Cuando las emociones te abruman sueles recurrir a la comida para gratificarte, es probable que te sientas incómodo con tu cuerpo y hayas saltado de dieta en dieta, sin éxito. Hoy analicemos qué es la alimentación emocional y cómo comenzar a dominarla.
Cuando comes para tapar tus emociones en lugar de lidiar con ellas, es altamente probable que puedas recurrir a comidas “pecaminosas” a escondidas, te cuesta controlarte cuando hay comida calórica a tu alcance, te cuesta mantener los hábitos saludables y tarde o temprano tus pensamientos pesimistas o extremistas terminan ganando a tus mejores intenciones.
Existe una relación entre desencandenante, pensamiento, acción y emoción, todos podemos tener ciertos disparadores que nos empujan a comer en exceso y en general, es la falta de tolerancia a emociones que pueden ser negativas, como la ansiedad, el aburrimiento, el estrés, la soledad, la tristeza, la vergüenza y también la baja autoestima. La comida genera placer y además tiene una función social, no es fácil aprender a manejarla ya que está en todas partes y nuestro cuerpo la necesita para sobrevivir.
La alimentación emocional no colma, no es la verdadera solución a los desencadenantes que nos llevaron a utilizarla en primer lugar, y es muy probable que la misma termine en un exceso del cual te arrepentirás más tarde, generando un ciclo de culpa y vergüenza que afectan a tu valoración propia.
¿Cómo comenzar a manejar la alimentación emocional?
Lo fundamental es comenzar a escucharte mejor, ser conciente de las señales de tu cuerpo, ¿realmente estás sintiendo hambre? ¿Necesitas comer porque algo malo ha ocurrido? ¿Quieres alimentarte o comer algo para saciar tus emociones? En general cuando buscas algo para saciar lo emocional, serán alimentos altamente calóricos y ricos en azúcar. Para poder ganarle, hay que cortar el impulso, aquí algunas técnicas:
- Salir a caminar.
- Darte una ducha
- Hablar con alguien por teléfono
- Beber agua o infusiones
- Realizar actividades relajantes, aprender a manejar la ansiedad y tolerar las emociones “negativas” son fundamentales a la hora de manejar esta hambre que en realidad no es fisiológica.
- Practicar yoga o pilates
Escucha tu cuerpo, se conciente de tus desencadenantes negativos, comienza a trabajar en reestructurar tus pensamientos, aprende a tolerar las emociones negativas y verás como el hambre emocional comienza a desaparecer. Si no puedes solo, cuenta con nosotros.
¿Te Gustaría Que Trabajáramos Contigo Para Potenciar Tu Bienestar Emocional y Tu Optimismo?
Gracias por compartír lo pondré en práctica tus consejos