Quiero compartirles un material que escribí hace un largo tiempo para la revista Más Vida, es mi artículo favorito y los invito a reflexionar conmigo
Mis dedos se entrelazan para tocar la taza caliente. Observo los movimientos rítmicos del café mientras pequeños besos de humo se contonean en el aire. Miro hacia la izquierda y Alan, mi bebé de cuatro meses, está plácidamente dormido en su cochechito.
Paseo rápidamente mis manos por el teclado mientras me sumerjo en esta mágica experiencia de paz. Silencio…amor…inspiración…perfume a café.
Tenues rayos de sol acarician tímidamente mi ventana, como si tuvieran miedo de interrumpir tanta paz. Respiro hondo, baja mi ansiedad.
Absolutamente perdida en el aquí y ahora. En esta habitación no hay lugar para la violencia, las malas noticias, el mundo cruel, los problemas cotidianos. Ya sabemos que esos siempre están presentes, sin embargo, hay otras situaciones que todos los días también están presentes y las ignoramos, no nos damos el permiso para jugar y sentirlas vibrando en nuestro ser. Experiencias tan increíbles como un rato de silencio, en una cálida mañana, acompañada por mi hijo, mi gato perezoso y una taza.
En nuestro interior es bueno que de vez en cuando reine el silencio…que los pensamientos negativos se callen, que la ansiedad se duerma, que el miedo se apague, que los problemas se disuelvan.
El silencio interior es una oportunidad para escucharnos de verdad, para escuchar desde un lugar más positivo, desde un sitio más saludable.
Problemas, ¿a veces son tan reales? ¿Acaso no somos nosotros los que a veces nos ahogamos en un vaso de agua? Lo que me está sucediendo, ¿es realmente un problema? Y sí asi fuera, ¿de dónde puedo sostenerme?
Hay tantas experiencias que no tienen precio, que son tan íntimas, secretas. Hay tanta alegría que desborda en el silencio, que danza al compás de una profunda paz.
¿Qué es lo que eres capaz de escuchar en tu propio silencio? ¿Qué parte sabia se conecta contigo? ¿Cuáles son las experiencias más sencillas y deliciosas que te permites disfrutar? Hay personas que le temen a la felicidad, existe cierta creencia en muchas culturas que ser feliz es ser egoísta, que cuidarse uno mismo es algo perverso, seguramente muchas creencias te están contaminando el corazón, y todo lo que sientes es puro ruido avasallante que no te permite conectarte con tu parte más saludable.
Todos nos perdemos en el ruido muchas veces, nos dejamos llevar por las trivialidades, comenzamos a competir, nos embriagamos en ego, sin embargo, si prestas atención, la verdadera felicidad, la más intensa se encuentra mucho más allá de las metas superficiales. Qué importa el ascenso, ser el mejor, tener más dinero, ser el más delgado, el más famoso, el más hermoso. Eso pasa rápido, dura un segundo, no te colma.
¿Sabes por qué la gente busca tanto la felicidad y no la encuentra? Por qué es tan obvia, tan simple, tan cotidiana, que está escondida en el mejor lugar: a la vista de todos. Y es así que existen personas que dedican toda su vida a encontrarla y son incapaces de lograrlo, porque cuando la encuentran, creen que la felicidad es algo más y la dejan pasar. La desechan e ignoran como un trapo, solo para darse cuenta con el tiempo que ya eran felices y simplemente no lo sabían.
Muchos de mis consultantes me han tildado de adivinadora, porque varias veces he predicho con exactitud ciertas situaciones. No es de bruja, es de experiencia. Conozco a las personas y sus patrones de comportamiento, en la intimidad de un consultorio, en ese otro increíble silencio, se desnuda el alma y ellos me enseñan, como eterna estudiante aprendo. Tengo mi sabiduría más las de todos quienes me han confiado sus historias. Y es por eso que con propiedad puedo decirte que eres mucho más feliz de lo que crees.
Conéctate ahora con una caricia, la brisa del mar, tu mascota en tu regazo, un bebé dormido en tu pecho, el beso de tu amante, el sonido de la música, el aroma de un perfume, la ducha acariciando tu piel, la esperanza de que todo estará bien, la alegría de estar vivo, una comida deliciosa, un techo sobre tu cabeza, la revista que estás leyendo en este preciso instante, un arrebato de inspiración, el cuadro que hay en tu comedor, los pétalos de una rosa seducidos por el rocío, aquella vez que ayudaste a alguien y le robaste una sonrisa, un fuerte y apretado abrazo, el calor del sol besando tu cuerpo, un masaje en el cuello, cuando recibiste tu diploma, cuando te dijeron que ibas a ser padre, cuando te independizaste, conéctate con el césped frío, conéctate con una simple y caliente taza de café.
Y entonces…¿dónde está la felicidad? Está en tu silencio.