La vida no da descanso

Deseamos una vida sencilla, sin altibajos, ni problemas, aunque esto no es realista, ya que nuestra existencia está plagada de contratiempos y aventuras que debemos atravesar a diario, en mayor o menor medida.

Varias veces he repetido la importancia de las adversidades, ya que construyen nuestro carácter y nos ayudan a generar nuevos recursos cognitivos y emocionales. Pero más allá de esto, debemos aceptar que las adversidades no son opcionales, sino más bien obligatorias, en el sentido de que nadie escapa de ellas.

Por eso, ya que van a ocurrir lo queramos o no, creo que la mejor opción es ponerle energía y aprender de los errores o las dificultades para crecer como seres humanos. Si nos quedamos estancados preguntándonos ¿por qué a mí? O furiosos ante la sensación de injusticia, no podemos avanzar emocionalmente.

Cuando la incomodidad o la tragedia toquen nuestra puerta, algunos consejos para lidiar con ello:

  • Claridad: Observa tu desafío de la manera más objetiva posible, es lo que es, no lo que me gustaría que sea. Quizás no pueda verlo ahora, pero lo que está sucediendo tiene su razón de ser.
  • Gratitud: Quizás exista algo en este momento que puedas agradecer, este desafío, ¿de qué forma te hace crecer?
  • Empatía: Si logras escapar de la sensación de que eres una víctima, puedes convertir tu dolor en una manera de comprender a los demás que también están sufriendo, e incluso podrás ayudarlos. Los actos de bondad te brindan sensación de propósito, la forma más profunda de conectarte con la felicidad.
  • Ten paciencia y amor hacia ti mismo: No te sobreexijas en este momento difícil, haz lo mejor que puedas con lo que tienes. Date el tiempo necesario para sanar y no temas pedir ayuda.

No te autocompadezcas, convierte el desafío en oportunidad y crecimiento. Verás como cada vez resultará más sencillo si te brindas el momento de procesarlo de una forma más optimista y esperanzadora.

¿Te Gustaría Que Trabajáramos Contigo Para Potenciar Tu Bienestar Emocional y Tu Optimismo?