Atrás han quedado los días donde las mujeres se dedicaban 100% a su hogar, en la actualidad por razones económicas o por desafío personal, las mujeres nos vemos en una disyuntiva, nuestro hogar/pareja/bebé (o sus múltiples variables) y nuestra carrera profesional, trabajo, obligación y crecimiento. En el artículo de hoy les voy a hablar de cómo ser madre y compaginar el trabajo dejando atrás la culpa, las dudas, los miedos y demás sentimientos contradictorios que nos pueden llegar a surgir.
Podemos ser madres y trabajar, sin duda alguna y además poder estar presentes en la vida de nuestro hijo. Así que lean con atención los siguientes consejos.
Si nuestro hijo está en sus primeros años de vida:
Vamos a necesitar que alguien lo cuide cuando no estemos, podemos contar con alguien de confianza en nuestra familia, una niñera, o también tenemos la opción de guarderías. Muchos padres se organizan los horarios de manera tal que mientras uno trabaja, el otro integrante de la pareja puede cuidarlo, aquí veremos cuál es la opción más conveniente de acuerdo a nuestro caso.
Lo importante es hacernos presentes de alguna manera mientras estemos afuera, como por ejemplo, llamar por teléfono para que alguien haga que nuestro bebé escuche nuestra voz.
La organización va a ser vital, poder dilucidar entre lo urgente y lo importante, utilizar una agenda para tener en claro nuestros horarios, una rutina definida será una excelente aliada. Los asuntos ordenados van a ayudarnos a manejar nuestro tiempo con soltura.
Si nuestro hijo está en etapa escolar:
Los expertos concuerdan que más que la cantidad de horas que compartimos con los hijos es la calidad de las mismas lo que en realidad importa. Podemos estar todo el día en casa y aún así no brindarle la atención que necesitan. Así que cuando regreses a tu hogar intenta haberte quitado de arriba tareas extras del trabajo, o al menos realízalas cuando el niño ya esté dormido, de esta manera podrás compartir un lindo momento con él concentrándote en disfrutarlo.
Cuando el niño quiera hablarte de su día, préstale atención, demuestra interés por sus pequeñas aventuras, anécdotas y sobre todo juega con él, permítete perderte en su mundo de fantasía.
Llevar a los niños en el coche, al colegio, a la casa de alguien, también puede ser un buen momento para compartir juegos, cantar canciones, hacer adivinanzas. Los momentos que podamos robarle al día para poder divertirnos con ellos van a ser intensamente apreciados.
Como les había mencionado, la agenda es súper importante, en ella también vamos a tener los números de teléfono de compañeros de escuela, de sus madres, del colegio. Tenemos que tener en claro los horarios de las actividades de los pequeños, si van al club, si van a inglés, si van a jugar a la casa de algún amiguito, si van a visitar a algún familiar. Estar al tanto de sus tareas, ayudarlos y saber cuándo les toca paseos es también algo a tener en cuenta.
Así como a los bebés les reconforta escuchar nuestra voz, con nuestros hijos más grandes podemos tener ciertas atenciones para que se sientan especiales, como dejarles mensajes en sus almohadas, algún dulce, pequeños detalles para que sepan que estamos pensando en ellos.
Sé que es difícil no sentir culpa por tener que dejarlos, cuando nos miran con sus rostros inocentes y no quieren que nos vayamos, pero en algún punto tenemos que hacerle entender a los pequeños que ellos son lo más importante y el trabajo simplemente es una parte más de nuestra vida.
Como mujeres no tenemos que olvidarnos que somos mujeres, eso quiere decir que tenemos derecho también a nuestro espacio individual para arreglarnos, comprarnos algo, disfrutar con nuestra pareja y no sentirnos culpables si queremos crecer profesionalmente. Si bien nuestro hijo es la prioridad, los demás aspectos de nuestra vida son importantes y tenemos que brindarle la atención que necesitan. Vivir únicamente para nuestro hijo es contraproducente para nosotras y para ellos, porque con el pasar de los años van necesitando su independencia y la sobreprotección solamente genera personas inseguras y dependientes. Y si vivimos exclusivamente para ellos vamos a terminar, sin quererlo, anulándonos como personas lo que en un futuro nos va a generar frustración y amargura.
Así que pon en práctica estos consejos, disfruta de tu maternidad sin olvidar tu individualidad y sí, quizás tengas que hacer malabares con tu tiempo, pero lo importante es que estés ahí emocionalmente para tu hijo, sin temer poner límites saludables y sobre todo disfrutando de esta hermosa experiencia.