Las rabietas, el mal comportamiento, pelearse con los compañeros del colegio, son actitudes frecuentes que podemos encontrar en los pequeños. ¿Cómo puedes aprender a establecer límites saludables en los niños?
Los niños desobedientes suelen serlo con sus padres, abuelos, maestras. Se burlan y cuestionan la autoridad descaradamente e incluso a veces pueden ser violentos. Sin darte cuenta, como padre puedes llegar a tener un patrón de conducta que esté fomentando esto en tu hijo.
Se ha comprobado que aquellos padres que son demasiado permisivos o quienes se ponen ansiosos y gritan influyen negativamente en sus hijos a la hora de establecer normas.
Seguramente ya sepas que los niños se comportan mal para llamar tu atención, el problema es que cuando consiguen hacerlo por este medio, le estás enseñando que llamar la atención de una manera negativa es bueno ya que ellos obtienen lo que quieren.
Para que los niños te hagan caso, una de las cosas que debes tener en claro es que las cosas deben decirse una sola vez. Si el niño no te presta atención, repítele que se espera que obedezcan al primer pedido, de lo contrario habrá consecuencias. Pero esto debe decirse con firmeza y calma, no a los gritos desesperados porque lo verán como que están ganando la discusión.
Si el niño continúa gritando, comportándose mal o haciendo berrinches es hora de ignorarlo. Aunque cueste, si lo ignoras el irá perdiendo fuerza, tú tienes que ser más perseverante que tu hijo, ellos tienen mucha energía e insistirán hasta el cansancio, pero tú debes ser más fuerte y seguir firme con tu postura.
Lograr terminar el berrinche al primer intento suele ser más eficaz que dejarle pasar unos cuantos, si se corta el mal comportamiento rápidamente tendrás más éxito en los siguientes episodios.
Es aconsejable finalizar con los berrinches en la casa, ya que en la calle, con público, los niños ven más sencillo el comportarse mal y salirse con la suya.
Razonar con los niños cuando están gritando y enojados suele no funcionar y en vez de intentar convencerlos y explicarles todo, a veces simplemente hay que obedecer a los mayores. Si ellos comprenden que no tendrán atención de tu parte cuando comiencen su actuación, irán comprendiendo que esta no es la manera de obtener tu amor.
Recuerda que ceder a sus demandas, caprichos y berrinches, es reforzar y recompensar la conducta negativa que en realidad quieres extinguir.
El secreto de una educación positiva se reduce a dos actitudes que como padre debes conocer:
- La extinción: No prestar atención cuando se estén llevando a cabo conductas relacionadas al mal comportamiento, ser fuertes e ignorar el despliegue de actitudes y llamados de atención en el cual tu hijo incursionará. Se aconseja un minuto por cada año de vida de tu hijo, si el niño tiene cinco años, entonces intenta utilizar la extinción por cinco minutos. Una mirada firme y de desaprobación tendría que comenzar a ser suficiente, con el tiempo, para extinguir el mal comportamiento.
- El refuerzo: Mimar, prestar atención y premiar a tu hijo cuando se esté comportando de una manera positiva y correcta.
El concepto de castigo no es recomendable, existen muchos errores habituales que los padres suelen cometer como por ejemplo castigar demasiado tiempo al niño, en este caso el niño se aburre y piensa que para qué va a comportarse correctamente si de todas maneras está castigado.
Si le quitas todo lo que le gusta te quedarás sin opciones para premiarlo, no le puedes quitar todo, la tablet, el celular, la televisión, los libros, etc.
Y por supuesto que los castigos desproporcionados y violentos no llevan a nada, solamente a que tus hijos te pierdan el respeto y se sientan resentidos, además de un sinfín de consecuencias terribles a largo plazo como baja autoestima, odio hacia sí mismo o a los demás, inseguridad, miedos, ansiedad, depresión, etc. Así que evidentemente este no es el camino, ese dicho que reza “una golpiza a tiempo evita problemas” no es para nada cierto.
Entonces lo más saludable es dejar de pensar en términos de castigo e incentivar al niño a ganarse las cosas o situaciones que le gustan. Le puedes explicar que se puede ganar tantos minutos de televisión, de juegos, de paseo; si hace los deberes, ordena su habitación, no hace berrinches, etc.
Tienes que ser claro con tu hijo y explicarle qué es lo que quieres de él, cómo esperas que se comporte. Si el niño se aleja de estos parámetros entonces le puedes decir “hoy no te has ganado salir a andar en bicicleta”.
El niño va sintiendo que es su responsabilidad poder acceder a las cosas y experiencias que a él le agradan, comienza a entender que un buen comportamiento es el camino para obtener lo que desea.
Los niños aprenden por modelado, imitando a sus padres, por eso es importante que tú sepas mantener el control, si gritas siempre ellos lo imitarán.
Así que recuerda utilizar la extinción a la hora de educar a tu niño. Refuerza los llamados de atención positivos, si ellos te dibujan, te abrazan, dicen cosas bonitas, brinda la recompensa desde tu atención y amor.
Los pequeños son un lienzo en blanco y somos nosotros quienes podemos convertirlos en una obra maestra o un verdadero desastre. No temas establecer límites, son necesarios para un correcto desarrollo emocional y también tendrá consecuencias positivas en su vida adulta. No eres el mejor amigo de tu hijo, eres su papá, eres su mamá y debes enseñarles herramientas para que crezcan felices y plenos.
Y si necesitas ayuda, recuerda que puedes contar conmigo.
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