
Hola querido lector, hoy quiero compartir contigo algunas reflexiones acerca de cuáles son las razones y excusas más frecuentes a la hora de consultar con un profesional de la salud mental.
A lo largo de mi carrera, e incluso en mis años de estudiante, me he cruzado con una serie de personas que detestan mi profesión, algunas con cierto rencor sin fundamento, desconociendo lo que hacemos; otras heridas y profundamente decepcionadas de algún que otro encuentro profesional desafortunado.
Vamos a ahondar en esos mitos, comentarios, desaciertos y certezas.
No existe mejor terapia que…
Hablar con amigos, abrazarte a ti mismo, rezar, hablar con la almohada, etc.
Primer punto, hablar con amigos usualmente no es suficiente por un motivo diverso de razones, no saben qué decirte, no tienen las herramientas para contenerte, pueden frustrarse porque te brindan consejos que jamás llevas a la práctica, te dicen “ya va a pasar, no le prestes atención, todo va a estar bien” frases bienintencionadas que no te dejarán satisfecho.
Te aman, tienen la mejor voluntad, pero no han estudiando los intrincados, complejos y agobiantes mecanismos de la mente y las emociones. Créeme, los seres humanos no somos nada sencillos.
En cuanto a rezar o buscar terapias alternativas… personalmente soy una persona muy espiritual y amo a Dios en su amplia expresión, sin embargo mi experiencia me ha dicho que no podrás salir de un ataque de pánico, depresión, ansiedad ni trastorno de personalidad rezando.
Y las terapias alternativas por sí solas pueden llegar a funcionar, siempre y cuando tu problema no sea algo crónico ni grave, de lo contrario estarás perdiendo tu tiempo ya que no estás accediendo al tratamiento adecuado a tu problema.
Las dificultades generadas por el auto analizarse son bastante obvias, ¿quién se hace más trampa que nadie, quién es tu peor enemigo? Tu mismo.
Ya que vemos el mundo como SOMOS, vamos a perdernos en la trampa de nuestras propias creencias y mentiras. Vamos a auto convencernos de cosas que no son ciertas, no podremos ver el mundo objetivamente y es genial discutir con uno mismo, ¡siempre tengo la razón!
¿Por qué no puedo superarlo solo? Porque somos mortales y a veces necesitamos a otro, si te caes es bueno tener a alguien que te ayude a levantarte, ¿qué tiene de malo eso?
Lamentablemente, el siempre tener la razón es la excusa perfecta para mantener un patrón de comportamiento nocivo para ti. Por lo tanto, el psicólogo en este caso oficia de agente externo, objetivo, que puede ayudarte a ver las trampas que creas en tu propia mente.
Nosotros nos formamos para conocer cómo funciona el cerebro, las emociones, las conductas, lo latente, lo inconciente. No son tonterías, son temáticas ampliamente trabajadas a nivel científico, vamos a guiarte para escapar del laberinto que te tiene atrapado por años.
El psicólogo y el psiquiatra son para los locos
Rotundamente no. Los profesionales de la salud mental estamos para ayudar a manejar más eficientemente nuestras emociones y solucionar o al menos aliviar patologías mentales.
Los ataques de pánico por ejemplo, los puede padecer cualquier persona y usualmente se acompaña el tratamiento psicológico junto con medicación para la ansiedad, eso no quiere decir que estás loco, sino que existe un proceso químico en tu cerebro que necesita estabilizarse.
Un psicólogo uruguayo dijo una vez, “los locos son los que están afuera del consultorio” No quiere decir que todo el mundo necesariamente tenga que acudir a nosotros, sin embargo, es muy sabio y humilde de nuestra parte reconocer cuando necesitamos ayuda.
Ser valiente y hacerte cargo de tus problemáticas no es de tonto ni de débiles, es un acto de inteligencia conocer tus virtudes, tus fortalezas, pero también tus limitaciones.
Nosotros vamos a terapia, somos nuestro instrumento de trabajo, tenemos que conocernos en profundidad, tenemos que mejorar y también tenemos que sanar. Desde nuestra fortaleza ayudamos a los demás.
No somos perfectos, somos humanos, pero poseemos el conocimiento para sacarte de tu burbuja y poder brindar claridad a lo que te aqueja.
El psicólogo solo escribe y no me dice nada
Existen muchas corrientes psicológicas y en algunas no solamente “el psicólogo escribe” (en realidad se hace mucho más), te escuchamos, dialogamos y pensamos en conjunto.
Tienes que informarte antes de asistir a consulta, cómo se plantea el tratamiento, qué es lo que tú estás esperando de una terapia, cuál es la modalidad con la que puedes sentirte más cómodo. Afortunadamente existen tantas alternativas de tratamiento que seguramente vas a encontrar al profesional y a la corriente con la cual te identifiques.
El psicólogo no sabe lo que yo siento porque no lo vivió
No tenemos que atravesar exactamente las mismas adversidades para comprender al otro, con atravesar algunas es suficiente. A lo que me refiero, es que todos tenemos batallas con las cuales lidiar y todos tenemos que crecer emocionalmente, superar conflictos, enfermedades, pérdidas, duelos, separaciones, etc.
Nadie se escapa al dolor, ¡ni los psicólogos! Así que si yo no padezco depresión, de todas maneras puedo entender el dolor del otro, porque he tenido mis propios dolores, aunque sean por motivos diferentes.
No tengo que tener una patología mental para poder ayudarte, no tengo que atravesar exactamente lo mismo que te sucedió para comprenderte.
Te comprendemos y podemos colocarnos en tu lugar sin desarmarnos, no vamos a llorar contigo, vamos a darte la mano para sacarte de tu oscuridad, así como alguien lo hizo con nosotros antes.
Uno no aprende solo, aprende con un otro.
El profesional al cual acudí es poco serio
Historias de enojos, bostezos y despreocupación son ciertas. Lamentablemente existen algunos profesionales que no se toman en serio su trabajo, desprestigiando al resto que sí lo hace. Sin embargo, esto es algo que sucede en todas las profesiones, tristemente.
Por si acaso, siempre verifiquen que están asistiendo a un psicólogo titulado, ya que existen personas que se hacen pasar por profesionales y en realidad no lo son.
En este punto, personalmente les pido perdón por todas las malas experiencias que padecieron.
¿Por qué la terapia no es gratis?
En realidad sí existen sitios donde la terapia es gratis, es cuestión de informarse donde corresponde. En Uruguay les aconsejo se acerquen a las facultades de Psicología tanto pública como privada para asesorarse.
Para quienes buscan terapias particulares y el precio les parece excesivo, aquí les paso a explicar las razones:
- En Uruguay tenemos que pagar para poder trabajar, aportando a la caja de profesionales se tenga consultantes o no. Esto para los recién recibidos es una carga monetaria pesada.
- Para ser un buen profesional tenemos que formarnos constantemente y esto no es nada económico tampoco, cursos, jornadas, seminarios, talleres, masters, doctorados.
- Es nuestro trabajo, nos dedicamos a esto y por eso debemos recibir remuneración a cambio de nuestros servicios.
- La luz, el agua, el teléfono, internet y alquiler, llega todos los meses y debemos pagar las cuentas como el resto de los humanos.
- Exigirnos que brindemos nuestro conocimiento gratuitamente es una falta de respeto hacia nuestros años de esfuerzo y formación permanente. Podemos brindar con amor, pero no se nos puede forzar.
En mi caso particular, yo escribo hace seis años, en mis artículos, más de 350 hasta la fecha, están repletos de información y guías para poder aprender a ser más felices e invitar el bienestar a sus vidas. También pueden encontrar recursos gratuitos en mis programas de radio y entrevistas pinchando aquí.
Escribo en varias revistas sin remuneración para poder acercar a la población general lo que sé, también trato de responder a sus correos (el problema es que son tantos que es imposible responderlos todos).
También pueden acudir a mis servicios pagos, que serán personalizados y existen diversas opciones. Nadie los obliga, es una opción que pueden tomar o no, pero la realidad es que muchas veces es imposible resolver un problema simplemente a través de un mail.
No creo en los psicólogos
Querido lector, no somos una religión, ni dioses ni tampoco mitos. Somos profesionales que estudiamos una ciencia y la aplicamos en beneficio de nuestros consultantes para resolver problemáticas específicas.
Decir no creo en los psicólogos es como decir que no creo en la ley de gravedad, las leyes de la física o las matemáticas.
Espero haber podido saciar sus dudas y curiosidad, si tienen más preguntas o comentarios acerca de nuestra profesión pueden compartirlos aquí en la web.
¡Gracias por leer!