Focalización en los otros. Cuando los demás importan más que tú

Las trampas vitales determinan cómo pensamos, sentimos, actuamos y nos relacionamos con los demás. Conllevan sentimientos intensos tales como la ira, la tristeza y la ansiedad, e incluso cuando parece que lo tenemos todo, somos incapaces de saborear la vida o de valorar nuestros éxitos. Hablemos de la focalización en los otros.

El aspecto central de la subyugación está en la convicción de que tienes que agradar a todos, familia, amigos, pareja, compañeros de trabajo y a veces hasta desconocidos. Probablemente la única excepción a esta regla eres tú mismo, todos tienen derechos menos tú.

El sentimiento de subyugación te hace sentir la vida como una carga. La constante necesidad de satisfacer a los demás es una gran responsabilidad que te agota.

Tienes dificultades en establecer límites a las demandas de los demás. Te enorgulleces de ser capaz de servir a los otros, de ayudarlos y estar atento a sus necesidades.

Te cuesta mantener tus opiniones y defender tus puntos de vista, no sabes con claridad quién eres, siempre dejas de lado tus necesidades y eso va generando una silenciosa rabia en ti.

Existen dos motivaciones principales para permitir el control de los demás sobre ti:

  • Sacrificio: Las personas que se autosacrifican se sienten responsables del bienestar de los otros. Cuando eras niño, quizá cargaste con la responsabilidad del bienestar físico o emocional de alguna persona cercana a ti. Sientes empatía e intentas mejorar las cosas para todos. Cada vez que actúas y te comportas de una manera distinta de lo que dicta la subyugación, te sientes culpable Y CADA VEZ QUE TE SIENTES CULPABLE, VUELVES A AUTOSACRIFICARTE. Para aliviar los sentimientos de culpa, te subyugas con una energía renovada y así una vez más entierras los sentimientos de ira. Tendrás que aprender a tolerar la culpa para poder cambiar.
  • Sumisión: Te sometes al proceso involuntariamente. No importa si en la actualidad puedes escoger o no, te sientes como si no tuvieras elección. Cuando eras niño te subyugaste para evitar el castigo o el abandono. Había una amenaza presente en el proceso de subyugación. Casi siempre estás enfadado, aunque no reconoces la ira que sientes. Crees que es peligroso y equivocado expresar los sentimientos de rabia, y por tanto los niegas y los suprimes

Esta trampa vital puede surgir por la presencia de situaciones tales como el control que tus padres ejercieron sobre ti, los castigos caprichosos, frialdad emocional de tu entorno, haberte tenido que hacer cargo emocionalmente de alguien, te usaron como confidente, no respetaban tus opiniones ni derechos.

La focalización en los otros hará que tengas una tendencia a elegir parejas que pueden llegar a no ser saludables para ti como personas dominantes o narcisistas, irritables, controladoras, manipuladoras, adictas, o dependientes.

Para poder comenzar a escapar de las trampas vitales es necesario hacer terapia de esquemas, donde se combinan técnicas cognitivas y experienciales para poder trabajar tanto los pensamientos como las emociones.

Si reconoces este patrón por favor pide ayuda, tú vales y vivir una vida de sacrificio no te hará feliz.

Puedes acceder a más material en IGTV con el usuario @psicopositivauy

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¿Te cuesta confiar en la gente?

Continuando con la teoría de los esquemas de Jeffrey Young, hoy me gustaría compartir con ustedes el esquema conocido como desconfianza y abuso.

desconfianza.jpgEl sentimiento de abuso es una conjunción de emociones y sensaciones complejas, como el miedo, la rabia, la pérdida, el dolor. Cuando en consulta se presentan personas quienes han sufrido distintos tipos de abusos, pueden parecer muy calmadas, pero puede palparse su tensión interna.

Son quienes padecen estados de ánimos variables, de la risa al llanto escalan en poco tiempo. En otras ocasiones parecen como si estuvieran en otro lugar, insensibilizados ante su entorno. Han sufrido tanto que las relaciones humanas las vivencian como dolorosas, peligrosas e impredecibles. Por eso suelen estar constantemente en estado de guardia, esperando el ataque de la otra parte.

Suelen desconfiar de las intenciones de los demás, aunque parezcan inocentes, ellos creen que algo siniestro se esconde detrás de un acto amable.

No todos los abusos se recuerdan de la misma manera, hay personas que recuerdan todo al detalle y se obsesionan, otras solo tienen en su memoria ciertos restos de historias.

Estas personas suelen sentir una intensa desesperación sobre su vida, pueden padecer de baja autoestima y sentimientos de inutilidad.

Esta trampa vital no surge porque sí, estas personas han sufrido en carne propia una o varias maneras de abusos durante su infancia o su vida en general. Situaciones de abuso tanto físico como psíquico.

Ejemplos de abusos:

  • Agresión física
  • Abuso sexual
  • Humillaciones reiteradas
  • Abuso de confianza, promesas rotas
  • Menosprecio y comentarios despectivos
  • Burla ante tu sufrimiento
  • Amenazas
  • Falta de apoyo emocional

Usualmente estos tipos de abusos se dan en la infancia, de primera mano de nuestros progenitores o cuidadores. Alguien que se supone protector termina asumiendo un papel de verdugo ante un niño indefenso.

Se puede sentir culpa por tolerar el abuso, pero la realidad es que muy poco se puede hacer cuando se es niño y no hay un adulto responsable dispuesto a escuchar a nuestro alrededor. Además, como niños, necesitamos afecto incondicional, y si la persona que nos hace daño, es la misma a quien amamos, toleramos cualquier cosa con tal de continuar recibiendo afecto, aunque este sea tóxico. Tener una relación es mejor que no tener ninguna, como niños inocentes necesitamos que se nos cuide.

Esta trampa vital tiene consecuencias en nuestra vida adulta, es frecuente que se busquen relaciones abusivas. Incluso ante relaciones sanas, la persona puede buscar convertirla en algo terrible, ya sea manipulando lo que dice su pareja, ignorando las cosas buenas que hacen, minimizando las muestras de cariño. Nada es suficiente para convencerlos de que se merecen ser amados.

Las características de quienes tienen activado este esquema:

  • No les gusta revelar información personal ya que temen que la utilicen en su contra
  • No quieren mostrar sus debilidades, ya que seguramente se aprovecharán de ellas
  • Preocupación constante de que los demás lo humillen
  • Tienen miedo a las demás personas y ceden con facilidad
  • Creen que los demás disfrutan con su sufrimiento
  • Tienen una parte sádica, que pueden no mostrar
  • Sienten que no pueden confiar en la gente
  • Cuando sienten miedo se desconectan del momento, disociación
  • Creen que los demás tienen intenciones ocultas probablemente malas
  • Pueden a veces ellos mismos ser abusivos y otras veces indefensos
  • Suelen ser muy crueles con quienes aman cuando sienten que pueden perderlas

Si te sientes identificado con alguno de estos puntos, es importante que asistas a terapia. La terapia de esquemas es lo utilizado en estos casos y tiene mucha efectividad.

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