El síndrome de Estocolmo

El síndrome de EstocolmoEste síndrome toma su nombre gracias a un psiquiatra, que por el año 1973, trabajó en un caso donde unas personas en Estocolmo robaron un banco y mantuvieron consigo rehenes por un período de seis días. Los cautivos, una vez rescatados, mostraron una simpatía peculiar hacia sus agresores, incluso decidieron pagar por sus abogados y pedir misericordia por ellos.

En estos casos, las víctimas se identifican con el agresor de manera inconciente, hay un involucramiento a nivel emocional, la víctima puede asumir “su responsabilidad” por la agresión recibida. Se da una especie de agradecimiento por parte de la persona de haber resultado ilesa de la agresión cometida, porque a pesar de la situación dolorosa por la cual se atravesó, aún está con vida.

El síndrome no deja de ser una reacción de supervivencia ante el temor experimentado, un mecanismo de defensa, una especie de sensación de poder estar en control de aquello evidentemente incontrolable que le sucedió.

Para desarrollar el síndrome, la persona se debió haber sentido en algún punto cuidada, sin recibir maltrato o demasiada violencia. Para diagnosticar el síndrome tenemos que ver que la víctima se sienta identificada con su agresor en actitudes, maneras de pensar, comportamientos y que se prolongue por un largo tiempo una sensación de gratitud hacia sus captores.

Algunos autores dicen que el síndrome de Estocolmo no sucede únicamente en aquellos individuos que debieron tolerar situaciones de secuestros, sino también en mujeres víctima de violencia por parte de su esposo, novio o padre. Estas mujeres defienden a quienes las agreden e incluso los llegan a justificar, no se alejan de la situación ni disuelven el vínculo a pesar de contar con recursos para poder llevar esto a cabo.

Estas relaciones enfermizas ocurren por el desequilibrio de poder y una combinación de buenos y malos tratos por parte del otro, en algún punto la mujer niega lo violento y dañino y se queda estancada solamente con lo positivo de esa relación.

El tratamiento para el síndrome es una combinación de medicación con tratamiento terapéutico, psiconoanalítico o cognitivo conductual. La duración del mismo será variable en cada caso pero es algo de lo cual se puede escapar y ser realmente libres. Las peores prisiones son aquellas que nuestra propia mente crea oprimiendo nuestro ser.

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Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com

 

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