la comida para lidiar con tus emociones en cierta medida. Debes monitorear con cuidado tus hábitos alimenticios. Puedes comenzar a escribir para canalizar tus emociones en lugar de comer o alejarte de ellas.

11-16 Respuestas SÍ

 

No puedes continuar de esta manera, tienes muchos signos de estar padeciendo el trastorno por atracón. Todo tiene solución y si buscas ayuda profesional puedes combatir esto de una vez y para siempre.

Te invitamos a una charla gratuita el jueves 23 de mayo a las 19:00 horas en Centro Psicología Positiva Uruguay para que conozcas La dieta de la Felicidad, un programa que te enseñará a tener una relación sana con la comida mediante el incremento de tu felicidad y herramientas para controlar la ansiedad.

 

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Si pensamos en la comida…¿comemos menos?

Si pensamos en la comida...¿comenos menos?Una investigación de la Carnegie Mellon University (CMU) nos indica que pensar en comer, contrario a lo que se creía, nos haría en realidad comer menos. Imaginarnos con lujo de detalles saboreando esa barra de chocolate, cómo se deshace en la boca, cómo su textura acaricia el paladar, nos haría comer menos de la misma cuando la tuviéramos en nuestras manos. El simple hecho de pensar en la comida con minuciosidad nos hace desearla menos después.

El estudio se llevó a cabo con 300 participantes que se involucraron en cinco experimentos. La gente desconocía que el estudio en sí trataba de testear los hábitos alimenticios.

En el primer experimento las personas debían imaginarse 33 veces insertando monedas en una máquina de lavar ropa. Otro grupo debía pensar en las monedas y además imaginarse que estaban comiendo tres chocolates, el tercer grupo mientras tranto, pensaba en las monedas y en comer 30 chocolates.

Cuando a los participantes se les entregaron los chocolates, quienes habían imaginado consumir 30 comieron muchos menos chocolates que los otros dos grupos.

Los resultados demuestran que el simple hecho de pensar en la comida no tendría ningún efecto, sin embargo, cuando se piensa en la comida lo más detalladamente posible se despierta en nosotros la habituación y por lo tanto el consumo termina siendo mucho menor que en un principio. La habituación no solamente está gobernada por nuestros sentidos, sino también por la representación mental de la experiencia del comer. Si intentamos no pensar en la comida que más nos gusta el deseo persiste intacto,  debemos tener en consideración que el acto de imaginarnos el alimento involucra una respuesta neuronal que afecta las emociones.

Estos resultados son el puntapié inicial de futuras investigaciones, donde lo que se busca es reducir la necesidad por comer comida chatarra e incluso encontrar elementos para ayudar a combatir las adicciones en general.

Así que esta noche, antes de darse el gran festín para despedir el año, imaginen con lujo de detalles esas deliciosas tentaciones y quizás sean de los afortunados que no coman tanto y se eviten una clásica indigestión.

!!!!!!!!!!!!!!!!MUY FELIZ AÑO PARA TODOS!!!!!!!!!!!!!!!!

 

La paciencia

Quien tiene paciencia obtendrá lo que desea

En mis artículos siempre estoy hablando de la importancia de la paciencia, así que he decidido compartir con ustedes una serie de sugerencias para poder sacar provecho de esta maravillosa virtud en orden de sentirnos más a gusto con nuestra realidad y calmar la ansiedad.

En Psicología Positiva se habla de la importancia de la meditación. Esta nos ayuda a relajarnos, a aprender a despejar nuestra mente de todas las preocupaciones del momento, nos permite darnos tiempo para reflexionar sobre nosotros mismos, nos hace sentir más descansados incluso aunque apenas la practiquemos por diez minutos, nos ayuda a controlar nuestras emociones en especial la ira. Técnicas de meditación existen muchas que pueden ser encontradas en audios o libros, sólo es cuestión de encontrar la más adecuada para ti y si el tiempo escasea para realizar esta técnica, con unos pocos minutos por día de todas maneras se aprecian los resultados.

La alimentación tiene una fuerte influencia sobre nuestro estado de ánimo, si nos alimentamos únicamente a base de comidas grasosas y muy calóricas, nos sentiremos con menos energía, más sueño, más pesadez y hasta quizás más culpa. Una alimentación balanceada donde se incluyan carbohidratos, proteínas, vegetales, frutas, lácteos, vitaminas, minerales, agua, en su justa medida, hará que nuestro cuerpo y nuestra mente se sienta mejor. Si nuestro cuerpo está bien esto se convierte en una preocupación menos y podremos concentrarnos en los otros aspectos de nuestra vida que requieran atención.

Otra manera de mejorar nuestra paciencia es aprender a controlar nuestros impulsos. Muchas veces nos enojamos demasiado fácilmente o tendemos a descargar nuestras frustraciones en las personas que nada tienen que ver con el hecho que nos enojó inicialmente. Así que aprendamos a pensar antes de actuar o hablar, tenemos que tener en cuenta que nuestro interlocutor es un ser humano con sus propios sentimientos y pensamientos y no podemos caprichosamente imponer nuestras emociones sobre los otros. Si tratamos a los demás con más respeto éste se nos será devuelto, nos convertiremos en una persona más agradable y nos sentiremos mejor en cuanto a nuestra actitud. La felicidad es un camino de doble vía, si tú te sientes  bien harás sentir bien al otro y si el otro te responde de una manera simpática tú también te sentirás bien.

Seamos justos con nosotros, sí cometemos errores y la perfección no existe. Imponernos ideales inalcanzables es sólo una manera de estancarnos para siempre en donde estamos y castigarnos incesantemente por no lograr alcanzar ese imposible. Hacer algo, sin importar qué tan pequeño sea, es mucho mejor que no hacer nada. Aprender a perdonar nuestros defectos nos hace sentir más a gusto, si tenemos cosas que cambiar podremos hacerlo con el tiempo, pero apresurarse y exigirse sólo conducirá a la frustración y a la nada. Debemos aprender a perdonarnos por las cosas que hacemos mal, lo que importa es el camino que estamos transitando, la felicidad no es una meta, es algo que podemos sentir ahora mismo con lo que ya poseemos. Aprender a disfrutar el día a día nos hace sentir más tranquilos y por lo tanto nos ayuda a ser más pacientes.

No hay que perder la compostura por tonterías. Muchas veces a lo largo del día las pequeñas cosas malas que nos suceden comienzan a tomar unas proporciones exageradas y nos convertimos en monstruos rabiosos que atacaran a cualquier inocente que se nos cruce en el camino. Por ejemplo, te tiras café encima, llegas tarde a tu trabajo por haberte cambiado el vestido o la camisa, alguien te da una mirada de reprobación por haber llegado tarde, algún cliente no fue amable contigo, etc, etc. Sí, lo sé, hay días en que uno desearía no haberse levantado de la cama, sin embargo, cuando estemos agobiados por estas nimiedades lo que debemos hacer de inmediato (antes de que el veneno de la rabia se esparza como pólvora sobre nuestra sonrisa) es pensar en todas las cosas lindas que sí pasarán en ese día. Por ejemplo, compartirás una tranquila velada con tu pareja, podrás disfrutar de tus hijos, saldrás con una amiga, o simplemente te obsequiaras un relajante baño de burbujas cuando llegues a tu hogar o escucharas música que calme tus ánimos. Por cada cosa mala que suceda, fácilmente podemos hacer dos cosas buenas para hacernos sentir mejor. Mimarnos es fundamental, tratarnos como nos merecemos, sentirnos como reyes es muy fácil, no hace falta nada más que imaginación. Los mínimos placeres que nos rodean son lo suficientemente poderosos para cambiarle el rostro a un pésimo día.

La paciencia se logra con la repetición y la disciplina, mientras más la practiquemos veremos cómo lentamente comienza a convertirse en parte de nosotros mismos, así como los pensamientos negativos y los miedos comienzan a ser reacciones automáticas, también los cambios positivos comienzan a formar parte mecánica de nuestras vidas si les damos su tiempo y los practicamos sin cansancio. Así que comienza hoy mismo a cultivar tu paciencia y sé que te sentirás orgulloso de los resultados obtenidos.

Cómo solucionar el trastorno por atracón

El trastorno por atracón, conocido en inglés como Binge Eating Disorder, se caracteriza por una pérdida absoluta de control a la hora de comer, lo cual sucede periódicamente, se ingieren enormes cantidades de alimentos en un corto período de tiempo y las conducta compensatorias como vómitos inducidos, laxantes, no comer o ejercitarse de manera excesiva, pueden llegar a estar presentes pero no de manera constante como sí sucede con la Anorexia Nerviosa y la Bulimia Nerviosa.

Qienes padecen este trastorno comen cantidades exageradas de comida calórica de manera rápida y no se detienen hasta que se sienten incomódamente llenos, hasta el punto que su estómago puede doler. Estas personas suelen ser obesas debido a su comportamiento alimenticio inapropiado, sin embargo, hay casos donde la persona mantiene un peso normal a pesar de estos atracones. Cabe aclarar que no todas las personas obesas necesariamente sufren del trastorno.

La gente no desea tener exceso de peso, pero no pueden evitar ingerir la comida de manera descontrolada, lo cual acarrea severos conflictos internos entre la imagen corporal que desean tener y la realidad de que no pueden alcanzar esa silueta porque simplemente no pueden detenerse ante la comida. Esto genera tristeza, culpa, auto reproches y rechazo hacia ellos mismos. Veremos que muchas veces se abstienen de comer en público o comen poco ante la presencia de los demás, pero al llegar a su casa comienza el desenfreno alimenticio.

Las emociones ocupan un rol fundamental en este trastorno. Se suele comer como manera de lidiar con el stress, la ansiedad, el enojo (con uno mismo a manera de castigo, o con los demás), la angustia, la desilusión, la soledad. Muchos se sienten de cierta manera estafados por comer lo que quieren y  no poder mantener el peso que desean, como sí ocurre con ciertas personas que no cuidan su alimentación y sin embargo se mantienen delgadas. Un trastorno de alimentación se convierte en un trastorno de sentimientos, ya que el trastorno se convierte en una herramienta para manejar nuestras emociones. Estar a cargo de lo que entra en nuestro cuerpo de cierta manera nos hace sentir en control, un control que pudo haberse perdido debido a una situación traumática.

Se suelen comenzar dietas al no verse conformes con su cuerpo, que en algunas ocasiones son demasiado extremas, o pueden intentar cambiar sus hábitos alimenticios dedicándose a consumir sólo alimentos sanos. Todos los esfuerzos serán en vano, porque por poco tiempo podrá mantenerse la determinación y pronto los alimentos calóricos los seducirán de nuevo.

Los sujetos pueden sufrir por el trastorno por atracón debido a su componente emocional, en algunos casos a su genética o por las conductas (en especial los hábitos alimenticios) aprendidos en su niñez. Es frecuente ver que las personas crecen viendo a sus padres comiendo de manera poco sana, lo que los pequeños imitarán y mantendrán como modelo durante su vida adulta. También es común ver que las personas están condicionadas a comer todo lo que hay en el plato, como si fuera algo malo dejar la comida. Los niños pueden llegar a aprender a manejar su tristeza con alimentos, siendo éstos utilizados como un sedante o un premio.

El tratamiento

Se suele necesitar un tratamiento multidisciplinario con nutricionista, psiquiatra y psicólogo, debido al interjuego psíquico/físico que se presenta. Lo delicado del problema es que tratamos con una adicción a la comida y no es algo que podamos alejar de nuestras vidas como una droga, ya que necesitamos alimentarnos varias veces por día. La clave se encuentra en establecer una RELACIÓN SANA CON LA COMIDA.

Entre las opciones de tratamiento nos encontramos con la Psicoterapia cognitivo-conductual, la reeducación alimentaria y motivar al sujeto a realizar ejercicio, a entrar en contacto con su cuerpo y poder controlarlo más.

Linda Craighead, profesora de Psicología, es especialista en trastornos de alimentación y escribio el libro The Appetite Awareness Workbook: How to Listen to Your Body And Overcome Bingeing, Overeating, & Obsession With Food, donde nos explica el AAT (appetite awarenes training/ entrenamiento de conciencia del apetito). Esta técnica es sencilla, práctica y útil para ayudar con el trastorno por atracón. A continuación mencionaré algunos consejos para superar los atracones que aparecen en el libro.

Es importante que no se cuenten calorías, que no se concentren en la grasa o la propiedad del alimento en sí, sino que hay que prestar atención a lo que está pasando adentro de uno, cuánta comida se va a consumir y cómo se va a sentir en el estomágo, cuánta comida es la que en realidad se necesita. Hay que concentrarse en las señales físicas que nuestro cuerpo emite, aprender a escucharlo y detenerse cuando uno se encuentra moderamente lleno. Se debe prestar atención a la señal de hambre real.

No pueden existir alimentos prohibidos, ya que si se hace esto será más dificíl mantener el propósito de escuchar al cuerpo al generar ansiedad por la privación, tenemos que darnos un permiso conciente de comer lo que deseamos. Al momento de comer, debemos estar atentos de lo que comemos, disfrutar cada bocado y tomarnos nuestro tiempo para comer (mínimo 20 minutos). Se debe evitar comer cuando uno tiene demasiada hambre porque de esta manera se comera rápido y será más difícil detenerse. Es necesario alimentarse cuando sentimos tan sólo un poco de hambre y finalizar al sentirse un poco llenos.

Cuando comenzamos a comer algo que no debemos sentimos que ya arruinamos todo nuestro esfuerzo por el día, debido a esto se continúa ingiriendo alimentos calóricos de manera descontrolada, diciendose a uno mismo que al día siguiente se dará comienzo de nuevo al tratamiento desde cero. Cuando se coma en exceso una vez al día, no debes culparte ni dejarte llevar, continúa como si nada hubiese sucedido, si en una comida no pudiste controlarte no quiere decir que debas dejar que el resto de tus comidas sean exageradas también.

No comas sólo porque tienes la comida ahí, presta atención a tu señal interna de hambre, ¿por qué quieres comer ahora? ¿En realidad estás hambriento o estás buscando la comida para lidiar con algo difícil para ti? Tampoco planees comer en exceso, si tienes una fiesta no pienses que puedes comer sin control y después intentes compensarlo con alguna dieta o algún otro método.

Cuando se siente hambre tenemos que pensar por qué, si estamos tentados de comer en exceso pensemos si estamos reaccionando a algo o a alguien de nuestro ambiente. Debemos ser cuidadosos con lo que nos servimos en el plato, ya que tendemos a comer todo lo que hay en él, por eso se recomienda utilzar platos pequeños a la hora de alimentarse.

No dejes que los demás te presionen, sino tienes hambre o hay algo en particular que no desees comer, no permitas que los demás te induzcan a hacer algo que no quieres.

Es muy importante anotar lo que uno ingiere durante el día y qué sintió al hacerlo. Debemos etiquetar las consecuencias de nuestro comportamiento de positivas y negativas e identificar lo que desencadena el atracón. Aprende a monitorearte a ti mismo, cuida de ti mismo.

Hay que aprender a comer sólo cuando se dan las condiciones apropiadas, lo que significa alimentarse a determinada hora, no dejando pasar mas de cuatro horas entre comidas y que cuando se coma sea libre de distracciones, concientes de lo que ingerimos, despacio y en un lugar cómodo, no de pie en la cocina, jamás en la cocina que nos tienta siempre a comer más de lo debido.

Compra tu cuaderno y comienza con estos consejos, practicalo al menos durante seis semanas y verás como los atracones comienzan a reducirse.

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com


Cómo ser anórexica

Es una pregunta que se hacen muchas jovencitas hoy en día y mujeres adultas también. La obsesión por el cuerpo, la belleza, lo frívolo es tan sólo la punta del iceberg y por supuesto que podemos culpar a la sociedad por hacer culto a la delgadez en extremo, pero el asunto va mucho más allá de esto. Cientos son los blogs que tratan el tema, algunos están en contra, otros hacen un altar y refuerzan estos comportamientos negativos. La intención de este post no es juzgar ni criticar y muchos menos sermonear a las personas que padecen esta enfermedad, sino verla desde un punto de vista más amplio. No quiero hablar tampoco de los síntomas, están más que hablados en el mundo de internet. Miremos más de cerca su mundo.

Tanto anoréxicas como bulímicas utilizan como modo de expresar una dolencia más profunda la comida y si bien a manera manifiesta podemos ver que lo que se busca es adelgazar, siempre habrá otra razón latente que en cada caso particular será distinta. Algunas mujeres han sido abusadas y buscan mostrar un cuerpo poco atractivo para que nadie las considere como objeto sexual, otras han recurrido a los alimentos como manera sencilla de controlar la ansiedad, también se repetirán patrones alimenticios de los padres. Si nuestros padres o nuestros parientes más cercanos no han sabido mantener una relación sana con la comida, estaremos tentados a hacer lo mismo sin siquiera ser concientes de ello.

¿Por qué escoger la comida? Quizás porque sea una de las maneras más sencillas de castigar al cuerpo, castigarnos a nosotros, el comer en exceso o simplemente no comer, acarrearan consecuencias negativas para nuestro organismo. Queremos deformar nuestro cuerpo en pos de una imagen mental que nos  hemos hecho que jamás será real, porque por más que las anoréxicas estén en verdad delgadas jamás se dan cuenta de esto y continuarán intentándolo hasta que su corazón no lo resista más. Y las bulímicas luego de meses o incluso años de vómitos podrán finalmente obtener ese peso ideal, pero como no pueden alimentarse de manera adecuada, esos atracones inevitables las obligaran a continuar con las purgaciones porque simplemente dan resultado y no existe para ellas otra manera de mantenerse delgadas.

Así como la persona que fuma se hace daño, pero está socialmente bien visto ya que no está consumiendo una droga ilegal , el comportamiento con la comida es de igual de adictivo y puede llegar a pasar muy bien desapercibido, al menos por un tiempo. La comida es algo sencillo de obtener, podemos hacer creer a las personas que nos alimentamos correctamente cuando en realidad vamos corriendo al baño a vomitar o simplemente le decimos a nuestra familia que vamos a cenar a nuestro dormitorio y la comida termina en la basura del baño. Hay que mantener los ojos bien abiertos para poder detectar si un ser querido está padeciendo alguno de los diversos trastornos alimenticios.

Es vital que no minimicemos la patología. Las personas cercanas tienden a decir cosas inútiles como “deberías comer más, estás muy delgada” “sabes que no puedes comer tanto porque luego te duele el estómago” “lo que te pasa es una tontería, eso te pasa por leer tantas revistas” “¿y para que quieres hacer dieta si estás perfecta?” Etc, etc, es muy difícil para alguien que no es un profesional de la salud saber decir las cosas correctas cuando nos tiran con la bomba “padezco un trastorno alimenticio”. Las personas tienden a actuar como si lo que te sucede no es nada importante, un mero capricho que se te quitará o reaccionan de una manera muy restrictiva y acusadora que solamente hará que los síntomas empeoren. Es fundamental el apoyo, el cariño, la paciencia y sobre todo la ausencia de crítica, para poder ayudar de verdad a quien queremos.

¿Se puede salir sólo de esta enfermedad? No, no es viable que una persona pueda dejar esta patología atrás sin ayuda profesional ni un entorno adecuado. Primero, porque usualmente quienes padecen trastornos alimenticios no son concientes de que los padecen o a lo sumo, saben que lo que les pasa está mal pero no hacen nada para cambiar porque simplemente no poseen las herramientas suficientes para poder enfrentarlo.

Así que sí estás leyendo y te estás preguntando cómo ser anoréxica, cómo ser bulímica, cómo ser delgada, no pierdas el tiempo. Lo primero que tienes que hacer es ser honesta contigo mismo y acudir a un profesional. Busca el apoyo de personas que puedan darte verdadero sostén y no aquellos que hagan lo mismo que tú y te empujen aún más a mantener estas actitudes. Eres un ser bello por dentro y por fuera, pero si aún no has aprendido a ver lo que está dentro de ti, no es tarde para hacerlo. Siempre hay una respuesta y cuando estés lista podrás encontrarla, lo importante es que no estás sola.

 

 

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com