La felicidad tiene sus matices, podríamos diferenciar dos tipos de felicidad, la felicidad tal cual la vivenciamos en el momento y la felicidad que recordamos después. Ambas están relacionadas pero esto no quiere decir que sean exactamente iguales.
Lo que más recordamos acerca de las experiencias hedonistas son los puntos más destacables de la experiencia y cómo termina la misma, no interesa en sí cuánto pueden durar éstas. En cambio, en la felicidad que estamos viviendo aquí y ahora la duración de la experiencia importa y mucho.
Ambos tipos de felicidad deben ser memorables, por eso debemos disfrutarlas a pleno. En Psicología Positiva se habla de “saborear” la felicidad y para llevar a cabo esta técnica existen distintos trucos.
Uno de los puntos más importantes es compartir la experiencia con los demás,de la manera más detalladamente posible y reflexionar acerca de los resultados que nos dejó lo que vivenciamos.
También podemos ayudar a nuestra memoria con recuerdos físicos, como pueden serlo las fotografías o los souvenirs de los lugares a los cuales asistimos.
Nunca es un pecado estar satisfechos con nuestros logros, así que comparte tu alegría con las personas que amas.
Y sobre todo, jamás te olvides de dejarte llevar por ese momento intensamente, con todos tus sentidos, estar inmerso cien por ciento en esa experiencia de felicidad, no existe nada más que ese maravilloso ahora que hace que tu corazón palpite y tu memoria guarde con dulzura tanta alegría.
La felicidad es tu derecho y no necesariamente se encuentra en aquellas cosas más inalcanzables, puedes ser feliz ahora con lo que tienes, puedes disfrutar del presente con todo tu ser, así que a partir de hoy elige ser todo lo feliz que te mereces.