Tal vez te haya sucedido, o seguramente conoces a alguien, quien siempre quiso ganar bien para sentirse seguro. El dinero nos brinda confort y paz mental, el problema sucede cuando nunca es suficiente y sin importar cuánto crezca nuestra cuenta bancaria el temor a la catástrofe, a perderlo todo y quedar en la ruina continúa ahí, aunque objetivamente carezca de sentido pensar así. Voy a introducirte a la trampa mental conocida como vulnerabilidad al daño, específicamente el terror a caer en la pobreza
Dentro del paradigma cognitivo conductual se desarrolló un modelo de abordaje terapéutico llamado Terapia de Esquemas. Es una forma de psicoterapia integrativa, combinando elementos psicodinámicos, cognitivos, conductuales, de las relaciones humanistas y objetales.
La terapia de esquemas fue desarrollada por Jeffrey Young, principalmente para trabajar en el ámbito de los trastornos de personalidad, sin embargo, en la actualidad esta terapia ha extendido su uso hacia otras problemáticas emocionales. No es necesario tener un trastorno de personalidad para tener activado algún esquema.
Dentro de la terapia de esquemas encontramos una subcategoría llamada esquemas tempranos inadaptados. Los mismos se consideran patrones auto saboteadores tanto de pensamiento como de emoción, comienzan a edad temprana y se mantienen hasta la vida adulta.
Los esquemas tempranos inadaptados al principio surgen como una respuesta a la realidad que la persona está atravesando, incluso pueden llegar a ser respuestas adaptadas y necesarias. Debes tener en cuenta que lo solía funcionar correctamente en el pasado, respondiendo a la realidad de ese entonces, no necesariamente será funcional en el momento presente.
Estos esquemas presentan diversos grados de gravedad, su severidad y resistencia al cambio estarán asociadas a lo temprano o tardío en que los mismos se generaron, las situaciones que pudieron oficiar de desencadenantes o la cantidad de las figuras significativas que contribuyeron a su creación.
Los esquemas tempranos inadaptativos son verdades que uno se forja sobre su ambiente y uno mismo, son extremadamente resistentes al cambio y se mantienen a lo largo del tiempo. Son la mezcla de la interacción con cuidadores o miembros de la familia, situaciones angustiantes y el temperamento del individuo.
Interfieren directamente sobre el bienestar de la persona y también puede afectar el relacionamiento con los demás. Serán activados tanto por estados biológicos, como por estados de ánimo o incluso cambios en el entorno.
Uno de ellos es vulnerabilidad al daño y dentro de él encontramos el miedo a la pobreza. El síntoma que vemos asociado a la vulnerabilidad es la ansiedad. Sientes que algo catastrófico está a punto de suceder y crees que no eres capaz de poder manejarlo.
Estás en extremo preocupado por el dinero y tienes un miedo no realista de que lo vas a perder todo y acabar viviendo como un mendigo. Sin importar tus ingresos, propiedades o ahorros, crees que sólo se necesita un pequeño empujón para quedar en la ruina.
Necesitas acumular dinero para sentirte seguro y temes a los gastos, evitarás placeres aunque puedas pagarlos. Nunca se sabe cuando la desgracia tocará a tu puerta.
Aunque tengas dinero te angustia pagar facturas, buscas en los medios de comunicación noticias sobre catástrofes económicas, sientes miedo por la situación de tu país. Temes que la gente de tu entorno pierda su trabajo, sin indicios de que esto en realidad pueda suceder.
Tienes que controlar el dinero, si te relajas y disfrutas puede ocurrir que te descontroles y pensarás que eres capaz de gastarlo todo sino te frenas a ti mismo. Detestas comprar cosas a crédito, prefieres abonar todo contado y no te gusta asumir riesgos financieros.
Debes estar preparado ya que sientes que la ruina es inminente, solo basta un pequeño error o un golpe de mala suerte para perderlo todo.
¿Cómo nace la vulnerabilidad?
- Observando las actitudes de tus padres, si ellos eran fóbicos o demasiado inseguros en algún aspecto, irás aprendiendo eso de tu entorno.
- Sobreprotección parental, sin quererlo te hacían sentir que eras demasiado frágil o poco competente para enfrentarte a las situaciones cotidianas.
- Tu entorno infantil no parecía seguro ya sea física, emocional o económicamente.
- Estuviste enfermo en la infancia o viviste algún acontecimiento traumático grave.
- Uno de tus padres falleció cuando eras niño o joven.
¿Cómo puedo escapar de esta trampa vital?
El tratamiento en este caso es psicológico, se emplean diversas técnicas, de imaginación, pensamiento y conductuales, para poder entender qué es lo que te sucede, te brindaremos estrategias puntuales que te ayudarán a manejar estos pensamientos y emociones dañinas.
Conocerse a uno mismo es el primer paso hacia el cambio. Te esperamos para ayudarte a recuperar tu vida y no caer en los engaños de la mente.
¿Te Gustaría Que Trabajáramos Contigo Para Potenciar Tu Bienestar Emocional y Tu Optimismo?
las terapias son muy importantes y hacen mucho bien cuando la persona o el individuo acepta su realidad…me pueden decir todo lo que les venga en gana,si no me conozco, si no me acepto tal como soy,si en lugar de desaprender con los errores cometidos, sigo haciendo las mísmas travesuras, las mismas locuras y las metidas de pata….morire siendo la mísma pendeja que crecí mirando con tristeza la humildad de una familia que nunca crecio por miedo a lo desconocido o aceptar y cambiar su comportamiento…..desde afuera se mira muy bonito…cuando nos metemos en el atoyadero es cuando nos damos cuenta realmente de quién somos y que queremos ser en el futuro……nadie es culpable de la desición de otro…se debe asumir con claridad sus errores y hacerlos beneficio para su crecimiento…todos nos equivocamos y de estos recibimos grandes lecciones…abrazos….