Cuando no puedes llorar

Pero una sirena no tiene lágrimas, y por lo tanto sufre mucho más, decía Hans Christian Andersen en el cuento original de La Sirenita. Muchas veces las personas que atraviesan situaciones angustiantes no pueden llorar a pesar de todo el dolor que sienten, empeorando su proceso de sanación. Voy a contarte cuáles son las posibles causas de esto.

  • Vergüenza y estigma social: El contexto en el que creciste castigaba el llanto y por eso lo reprimiste, suele suceder mucho más en los hombres.
  • Abuso infantil: el abuso hacia los niños puede implicar que no se les “permita” mostrar sus emociones. Este temor a expresarse acaba truncando el desarrollo saludable de la tristeza
  • Emociones reprimidas: La represión a largo plazo perjudica al sistema límbico, la actividad neuronal de este sistema acaba viéndose deteriorada.
  • Ansiedad: Temor a ser juzgados por sus emociones, intentar tener el control de las mismas para no demostrar vulnerabilidad. 
  • Situaciones traumáticas: Quienes han sufrido un trauma pueden experimentar dificultades para llorar debido al shock que han atravesado.
  • Depresión: En el caso del trastorno depresivo mayor, los síntomas suelen ser muy severos. Por ejemplo, estas personas pueden sentirse ‘sin emociones’, ralentizados, sin esperanza y desinteresados por el mundo que les rodea.
  • Anhedonia: Las personas experimentan un placer disminuido, dificultad para expresar sus emociones, lo que puede implicar no poder llorar.
  • Uso de ciertos fármacos: En ocasiones los antidepresivos pueden tener como uno de sus efectos el no permitir a la persona llorar.

Conecta con tu llanto

•Explora tus reacciones: Intenta entender qué es lo que pasa cuando intentas llorar y no puedes.

•Siéntete más cómodo con tus emociones: Practica reconocer y aceptar tus emociones en lugar de negarlas. Intenta decir cómo te sientes en voz alta, escribir tus sentimientos y recordarte a ti mismo que está bien tener emociones.

•Encuentra un espacio seguro para dejar salir tus sentimientos

•Habla de tus sentimientos con las personas en las que confíes: Hablarlo con los demás te permitirá comprender que es normal tener emociones y expresarlas ante los demás.

•Déjate conmover: Es posible que no siempre funcione, pero ver una película de drama o escuchar música conmovedora o triste puede ayudarte a expresar tus lágrimas.

Conectar con tus emociones y liberarlas es un paso fundamental para sanar, reprimir el llanto, disociarnos de lo que sentimos solamente empeora los procesos.

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