La maternidad es una experiencia hermosa, pero también es algo que nos asusta un poco, porque hay cambios no solamente en nuestro físico sino también a nivel psicológico.
La buena noticia es que los cambios emocionales en el embarazo son temporales, a veces son muy fuertes, pasamos de la euforia al llanto, podemos mostrarnos muy irritables, estamos hiper sensibles, más inseguras. Todo esto hace que quienes conviven con nosotras a veces no entiendan demasiado lo que nos sucede.
En los tres primeros meses de embarazo, es cuando se viven con mayor intensidad los vaivenes emocionales. Vamos a sentir ansiedad y frecuentes cambios de humor. Surgen miedos ante lo desconocido (en las madre primerizas). Los síntomas físicos como vómitos y náuseas, malestar, mareos e indisposición digestiva también se muestran más fuertes en este momento. El deseo sexual puede disminuir debido al cansancio, al malestar físico o incluso por temor a lastimar al bebé.
El segundo trimestre suele ser una etapa de mayor tranquilidad emocional, nuestros cambios hormonales ya se han estabilizado y la futura mamá se ha adaptado psicológicamente a la gestación.
En el tercer trimestre regresan las dificultades anímicas debido a que la pancita ya está demasiado grande y eso puede afectar la comodidad y el bienestar general de la madre. Aparece la dificultad para dormir, vamos demasiado seguido al baño, padecemos de dolores de espalda y estamos muy cansadas. Aumenta nuestro nivel de ansiedad por conocer al bebé, resurge con fuerza el miedo al parto y podemos llegar a sentirnos inseguras ante la crianza.
Por eso es importante que nos mimemos mucho en esta etapa, que podamos involucrarnos en tareas que aumenten nuestras emociones positivas, como por ejemplo hacer yoga, salir a caminar, mirar lindas películas (comedias sobre todo). Si estamos en pareja compartir momentos con ella.
El sueño es fundamental, se puede dificultar quizás en cada caso, pero descansen todo lo que puedan. Cuiden lo que comen, algunas personas deciden ir al nutricionista para asegurarse una dieta balanceada tanto para ella como para su bebé.
También es tiempo para hacer algún hobby tranquilo, como leer, gimnasia en el agua también está permitida en algunos casos. Respeten sus ritmos, si están demasiado cansadas o demasiado saturadas, relájense. Hay personas que disfrutan de meditar por ejemplo.
Aprovechen para dedicarse tiempo a sí mismas, pequeños gestos, quizás comprarse algo lindo, ir a la peluquería, todo lo que las haga sentirse cómodas y atractivas va a contribuir a que se sientan más plenas. Recuerden que además de ser madres también son mujeres y tienen que sentirse bien y fuertes para poder transmitir eso luego a su hijo.
Más allá de que siempre hay algo nuevo que planear para esperar al bebé, tenemos que dejarnos llevar por la alegría del proceso, disfrutar el momento, el día a día.
Si estamos en pareja, es un buen momento para reconectarnos desde la ilusión y la esperanza, siendo agradecidos el uno con el otro. Es el momento para conectarse o reconectarse con familiares y amigos, un buen momento quizás para conocer a nuevos padres, compartir experiencias y generar nuevas amistades.
La maternidad es una experiencia maravillosa y más allá de los vaivenes emocionales, los cambios corporales o las posibles complicaciones que podamos llegar a experimentar, vamos a recibir un obsequio hermoso por nuestro esfuerzo.
me gusta mucho
Interesante el artículo sobre todo para las mamás primerizas o quienes desean serlo ❤ Felicidades por la charla para embarazadas en el BABYSHOWER Gracias, Vale!
En los tres primeros meses de embarazo, es cuando se viven con mayor intensidad los vaivenes emocionales. Vamos a sentir ansiedad y frecuentes cambios de humor. Surgen miedos ante lo desconocido (en las madre primerizas). Los síntomas físicos como vómitos y náuseas, malestar, mareos e indisposición digestiva también se muestran más fuertes en este momento. El deseo sexual puede disminuir debido al cansancio, al malestar físico o incluso por temor a lastimar al bebé.